El presidente del Gobierno regional, Vicente Álvarez Areces, y el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, presenciaron la exhibición desde la tribuna de autoridades, ocupada también por los patrocinadores que han ayudado a Villa desde sus inicios, situada frente a la plaza de la Escandalera.

El piloto realizó en ese lugar los cambios de vehículo entre los cuatro coches con los que ha desarrollado hasta ahora su carrera deportiva, además de un cambio de neumáticos con el que cerró la exhibición.

Desde casi una hora antes del inicio de la prueba, Villa -ganador de tres carreras esta temporada en la categoría GP2 en la que compite por segundo año consecutivo- inició el pase con un recorrido conduciendo un BMW descapotable, en el que viajaban a bordo los presidentes de la Federación Española de Automovilismo, Carlos Gracia, y de la territorial asturiana, Porfirio Iglesias.

Posteriormente, dio tres vueltas al circuito de 1.000 metros con un kart, con salida en la plaza de la Escandalera, para continuar por la calle Conde Toreno, seguir por Avenida de Galicia y dar la vuelta en la plaza de América, en las que invirtió tres minutos y medio.

Exhibición de menos de diez minutos

El asturiano se colocó después al volante del Fórmula júnior, que condujo durante más de siete minutos por el mismo trazado, deleitando a los miles de seguidores con varios trompos; prosiguió a continuación con el Fórmula 3, que pilotó más de ocho minutos manteniendo la misma estrategia.

Por último, y después de que Repsol, uno de sus patrocinadores, le regalara el coche con el compitió en la Fórmula júnior, y con el que se estrenó en monoplazas, inició el más atractivo de los recorridos al colocarse al volante del GP2 con el que esta temporada ya obtuvo tres victorias en el Mundial.

Villa, pese a la espectacularidad de la exhibición, rodó a velocidades máximas próximas a los doscientos kilómetros por hora, y prefirió apostar por la precaución y mantener las distancias de seguridad anticipando las frenadas y realizando los trompos sólo en los lugares en los que había amplios espacios.

El piloto de Racing Engineering es también asturiano, como el bicampeón del mundo Fernando Alonso, que con motivo de la celebración de su primer título mundial, fue aclamado por 50.000 personas en su ciudad natal el 22 de octubre de 2005.