S.O.S.: el Madrid se juega la supremacía

S.O.S.: el Madrid se juega la supremacía

En la gestión de Madrid y Barça se está disputando mucho más que la supremacía deportiva de los próximos años, que ya es decir. Por desgracia para nosotros, se están sentando las últimas bases para dilapidar definitivamente la idea de que el Madrid es el equipo de España. El Barcelona evita caer en la comodidad del altísimo nivel alcanzado y ficha a los mejores jugadores nacionales que aún no estaban en su plantilla. El juego que practica el equipo, la personalidad de la mayoría de sus miembros (empezando por el entrenador) y el hecho de que tengan a los mejores de la Selección, sólo puede generar simpatía entre los aficionados más jóvenes, que son la base de la fidelidad futura.

El Madrid, desde unas estrategias de mercado en desuso, vacía de contenido sus señas históricas y se decanta por traer a un entrenador antipático y a supuestas figuras internacionales que sólo contagian desafección en el corazón del madridismo de toda la vida, ese que no es esclavo de las modas ni de la venta de humo. A eso se le suma el despido de un técnico al que, por primera vez en mucho tiempo, la masa social le perdona los fracasos deportivos mientras el presidente se entrega a un líder en el banquillo que hace ostentación de un estilo barriobajero, resultadista y ramplón. Las estrategias de propaganda no van a servir esta vez. Los seguidores tenemos ojos y neuronas como para entender lo que está ocurriendo en un sitio y otro. La desilusión no es pasajera, es nuclear. El partido que estamos perdiendo es muy serio, y es la peor derrota que podemos sufrir.