Carlos Miquel

Fernando y el fantasma del R28

Después de nueve temporadas siguiendo a pie de pista los monoplazas de Fórmula 1, y camino ya de la décima, el ojo no engaña. En el ángulo del circuito de Portimao, una fuerte frenada en bajada con viraje de 180 grados y de nuevo salida con fuerte aceleración en subida, el R29 era una pena en capacidad de tracción. Especialmente respecto al Williams de Rosberg y el McLaren de Hamilton. En el caso de Lewis su coche salía de la curva como si fuera la goma de un tirachinas. A falta de saber las cargas de peso, las tandas eran largas en ambos, y el fantasma del R28 golpeó mis pensamientos.

Sin embargo, la mirada de Fernando nada más bajarse del coche y sus palabras ("el coche va bien") me tranquilizaron. Queda mucho trabajo, pero ve una base mejor que la del año pasado y, si dan con las teclas adecuadas, pueden estar en la lucha con los grandes, que serán de nuevo Ferrari y McLaren. La escudería de Woking fue la sede del grupo de estudio del desarrollo del nuevo reglamento y De la Rosa lleva un año probándolo en el simulador. De algo les tiene que haber servido. Pero cuidado con Williams, que parece haber descubierto un resquicio con su difusor alto y puede ser la sorpresa en las primeras carreras.

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