Benítez a las puertas de Anfield

Benítez a las puertas de Anfield

Toca ser del Liverpool. Aunque sólo sea por el DNI de algunos finalistas. Un club en la final de la Champions, con más españoles en el once inicial y en la dirección técnica, que muchos de los equipos de nuestra liga. La globalización del fútbol y con ella la pérdida de raíces. Y al mando de ellos, quién tuvo que huir por no ser dócil, por querer ocupar su lugar ganado a fuerza de prestigio, porque confundieron orgullo con personalidad. Tuvo que emigrar y a decir verdad no había muchos creyentes de su voluntad. Sorprendió tanto con su marcha como con su triunfo. Rafa Benítez ha hecho ver lo que algunos sospechaban: los técnicos jóvenes españoles garantizan el éxito como los demás, en cualquier lugar. Cuando se le contrató, recibió un mensaje inusual, en forma de confianza. Es otra cultura. Su trabajo debería tener progresión y los resultados no eran importantes, si conseguía reconstruir el fortín de Anfield. Lo ha conseguido a la primera intentona y lo único negativo, es que querrán que esto sólo sea el principio, cuando lo lógico es que fuera el final de un trabajo paciente. En Estambul se presenta el Liverpool, un club inglés de solera, con dirección española y estrategia italiana. Tienen poco, pero parece mucho.

Benítez es un trabajador metódico, a veces en exceso, por eso su patrulla debe dejarse llevar. Sus equipos nunca parten como favoritos, por lo que su protagonismo directivo hace mejores a los jugadores; sobre todo si son manejables. A este Liverpool le falta calidad, pero le sobra empuje de su corazón. La asesoría inducida desde la zona técnica, han convertido un viaje al pasado en una ilusión actual. Un éxito sin paliativos. Enfrente el Milán, que por sus últimas declaraciones, aborrece hasta atormentar el papel de ganador. Tiene temor a que esa presunción convierta su superioridad en una ansiedad indeseable.

El Liverpool se deja querer. Esta final no tiene favorito, sobre todo viendo que quienes lo creían antes de jugar ante los reds se encontraron con el revés. Si el Milán quiere sacar pecho en el podio, tendrá que bajar su autoestima para ponerse al nivel de los jugadores de Rafa Benítez. De lo contrario, sus fuerzas se igualan y ya sabemos que en una final, el factor anímico tiene una marcador favorable. Pase lo que pase, Benítez ha puesto una pica en Anfield. Esta vez también caminará con muchos españoles detrás de su bandera. Yo entre ellos...