Cómprense un sombrero si no lo tienen y tírenselo si lo ven por la calle. Con los tres de ayer lleva 24 goles en lo que va de temporada y sin tirar penaltis. En cuanto le acercan al área, ¡zás! Ahí es como Etoo y Villa. O más. Estos tienen la juventud, la fiereza, su gran categor él, la sabiduría. Sin tener al lado un Iniesta, un Xavi, un Silva. Él sólo tiene paciencia y disciplina: ¡si lleva dos meses jugando de centrocampista! Arriba, en su sitio, dejó de jugar seguido desde que apareció Ronaldo. Que no era mala aparición. Pero uno está de vuelta en su Brasil natal y el otro goleando en Nervión para mantener al Madrid vivo en la Liga. Pelea, juega, lucha, mete goles... ¿Qué más se le puede pedir a Raúl? Cómprense un sombrero si no lo tienen y tírenselo si lo ven por la calle.
Tres goles en Sevilla ante un equipo que esta vez sí salió con todo. Y abrió el marcador. El primero, al filo del descanso, para preocupar al rival. El segundo, para darle la vuelta al partido. Adelantándose las dos veces a defensas mucho más jóvenes y rápidos que él. El tercero, de listo, para ganar. Porque una cantada defensiva como la del gol de Capel sabe Raúl que el Madrid la concede... desde que debutó en Zaragoza con 17 años. Tres tuvo y tres clavó. Eso es lo que le falta todavía a Higuaín, que desperdició dos llegadas claras de esas que no conviene fallar en partidos bravos como el de ayer. Tres goles del 7 que se llevó la pelota a su casa. Sí, amigos: cómprense un sombrero si no lo tienen y tírenselo si lo ven por la calle. Lo merece porque es el más grande.