Yamaha: a una carrera de la peor sequía de victorias de su historia

Con el de Austria son ya 21 los grandes premios consecutivos que Yamaha lleva sin saborear las mieles de la victoria. Ha habido podios de Rossi, Maverick y hasta del satélite Zarco, pero ganar, lo que se dice ganar, es algo que la fábrica de los diapasones no disfruta desde Assen 2017, cuando Valentino venció por última vez. De esta manera, Yamaha puede repetir en Silverstone, en caso de volver a quedarse sin victoria, el dato negro de 22 GGPP consecutivos sin hacerlo que ya vivió entre las 15 carreras de la temporada de 1997 y las siete primeras de 1998.

Aquello fue en la era 500cc. En MotoGP, su mayor sequía se produjo entre las dos últimas carreras de 2002 y las 16 de 2003. Esa dinámica perdedora se cortó de raíz con la llegada de Rossi a las filas de Yamaha, que a las primeras de cambio ya ganaba con la M1 en Suráfrica 2004. El genio de aquel fichaje fue Davide Brivio, hoy máximo responsable en Suzuki, y ahora compara la situación actual de su antigua fábrica con la de hace 15 años, cuando él encontró la solución perfecta: "Yamaha resolvió su problema en 2004 fichando a Valentino y confiando el proyecto de la moto a Furusawa. Valentino venció inmediatamente con la Yamaha, en la primera carrera, pero ahora no sé cómo pueden solucionar su situación, porque Valentino ya está en su box…".

Brivio compara épocas: "La situación de entonces era muy diferente, porque Yamaha llevaba sin vencer el Mundial doce años (desde 1992 con Rainey) y sólo se podía mejorar. Ahora está más reciente el dominio de Yamaha y más difícil cambiar el panorama. Es un momento histórico diferente". Y tanto, ahora Rossi no tiene más remedio que ver como una "buena remontada" su carrera de Austria, de la decimocuarta a la sexta plaza, y quedarse con la esperanza de las mejoras técnicas encontradas en el warm up y confiar que en los test de Misano y Aragón sigan mejorando. A día de hoy, la electrónica de la M1 continúa muy por detrás de la de la Ducati y la Honda.