Salió al mercado en el año 1987, distribuido por Opera Soft. El juego fue lanzado para distintas plataformas como Msx, Spectrum, Amstrad CPC y PC y estaba basado en la gran novela de Umberto Eco, 'El Nombre de la Rosa'.

En la trama del juego, como la de la novela, se nos proponía el reto de descubrir los sucesos que se escondían tras una serie de extraños asesinatos que se producían en una abadía.

Yo tuve la suerte de jugarlo en Pc, y tengo que decir que los gráficos eran muy buenos para aquella época, sobre todo los decorados, tran bien cuidados que hacían sentirte dentro. Lo peor era el control, muchas veces no podías ir tan rápido como querías y eso conllevaba que bajase tu barra de vida. Pero lo realmente increíble fue la historia, con un poquito de imaginación, te hace creerte un monje franciscano infiltrado.

El juego se desarrollaba en 7 días en los que debías resolver el misterio. Como buen franciscano, debías realizar las tareas normales de la abadía, como ir a comer puntualmente, ir a la iglesia para rezar y volver a tus aposentos para descansar, para que no sospechasen de tí. Por la noche era tu momento para poder investigar, siempre volviendo pronto sin que nadie te descubriese. Recuerdo la biblioteca…una pasada.

El nivel de dificultad del juego era altísimo. Muchas veces tocaba repetir una acción varias veces hasta conseguir superar determinado reto. Y más de una vez  tocaba volver a empezar, aunque eso sí, cada vez te acercabas más y más al desenlace. No era como los juegos actuales, que puedes acabarlos de una sentada.

Con el paso del tiempo se han hecho muchas actualizaciones del juego, que han traído grandes mejoras en los gráficos y en el sonido, incluso da la sensación de acabar de salir al mercado ahora, ya que hay muchas páginas exclusivas del juego.

En el año 2005 salió otro gran juego, de la empresa también española Alcachofa Soft, llamado ' Abbys', que ha cambiado la forma de jugar, al ser una aventura gráfica, pero que hace un gran guiño a este juego, que tantas horas nos hizo disfrutar en nuestra juventud.