Perseguir no es retar al equipo rival

Perseguir no es retar al equipo rival

Jorge Valdano dijo que el fútbol es un estado de ánimo, una frase que he leído repetida en titulares y columnas. Un estado de ánimo que cambia, como el viento. Un día avanzas sin freno hacia un récord y la semana siguiente sientes el aliento en la espalda de quien te persigue.

Pero un estado de ánimo es cambiante y cada palabra, cada soplo de aliento, cuenta. El grito del que no se siente valorado zozobra, aún más, la nave descontrolada. Y las bravuconadas del capitán que dirige la nave blanca, que no le pertenece, también. Retar al perseguido es tentar a la suerte, que puede estar de tu lado, pero no dar por sentado que siempre formará parte de tu alineación titular.

El perseguidor debe callar, contener el aliento, apretar los dientes, luchar hasta agotar las fuerzas para parecer invencible ante el contrario y batallar hasta que las cuentas no digan quién es el campeón.