Mario Kart, un pasado del que huyen la mayoría de los jugadores modernos

Es una constante en toda clase de foros de opinión. Se preguntan a los usuarios cuál es su Mario Kart más y menos favorito, y las respuestas siguen un patrón. Sobre el favorito, las respuestas son variopintas: ocho/deluxe está en muchas quinielas, como corresponde a la entrega más exitosa y jugada, aunque hay alternativas que suelen coincidir con los momentos vitales en los que cada jugador descubrió la saga, o la gente que tenía a su alrededor. Pero en lo que respecta a los menos valorados, tanto el Super Mario Kart original como su entrega en GBA, Mario Kart Super Circuit, aparecen entre los menos favoritos y menos valorados, con algunos usuarios afirmando que son “injugables” y que “no se divierten” con ellos.

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Por supuesto, hay un amplio abanico de opiniones y nadie habla en absolutos de un tema como este, pero lo cierto es que la tendencia es reconocible y puede explicarse en algunos elementos que comparten ambos títulos. Un detalle relevante es que una inmensa mayoría de jugadores se han forjado en entregas posteriores 3D, que tienen elementos comunes y familiares que no son extrapolables a las entregas “no 3D”. Por ejemplo, el derrape es algo esencial en cualquier Mario Kart moderno, pero su uso en las entregas de Super Nintendo y GBA poco tiene que ver con el uso que se hace de esta técnica en entregas posteriores, lo que obliga a volver a aprender los elementos más básicos.

Dos juegos incomprendidos por el usuario moderno

Añadiendo a esa frustración, es innegable que tanto Super Mario Kart como Super Circuit son juegos bastante más difíciles y menos amables que entregas posteriores. Super Circuit en particular, en el que los coches más que ruedas parece que lleven patines de hielo, combinado con circuitos que tienden a complicarse a base de estrecheces y curvas imposibles, suele ser objeto de odios africanos por parte de aquellos que llegan buscando los orígenes de la franquicia. Super Mario Kart además, cuesta particularmente que entre por los ojos y hay quien tiene problemas para medir las distancias en él (el modo 7 de Super Nintendo fue una tecnología impresionante en su día, pero el efecto es menos apreciado cuando se llega desde “el futuro”).

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Sin embargo, ambos juegos tienen un lugar importante en la historia de la saga, y en la misma historia de Nintendo y del videojuego. Super Mario Kart es, obviamente, el pionero y el que marcó el camino. Un juego que asombró a la crítica y se convirtió en uno de los claros favoritos de los usuarios de Super Nintendo, tanto en su vertiente individual como en la de multijugador, lo que lo aupó al top 10 de los más vendidos. Incluso los menos convencidos de sus virtudes lo tratan con la reverencia debida. Mientras, todo el mundo está de acuerdo en que Super Circuit es un juego impresionante en GBA, visualmente muy destacable y con una cantidad de contenido muy destacable, además de marcar el camino que, a la postre, sería el gran camino del éxito de la franquicia: la portabilidad (también muchos coinciden en que no es el mejor juego de karts de la máquina, reservando ese honor al olvidado pero sobresaliente Konami Krazy Racers).

Por eso, incluso aunque estén un poco incomprendidos por el jugador moderno de Mario Kart, estas dos entregas en particular siempre tendrán un lugar destacado en la franquicia.