Tchité, en las oraciones de Pernía

Tchité, en las oraciones de Pernía

Rezaba ayer Roberto González el Serranito de mi vida..., implorando para que no se lesione Óscar Serrano por la buena suerte del negocio, al ser el único jugador específico de banda. Pues bien; podríamos cambiarlo por Tchité en lo económico. Es el patrimonio que aún le queda al Racing. Los demás, o son cedidos, o por sus edades ya no tienen peso en el mercado. Eso, o esperar a que La Bien Aparecida haga horas extras con Smolarek en la Premier. La política económica que está llevando el club, de cuadrar estos últimos años el balance de cuentas con la venta de futbolistas, le puede llevar al borde del precipicio. Es entendible que el club pueda llegar a tener un desfase de cuatro, cinco o seis millones de euros. Admisible. El Racing siempre ha sido un equipo vendedor. Pero de ahí a tener, como en este ejercicio, que vender jugadores por más de 30 millones (Zigic, Duscher, Garay y Jorge López) va un largo trecho. Es una locura. Jugar con el futuro. ¿Qué ocurrirá cuando ya no tengas jugadores para vender?

La respuesta ya la saben. Lo que desconozco es si Pernía es consciente verdaderamente de ese riesgo. Afortunadamente, tiene junto a él a Roberto Bedoya, y por ahí, uno debería estar tranquilo. Siempre y cuando Don Francisco se deje aconsejar por los que saben, algo que en materia deportiva no hizo descapitalizando al club de técnicos y quedándose en las manos de Eugenio Botas. Así le ha ido. Confiemos en que Tchité se acerca a 15 goles. Por la cuenta que nos trae a todos.