El Barcelona puede ser otra vez el más grande si sabe

¡A la madera!

Un blog sobre balonmano en el que se trata la actualidad de las competiciones nacionales e internacionales.

Autor: Enrique Ojeda

El Barcelona puede ser otra vez el más grande si sabe

La última alegría auténtica y de verdad que le dio el Barcelona a su afición fue cuando recompró a Iker Romero al Ciudad Real. Iker había sido el héroe de aquel final de temporada, jugando ante los manchegos con la cabeza vendada y manchas de sangre para hacer nás épica su actuación, pero llevaba seis meses contratado por el Ciudad Real porque los azulgrana no habían puesto excesivo interés en retenerle. Luego, coreado por el Palau como un ídolo, hubo que repescarle rascando el bolsillo porque el jugador lo que quería era seguir en la Ciudad Condal, pero había que aflojar una pasta gansa al club de Domingo Díaz de Mera, amigo de Joan Laporta, pero todo tiene un límite. Y al final o bien Domingo o bien su gente, dicen que se organizó una cena por el triunfo de su estrategia en los comedores del Pago del Vicario, excelente ambiente para una gran ocasión.

Como el Barça no pasa en los últimos años de ser un segundón en España y en Europa, con el Ciudad Real y el Kiel taponando su ascenso, Enric Masip ha tenido que echar el resto este verano. Primero, apostó fuerte por Nikola Karabatic, el mejor jugador del mundo. Pero el francés, que quería salir del Kiel alemán como fuese, emigró al sur, pero a su casa de Montpellier, donde vive y trabaja en el club toda su familia. El problema para el Barcelona no es que Karabatic se marchse al Montpellier, mejor, porque así el Kiel queda un tanto disminuido para la temporada que viene, sino que ya había anunciado que estaba interesado en ficharle. Y va el equipo francés y se lo levanta, así, por la cara, y pagando menos dinero, aunque rápidamente ahí está radio macuto para maquillar el asunto, que si la Federaciòn de Francia tiene interés en que vuelva, que si el Ministerio galo paga una parte del contrato… ¿Ciencia ficción? A eso suena, pero nunca se sabe.

La decepción por ese fracaso o fichaje frustrado se ha ido notando en los comentarios de los barcelonistas por los foros de toda España, porque a fin de cuentas en el año más triunfal de la bistoria del Barcelona (triplete en el fútbol, liga de baloncesto, hockey…) sólo fallaba el ilustre balonmano. Por tanto, Masip, con la ayuda de Joan Laporta en su visto bueno, ha tenido que apuntar con sus misiles en otra dirección pero también a grande: al Ciudad Real. Y por Rutenka. Excelente operación: le quita al mejor jugador de campo al rival directo en España, aunque cueste un millón de euros, una cantidad imposible para el balonmano internacional en momentos de crisis. Me refuerzo y te debilito, vieja treta de los viejos entrenadores/directores técnicos del deporte español para derrotar a los que les plantaban cara.

En Francia, en Alemania, en España, en Croacia, en todos los rincones del mundo donde hay balonmano, se admiran por la capacidad del Barcelona para poner su montón de billetes de quinientos euros encima de la mesa y decirle a Domingo Díaz de Mera, “me lo llevo. Rutenka de azulgrana”. En otra tesitura más benévola en la economía nacional Shirai seguiría en el Quijote Arena, pero soplan tiempos de ajustarse el cinturón, y si pagan un millón por Rutenka, más el ahorro de su contrato, se puede fichar, amortizar y rebajar el presupuesto. Una salida asumible para los Campeones de Europa, aunque ya se verá sobre la cancha a lo largo de los muchos partidos que jugarán entre ellos el Ciudad Real y el Barcelona, entre Liga (dos), Copa del Rey (uno posible), Copa Asobal y Copa de Europa.

Sinceramente, este vuelve a ser el momento del Barcelona. El único club en el mundo del balonmano al que no le afecta la caída en picado de los ingresos, como al resto. Ya en el Mundial de Croacia más de uno de los que mueven este negocio lo tenía bien claro: “Si el Barcelona acierta y sabe, puede hacer un equipo como el que tuvo Valero Rivera en los noventa y ganarlo todo”. Yo también lo creo, pero tengo la impresión de que le falta una estrategia para reunir a los mejores en su plantel. Veamos: ni tiene al mejor portero (Omeyer o Sterbik), ni a los mejores centrales (Kabaratic o Balic), ni a los mejores pivotes, las tres patas del trípode para hacer grande a un conjunto. Y sí, tiene un arsenal en los laterales y en los extremos, pero ya se verá si desde ahí se puede dar el golpe definitivo para recuperar años de ostracismo en Europa.

Como explican algunos observadores económicos, en las grandes crisis siempre hay quien se enriquece. La miseria no es para todos igual, que hay fortunas que se disparan sacando rédito de la necesidad de los empobrecidos. Vamos, que el Barcelona, en el balonmano al menos, puede ir picando por donde quiera, y llevárselo todo.

 


1 Comentarios

Mostrar
avatar

ignacio

Pues que mal, que los ricos se hagan más ricos cuando todos se empobrecen. Ojalá que la crisis dure poco. La reflexión me parece acertada.

08/14/2009 08:48:40 PM