Makelele: primera y última vez

Makelele: primera y última vez

No hace tantos años, el Madrid deslumbraba al mundo entero con una colección que no superaba ni siquiera el Museo del Prado: Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham. La acumulación de tanto talento te obligaba a pensar que sólo con ellos bastaría para dominar el mundo del fútbol en plan Alejandro Magno. Pero llegó un verano y en la lista faltaba un tal Claude Makelele. Sí, ya saben, ese chico que valía para hacer ese trabajo de limpieza en el centro del campo tan importante para un entrenador, pero tan poco valorado por la grada. Se fue al Chelsea y, en el fondo, todos los madridistas dijimos: "¿Qué más da? ¡Si él sólo es un actor secundario de este equipazo!". Sin saberlo, ahí empezó el fin de los Galácticos...

Por eso, llega la hora de no tropezar dos veces en la misma piedra. Diarra se ha ganado el respeto del madridismo con su profesionalidad, sentido táctico ejemplar y compromiso con sus compañeros. Parece que sin él no se acaba el mundo, pero el día que falta la torre se desmorona. Robben, Ruud, Raúl, Guti, Higuaín y Sneijder viven más tranquilos cuando el tanque africano les cubre las espaldas. Diarra es el MVP de este Madrid de Schuster. Es el tornillo que encaja para que esta maquinaria sea perfecta. Seamos justos con un jugador que dejará huella. Como la que dejó un día Makelele...