Un caso ejemplar y otro ridículo

Un caso ejemplar y otro ridículo

Roberto Peragón es un fenómeno. Ya les gustaría a todos los entrenadores tener un jugador de esta índole. No se queja. Comenzó de reserva, jugó de titular, volvió a la reserva. Y su aportación está siendo tanto dentro como fuera del campo muy útil para intentar conseguir el objetivo, que no es otro que el ascenso. Peragón es un trotamundos del fútbol. De la escuela vallecana pasó por el Poli Almería, donde lo empezó a pulir el magnífico Antonio Montero Nene y tras muchos años en el Rayo se fue al Elche para contribuir a la estabilidad de ese club. El tren le pasó esta temporada y se quiso subir a él para conseguir, esperemos, el retorno a Primera, categoría en la que fusiló más de una vez al Málaga.

Otro tema, éste bastante importante, es el caso de Tiago Gomes. No tiene solución, según Fernando Sanz. De este modo, si no cambian radicalmente las cosas, el jugador regresará a Portugal. Ayer el tránsfer no estaba. El dinero, tampoco. El jugador, cansado y hastiado, cree que lo mejor es retornar, pero sin ver cumplido su sueño de jugar en el Málaga. Lo peor de todo esto es que, al haber tantas partes involucradas, el ridículo se ha hecho y los perjudicados son el futbolista, un diamante en bruto, y el Málaga, un club histórico que nuevamente se ve metido en un lío de tal calado. El Málaga es un sentimiento. Volveré.