Su indiscutible victoria ante Ferrer (6-0 y 6-2) en la final del Abierto de México así lo demuestra. Nadal firmó un partido brillante, una antología de su tenis total. Atacó sin piedad con su formidable derecha, achicó la pista y maniató a ‘Ferru’, actual número cuatro del mundo pese a que anoche estuvo lejos de su mejor versión.
Fue buena la idea de recuperar la confianza y el ritmo de competición sobre la superficie que más le beneficia respecto al resto de la especie tenística. Nadal salda su gira sudamericana con dos títulos (Sao Paulo y Acapulco) y la final del ‘Cebollazo’ en Viña del Mar. Pero más importante aún, con victorias notables (Nalbandián, Almagro y Ferrer), la ilusión renovada y un altísimo nivel de tenis. Ha vuelto el líder indiscutible de la ‘Armada’, que ya suma cuatro títulos (Sao Paulo, Acapulco, Buenos Aires y Auckland) por los tres de Serbia (Dubai, Australia y Chennai) y de Francia (Qatar, Montpellier y Marsella).
Pese a debutar más tarde que el resto, los números de Nadal no tienen nada que envidiar a los de sus grandes rivales. Su balance de 2013 (12-1), sólo lo mejora el imbatido Djokovic (12-0), con sus triunfos en Australia y Dubai. Federer (10-3) aún no ha mojado este 2013. Ni siquiera ha pisado una final y ha caído ante Murray, Benneteau y Berdych. Y Murray (10-1) ganó en Brisbane y cayó en la final de Melbourne frente al serbio. Fuera del G-4 y también con peores números aparecen Ferrer (21-3, con los títulos en Auckland y Buenos Aires), Del Potro (8-2, con victoria en Rotterdam) o Berdych (12-4 y finales en Marsella y Dubai).
La exhibición junto a Del Potro en el Madison Square Garden testará la respuesta de sus rodillas a la pista dura. Pero lo importante es que Nadal, que competirá en el primer Masters 1000 del año en Indian Wells, ha alcanzado su velocidad de crucero, esa con la que es inalcanzable para la inmensa mayoría y que ya le da para ganar a cualquiera. Tiene motivos para no temer a nadie.