La mejor cantera de Europa

La mejor cantera de Europa

No diga ba-lon-ces-to, diga Par-ti-zán. Quienes elogiamos a Estudiantes y Joventut por su admirable trabajo en la incesante formación de jugadores, hemos de admirar por fuerza al Partizán, máximo exponente de ese modelo a escala internacional. Para encuadrar el prestigio de algunos clubes hay que recurrir a las cifras, a la cantidad de títulos cosechados. Para definir la grandeza del Partizán basta con citar nombres. Nombres de jugadores y, también, nombres de técnicos que han construido su historia. En el mítico Pionir belgradense se formaron Dalipagic, Kicanovic, Divac, Paspalj, Danilovic, Obradovic, Vilfan, Drobnjak, Rebraca, Loncar, Tomasevic, Djordjevic y muchos otros talentos, como el hoy madridista Velickovic, ausente en el partido de ayer por lesión.

Pero también los máximos gurús del basket serbio y yugoslavo han estado en el banquillo del conjunto blanquinegro. Asa Nikolic, Ranko Zeravica, Dusan Ivkovic o el ya citado Obradovic (que pasó de jugador a técnico) tuvieron aquel club como rampa de lanzamiento. Ninguna otra familia de entrenadores acumula los títulos y medallas conquistados por ellos. Pero insisto en que, por encima de trofeos, lo que ennoblece al Partizán es su filosofía de manantial deportivo. Para los colosos del baloncesto como Real Madrid, Maccabi Tel Aviv, Barcelona o Panathinaikos, los títulos son la prioridad. Pero todos ellos, e incluso grandes equipos de la NBA, tienen una enorme deuda a clubes como el Partizán, forjador de estrellas para toda la galaxia basket.