La pesi y la rodilla del Liverpool

La pesi y la rodilla del Liverpool

El jugador red estaba tirado en el suelo junto al banquillo. Acababa de recibir una entrada de asustar. Gritaba agarrándose la pierna: "Mi rodilla, mi rodilla". Bill Shankly salió disparado del foso, se acercó al damnificado y le soltó imperativo: "¡Levántate ya, esa no es tu rodilla, es la rodilla del Liverpool!". Aseguran que lo dijo Bill Shankly, pero lo dudo, al legendario entrenador no le pudo dar tiempo a decir tantas cosas como le atribuyen. En el caso de Fernando Torres, no hubiera sido preciso recordarle de quién era su rodilla, o su pubis. Le entregó al equipo colorado el sufrimiento del que padece osteopatía, lo sabe quien lo arrastró: cuando estornudas se te clava un pincho afilado sobre la ingle, sufres al ponerte los pantalones, te despiertas al girar en la cama en un espasmo de dolor. Y no puedes jugar sin calmantes.

Mas sobre ese dolor, que al final mitigó, qué paradoja, el descanso que le impuso un menisco roto, otro dolor sobresale: el futuro del equipo, y su futuro que va pegado. El club precisa calidad para su once y lo ve todo el mundo, esa es la clave del triunfo, no hay éxito sin futbolistas y la ausencia de Xabi Alonso resuelve esta teoría. Mientras, la alegría del pueblo, la Selección, agita su esperanza al pie del verano y eso le conforta. La Roja le dio el nueve y el nueve a la Roja, en tres finales distintas, los goles de la gloria. Un chico de Fuenla que avanza en su vida con los mismos amigos, diciendo pesi.