La alegría del equipo fresco

La alegría del equipo fresco

Un equipo más fresco le hubiera dado un susto al Bar pero este equipo fresco ya no es el Depor de tantas frescuras pasadas. Y al Barça ya le sobra picardía para resolver en dos minutos lo que a otros les ocuparía toda la historia. No tuvo el Depor la frescura de antaño, pero dejó claro que tiene arrestos para hacer fosfatina la estadística. Puso en las botas de Fran la reivindicación de la veteranía, y dejó que Munitis volviera a vengarse sobre el césped de la torpeza que llevó al Real Madrid a despojarse de él como si tuviera a otro.

Ahora que es tiempo de estadísticas, esta semana fue muy celebrada la que favorece a Xavi, que de más de trescientos pases sólo ha fallado treinta, y ese es un récord que han igualado pocos en el Barça. El homenaje que se le debe no parece haberle roto las compuertas de la vanidad, pues ayer volvió a ser el motor de un equipo espasmódico pero genial. Este Barça crea afición, como se decía antes; hay en su geometría una voluntad de estilo que no tiene comparación en la Liga. Esto proviene de la alegría, en el triunfo y en la derrota, una voluntad de levantarse cuando las cosas van mal. Como ante el Milán, el equipo se recuperó con facilidad y normalidad, como si ya hubiera digerido la posibilidad de ir perdiendo sin pensar que eso es el fin del mundo.