Deportistas y universitarios

Deportistas y universitarios

Tenemos desde hoy la Universiada en marcha. Es en Pekín, lo que proporciona a esta competición un interés extra. Allí se celebrarán los Juegos Olímpicos de 2008 y por eso, aunque falta mucho, esta Universiada viene a ser como un ensayo. Es, al menos, la primera vez que China abre sus fronteras de par en par al mundo exterior, la primera vez que allí se celebra una competición internacional de nivel mundial. Durante diez días, 7.000 deportistas de un centenar largo de países pondrán a prueba la capacidad organizativa de China ante el vasto acontecimiento al que se va a enfrentar dentro de siete años.

La Universiada se celebra cada dos años —la última edición fue en Mallorca— y reúne a todos los deportistas del mundo que cursan estudios superiores. No se trata sólo de una competición para universitarios, ya que se exige un cierto nivel para formar parte del equipo. Los atletas que van, por ejemplo, tienen que acreditar como poco unas marcas que fueron las mínimas B para los Mundiales de Edmonton. Y entre éstos hay también auténticos campeones, como el lanzador Manuel Martínez. En gimnasia llevamos a Jesús Carballo y en natación, a María Peláez. Son la punta de lanza de un equipo formado por 85 deportistas.

Para no caer en vergüenza similar a la de los Paralímpicos, esta vez el Consejo Superior de Deportes ha llevado en mano el certificado original de la matrícula universitaria de los deportistas, a los que, además, les ha hecho pasar un control antidoping. Lo que ya no puede garantizar son las buenas notas de los chicos, pero sí al menos que son universitarios. No es poco. Estos 85 deportistas dan ejemplo de que deporte de alto nivel y estudios no están reñidos. Quizá no puedan sacar la carrera en cinco años, pero al menos tienen el propósito de terminarla cuando finalice su ciclo deportivo. Eso es deporte con sentido común.