Luis Campos es de estos tipos que, por lo menos, no te deja indiferente. Más que un colega, es un amigo. De esos que no ves, pero que sabes que están ahí, y cuando te encuentras, pues pasas muy buenos ratos. Pero eso, con ser importante, a lo mejor aquí no tiene cabida, pero sí sus reflexiones.
Y hablo de Luis porque he visto que interviene en este blog, y aunque no firma más que con su nombre, me envía un guiño para que le reconozca: el queso. Hemos tenido muchas discusiones sobre eso, porque a mí me encanta, sobre todo el Cabrales (y el Gamoneo) de mi tierra, aunque reconozco que el Manchego es también exquisito, por lo menos. Y lo que no sabe Luis Campos es que yo sigo en directo la evolución de una excavación arqueológica en los alrededores de Daimiel, y donde la catedrática de la Universidad de Granada Trinidad Nájera y su marido Fernando, han descubierto unas queseras de hace más de 3.000 años. Y está intentando reconstruir cómo era aquel queso de la época, y a lo mejor se puede usar comercialmente en esta. Personalmente, me apasionan estos temas.
Pero dice Luis que sería importante el duelo Barcelona-Madrid-Ciudad Real, porque mediáticamente tendría un gran interés. Tiene razón, aunque barre un poco para casa. Lo hemos hablado mil veces, a todas las horas: con un Atlético o con un Real Madrid, con la calidad de la Liga, el balonmano sería un deporte a tener muy en cuenta. Por eso simpatizo con el trabajo del Barcelona de todos estos años, que le dejaron huérfano, y el siguió en la lucha pese a no tener un rival directo, aunque apareciesen el Calpisa, el Teka, el Bidasoa, el Portland o ahora el Ciudad Real.
Si el Atlético decide volver, y el CAI Aragón se pone las pilas, y el Valladolid da un paso al frente (el Ademar también, pero me viene un poco a desmano para la tesis que nos planteábamos Luis y yo, con otros tantos periodistas, incluido Monroy, que es uno de los mejores fotógrafos de prensa del balonmano nacional), pues tendríamos una Liga Asobal del AVE de primer orden. La Bundesliga tendría una buena competencia porque sus pabellones ya no nos darían tanta envidia: el Palau, más de 7.000; el Palacio de los Deportes, más de 12.500; el Príncipe Felipe de Zaragoza, más de 10.000; el Pisuerga de Valladolid, por encima de los 8.000; y el nuevo Quijote Arena, 9.000.
Una Liga importante tiene que tener muchas cosas, pero, y sobre todo, equipos importantes con grandes aficiones detrás. En el deporte, no hay nada más patético y triste que un partido de élite vacío. Y ya lo creo que el balonmano, con el Atlético, se convertiría en la réplica del Barcelona, y a su vez subiría el nivel de ese grupo de equipos que aún está en el quiero y no puedo.
Pues va a ser que Luis tenía razón, que el Atlético elevaría la popularidad de la Liga, y de paso los rojiblancos podrían recuperar a otro Luis, Rodríguez, su último delegado, que ahora anda por Marbella metido en líos de fútbol.