Desvelan detalles de los juegos de lanzamiento de Switch 2 y los coleccionistas de versiones físicas están furiosos

Gracias a las cadenas de distribución japonesa y a la obligación de indicar claramente si el contenido de una edición física es una game-key (tarjeta llave), ya tenemos una lista más clara de los juegos que van a utilizar esta alternativa, y el panorama es exactamente lo que más temían los amantes de la versión física: casi todos los juegos externos de Nintendo se han acogido a esta modalidad.

Todos estos títulos aparecerán con game-key, por lo menos en Japón. Hay ciertas dudas con Daemon x Machina, ya que en occidente no aparece con esa indicación, de modo que habrá que esperar.

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Las únicas compañías externas que se ha atrevido a lanzar su juego en un cartucho propio han sido CD Projekt, que ofrecerá su Cyberpunk 2077 con la expansión Phantom Liberty, todo en un cartucho de 64GB; y Marvelous, que lanzará Rune Factory Guardians of Azuma en un cartucho de 64 GB también. El resto de nombres con cartuchos dedicados de lanzamiento son todos de Nintendo (Mario Kart World y las ediciones Switch 2 de Breath of the Wild y Tears of the Kingdom).

Tarjeta Llave, una solución de compromiso

Las game-key cards han sido la solución que ha encontrado Nintendo para intentar atajar uno de los principales dolores de cabeza de su inquebrantable amor por los cartuchos. Al contrario que los discos ópticos, los cartuchos son bastante más caros de producir (y más si son rápidos, como es el caso), lo que obliga a las compañías que quieren lanzar físico a echar cuentas cuando llegan a Switch.

Ante el coste, son muchas las que optan por lanzarse en la odiada fórmula de “código en una caja”. Inútil para la mayoría de amantes del físico, un gasto de plástico y sin posibilidad de venta en segunda mano una vez que canjeas el código. Los game-key, sin embargo, al menos ofrecen la posibilidad de compartir o vender el título, aunque el sentido de tener que meter un cartucho vacío para tener que descargarte el juego completo es cuestionable (máxime cuando además hay que tener insertado el cartucho para poder jugar a lo que es una copia 100% digital del mismo a fin de cuentas).

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Hay quien puede argumentar que la opción de las game-key es menos mala que la del “código en una caja”, especialmente atendiendo al potencial de compra-venta. Pero para el amante del físico no deja de ser un jarro de agua fría, especialmente cuando compañías grandes como Sega apuestan por esta fórmula, en vez de asumir los costes del cartucho y ofrecer una versión “completa” que funcione de una forma más o menos tradicional. A fin de cuentas, un juego normal de Switch siempre podrá ser jugable incluso en un futuro lejano en donde los servidores ya no funcionen, igual que se puede jugar hoy en día sin problemas a un juego de Super Nintendo en la consola original. Pero un juego en game-key siempre estará a expensas de que haya un servidor de donde bajártelo.

Veremos a ver si, a medida que Switch 2 vaya arrancando, la situación con las game-key cambia de tendencia o si, en cambio, Nintendo ha dado la excusa perfecta para que las compañías no se molesten en comprar cartuchos.

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