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Automovilismo | La intrahistoria

Del fútbol y el boxeo tutelado a los programas de solidaridad

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El despacho de Carlos Slim Domit se ubica en plena Plaza Carso, en el corazón de Polanco, el barrio del dinero (bien fresa, muy pijo) de esa marabunta que es el DF. Desde su ventana se divisa el Museo Soumaya, una joya en recuerdo de la madre de Carlos (fallecida en 1999) que guarda, entre otras cosas, la segunda mayor colección de Auguste Rodin del mundo. Pero la catarata de lujo y millones no pueden dejar en el olvido los programas solidarios del imperio Slim.

Algunos tienen el deporte como hilo conductor. Por ejemplo, la Copa Telmex (el mayor campeonato del mundo de fútbol amateur, según el libro Guinness), la Liga Nájera (baloncesto), los Juegos Escolares o el Ring Telmex, que en coordinación con el Consejo Mundial de Boxeo otorga becas vitalicias a ex campeones para que adiestren a los púgiles del mañana. Y al margen del deporte, programas de Apoyo en Desastres Naturales, de Justicia (personas sin recursos privadas de libertad por delitos menores e incapaces de pagar una fianza) o de Salud y Nutrición (permite que gente sin dinero se someta a cirujías y trasplantes...). Gestos, programas, realidades. Porque hay vida más allá de la lista Forbes.