Indudablemente hay una gran favorita en Demy Moore. Parecía inimaginable que la actriz norteamericana, todo un mito de décadas pasadas, se asomara por los Premios Oscar. El 2 de marzo tocará el cielo.
Es la categoría que ha dado más vueltas desde que empezó la carrera por llegar al Oscar. Nicole Kidman (‘Babygirl’), Angelina Jolie (‘María Callas’) o Saoirse Ronan (‘The Outrun’) apuntaban a expectativas altas, pero se fueron desinflando según pasaban los meses. Hasta sonó con fuerza la nominación para una estrella venida a menos como Pamela Anderson (‘The Last Showgirl’). Ha sido la irrupción de otra superconocida actriz de los 90 la que animó la categoría. Demi Moore (’La sustancia’) aglutina ese bagaje y esa historia detrás que tanto gusta premiar a la Academia. Puro Hollywood.
Sin duda, la gran favorita es Demi Moore. Hay pocas dudas de que gane. Demi Moore encarna la historia viva de Hollywood. Ese regreso al estrellato después de una época de esplendor máximo en décadas anteriores que tanto gusta en EE UU. El resurgir de sus cenizas. Esa historia de superación, y segundas oportunidades, que tanto y tan bien sabe vender la Academia. Cóctel ideal para recibir un Oscar. Su interpretación es de matrícula de honor y además cuenta a su favor que, pese a que ‘La Sustancia’ pise el terreno del terror y la ciencia ficción, ha gustado muy, mucho.