Alemania contra los fantasmas del pasado

La Mannschaft no se enfrentará hoy solamente a la todopoderosa Brasil, a la tricampeona del mundo y a la anfitriona del Mundial. No. La selección de Alemania al mismo tiempo peleará con Mario Balotelli, con Carles Puyol, con Andrea Pirlo y hasta con el propio Ronaldo. Es decir: con los fantasmas del pasado. El combinado germano ha logrado alcanzar unas semifinales de un Mundial por cuarta vez consecutiva y se ha colocado en lo más alto del ranking FIFA por delante de la Roja. Pero con eso no les basta a los de Löw. Quieren más. A pesar de rozarla más de una vez en los últimos años, Alemania no sabe lo que es poner una mano sobre la Copa del Mundo desde dos décadas y media. Beckenbauer y Matthäus fueron los últimos teutones que la alzaron al cielo, desde entonces tocó sufrir.

¿Quizás debido a la nueva interpretación del fútbol germano? Los equipos campeones en los anos 54, 74 y 90 siempre serán recordados por jugar al más puro fútbol alemán. Potencia, fuerza y disciplina sobre el terreno de juego. Pero fue llegar Jürgen Klinsmann y darle una vuelta por completo a la ideología teutona. De repente se apostaba por jugones, por el toque y la belleza del juego. La Mannschaft gustaba mucho, se llevó al pueblo alemán, pero al final siempre se quedaba a las puertas de la gloria.

Esta vez es diferente. Alemania sigue jugando bonito, pero también logra ganar partidos luchando. Los goles nacen desde el toque, pero si Müller tiene que meterlos de puntera, tampoco pasa nada. Casi igual que el Müller de los años 70. Alemania vuelve a ser la Alemania de siempre. Esa Alemania que en la fase final de los campeonatos es más fuerte que nunca. Esa Alemania que no falla cuando toca sacar pecho. Y no cabe la más mínima duda que esta tarde no fallará. Porque Alemania es así.

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