El comienzo de temporada de Toño está siendo espectacular, creo que nadie puede dudar que es, de largo, el más en forma de la actual plantilla verdiblanca. Pero tampoco debe sorprendernos, es una continuación a la magnífica pasada campaña que ya completó con Marcelino. El alicantino está creciendo y madurando futbolísticamente, cada partido que pasa ofrece más seguridad, y eso es lo mejor que le puede ocurrir a un portero. Los guardametas son como los vinos, necesitan tiempo para tener todo su esplendor. O se pican y se vuelven vinagre. No es el caso. Seguramente, la aportación del preparador de porteros del club, Pedro Alba, sea fundamental. Además de su talento, claro.

Pero me da la impresión que ha pulido sus defectos, que ha conseguido que sea fuerte mentalmente y que tenga más confianza en sí mismo ya que, sin duda, era uno de los grandes problemas de Toño. Se venía abajo ante un gol, o una mala salida, transmitiendo esas dudas a todos: a la defensa, al entrenador y a la grada. Ahora no, todo es completamente distinto. Ahora es un portero tranquilo, que irradia seguridad a todo el mundo. Así pues, ha llegado ya el momento de que el Racing le ofrezca la renovación antes de que sea demasiado tarde y alguien se lo lleve. No hay muchos porteros de garantías en el fútbol español en estos momentos, y los que hay son inalcanzables económicamente porque juegan en los mejores y más importantes equipos. Toño termina contrato esta temporada, a partir de enero podría firmar por cualquier equipo, y encima gratis. El club no se puede dormir en este caso, como ya le ha ocurrido en pretemporada a la hora de fichar. Al menos, lo bueno que tienes que no se te marche...