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Game Boy Color tenía una intrigante función secreta que pocos jugadores descubrieron
Recordamos cómo el juego Mission Impossible de Game Boy Color podía convertir a la consola en un mando a distancia, dotándola de un caso de uso inédito.

Game Boy Color fue la sucesora de la Game Boy clásica de Nintendo. Aunque su principal añadido fue una pantalla a color, también incluyó características adicionales como un puerto infrarrojo que fue utilizado por muy pocos juegos, entre ellos, Pokémon Oro, Plata y Cristal. Lo que muchos jugadores desconocen incluso a día de hoy es que uno de los pocos títulos compatibles con el puerto IR podía convertir a la consola en un mando a distancia tanto para televisores como para otros aparatos como reproductores de vídeo VHS. Si teníamos un cartucho del videojuego Mission Impossible para GBC, podíamos usar nuestra consola portátil como un control remoto.
El cartucho de Mission Impossible podía convertir tu Game Boy Color en un mando a distancia
Cuando llegó al mercado en 1998, una de las principales novedades de Game Boy Color con respecto a la Game Boy original fue su puerto de infrarrojos, que permitía transferir datos entre dos consolas GBC de manera inalámbrica. Por desgracia, muy pocos juegos llegaron a ser compatibles con él, dado que las funciones que ofrecía estaban limitadas en comparación con las Cable Link. Es decir, nada de modo multijugador como tal, y las dos consolas debían estar pegadas la una a la otra, con los puertos IR apuntándose mutuamente.
Probablemente el caso de uso más famoso y habitual fuese la función de Regalo Misterioso de los juegos de la Segunda Generación de Pokémon: las ediciones Oro, Plata y Cristal. Esta mecánica jugable permitía que dos GBC con copias de cualquiera de estos tres juegos se conectasen entre sí vía infrarrojos para generar un objeto aleatorio al día para cada participante del intercambio.

No obstante, un videojuego en particular que no destacó especialmente dentro del catálogo de esta consola portátil dotaba a GBC de una función adicional completamente inesperada. Mission Impossible, el juego oficial de la primera ‘Misión Imposible’ de Tom Cruise, tenía una opción para convertir a la pequeña máquina en un mando a distancia.

Se trataba de un añadido inusualmente complejo y elaborado, dado que permitía programar los botones de la consola para que replicasen la función del mando a distancia cuya señal copiásemos. De esta manera, podíamos tener la ocasión de cambiar de canal o subir el volumen desde nuestra Game Boy Color, lo cual era una curiosidad bastante interesante que, al margen de su utilidad práctica, también podía servir para gastar bromas a nuestros familiares o amigos, dado que no serían conscientes de que podemos manipular el televisor desde la consola. Eso sí, cabe destacar que, al ser una consola con tan pocos botones, su utilidad real era algo limitada.
No volveríamos a ver una función similar en una consola de Nintendo hasta 2012, con el lanzamiento de Wii U. El gamepad de esta máquina también poseía un puerto IR, y permitía, de forma nativa, usarlo como mando de TV para cambiar de canal, cambiar la entrada del televisor o modificar el volumen. En otras palabras: este uso más extendido y popular puede considerarse una especie de “heredero” o “sucesor” del mando a distancia de GBC vía Mission Impossible.

En definitiva, aunque no fue una característica especialmente popular porque estaba sujeta al uso de un juego en particular y no era algo integrado en la propia consola, la función de mando a distancia de Game Boy Color gracias a Mission Impossible demostró que la inventiva de algunos desarrolladores no tiene límite, y que las herramientas ofrecidas por Nintendo daban lugar a posibilidades bastante interesantes. Mientras que algunos títulos intentaban exprimir al máximo accesorios como el Cable Link o Game Boy Printer, Rebellion Developments, los creadores de este juego de ‘Misión Imposible’, se las ingeniaron para dotar a la pequeña consola de un uso tan peculiar como interesante.
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