Aquí estamos. Con la mayoría de edad futbolística. La que te otorga, definitivamente, el respeto de los demás. El Racing se lo ganó a pulso la pasada temporada. No es un equipo más de Primera, que ya de por sí es algo grande. Ahora el viejo e histórico Racing, con más de 40 temporadas entre los más grandes del fútbol español, entra por la puerta grande en Europa. Un sueño que por fin ha conseguido y que disfrutará toda Cantabria de manera única.

La primera vez nunca se olvida, siempre es especial. Prueba de ello es que en el club están convencidos que estarán arropados en Finlandia por 1.000 aficionados. Ya me dirán ustedes si no cómo es posible llevar a toda esa gente a 3.000 kilómetros de distancia, ante un equipo muy inferior y, lo más probable, con la eliminatoria encarrilada desde el partido de ida.

Y es que el Racing es algo más que un equipo de fútbol. Es el nexo de unión entre la mayoría de los cántabros. Un orgullo. Ya sé que hay cosas mucho más importantes en la vida que un equipo de fútbol, faltaría más. Pero es la válvula de escape y de ocio de miles de personas, dónde liberan sus tensiones del día a día. No les voy a engañar; me encanta el fútbol. Reconozco, si se puede denominar así, que desde que tengo uso de ¿razón? estoy enganchado. Pero eso no significa que mi vida, como la de muchos otros, sea un balón redondo. Viene esto a cuento para explicarles a aquellos que no les entra en la cabeza, en estos tiempos de crisis, que alguien se pueda empeñar durante unos meses para ver a once tipos en pantalón corto darle patadas a un balón por esos campos de Dios. En fin, disfruten, que no se juega todos los años en Europa.