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F1 | BAHRÉIN | CLASIFICACIÓN

Bottas salva el honor

Pole del finlandés y primera línea de Mercedes sin Hamilton: Russell saldrá segundo. Leclerc firma un gran cuarto tras Verstappen. Sainz, octavo en Bahréin.

BahréinActualizado a
Valtteri Bottas (Mercedes W11). Bahréin, F1 2020.
TOLGA BOZOGLU

Salvó el honor el vikingo en una noche peligrosa, ante una clasificación frenética en Bahréin. Las vueltas rápidas se sucedían como disparos, entre los chispazos de unos monoplazas demasiado rápidos para las estrecheces del anillo de Sakhir. Hubo alternativas, se asomó Verstappen, brilló el genio de Leclerc y salió bien parado Russell con el coche heredado del campeón, pero la pole la hizo quien tenía que hacerla. El único que no podía ceder este sábado, Valtteri Bottas.

En ausencia de Hamilton él es el que manda en esta parrilla porque el Mercedes, queda claro, está a otro nivel. Sólo eso explica que sin el mejor piloto de su generación, según las estadísticas, los coches negros ocupen también la primera línea. Y eso genera debate y tiene varias lecturas: quizás no hace falta una estrella como el siete veces campeón, con sus demandas y sus excentricidades, para arrasar cada domingo en el circuito. Quizás la mayor estrella aquí es el Mercedes. El novato Russell acabó segundo a 26 milésimas del finlandés, pero el orden contrario hubiera puesto en entredicho la valía de Valtteri y la vigencia de Hamilton.

La segunda línea la completan el Red Bull de Max y Charles de Mónaco con el Ferrari. No sorprende lo primero, aunque el neerlandés amenazó una vez más con disputar esa pole tan cara. Llegó a liderar el último entrenamiento libre y partía con ventaja ante el intento definitivo, pero Mercedes engañó: habían salido con neumáticos usados en el inicio de la Q3. Cuando pusieron gomas nuevas, se acabó la fiesta. En cuanto a Leclerc, gastó todas sus ruedas disponibles y terminó la clasificación antes que el resto. No importó, se defendió en las tres sesiones como Don Quijote frente a los molinos y clavó una vuelta final digna de su talento. El año pasado, también en Bahréin, la F1 le descubrió como poleman. Cuando tenga coche, volverá a serlo.

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En tercera linea partirán dos que luchan por sobrevivir, un buen Checo con el Racing Point y Kvyat, que se queda sin volante en Alpha Tauri porque pisa fuerte el japonés Tsunoda, apadrinado de Honda, y porque ya hay otro ruso, Mazepin, que cubre el cupo. Ambos tienen dos carreras para demostrar que merecen un asiento entre los mejores veinte pilotos del planeta.

Carlos Sainz fue octavo, tras el Renault de Ricciardo, aunque el McLaren no estaba para muchos trotes en este trazado exterior, y lo demuestra el 15º de Norris. El madrileño se defendió y pasó holgado todas las sesiones, sin apurar hasta el final, pero faltaron décimas en esa Q3 que nunca tuvo el MCL35 durante el fin de semana. Con todo, la carrera ofrece posibilidades en una pista de rebufos, de adelantamientos, vertiginosa. Porque falta Hamilton, porque el circuito es extrañísimo o porque la noche de Bahréin confunde, pero este GP de Sakhir es indescifrable.