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Yu-Gi-Oh World Championship 2008

Yu-Gi-Oh World Championship 2008

  • PlataformaDS7
  • GéneroSimulación
  • DesarrolladorKonami
  • Lanzamiento28/03/2008
  • TextoInglés
  • EditorKonami

Cartas mágicas

Convertida en una saga reputada gracias a su gran comunidad de aficionados, Yu-Gi-Oh! se ha labrado año tras año abrirse un hueco destacado en el género de las cartas tanto en GBA como en NDS. La edición 2008 sigue un camino conservador, volviendo así a ofrecer la misma fórmula con ligeros cambios y haciéndose eco de la clásica filosofía que Konami aplica en estos casos: Si algo funciona, para qué cambiarlo.

Actualizado a

Cuando un videojuego una película tiene éxito inmediatamente pensamos en una continuación, en alguna secuela o precuela que amplíe la historia del producto original. La imaginación se convierte en un bien escaso a pasos agigantados a medida que los grandes títulos expanden sus tentáculos por todos los géneros y plataformas compatibles. Es el cáncer de la presente generación, daños colaterales de una excesiva fijación por el aspecto gráfico y por los fallidos intentos de plagiar a los pesos pesados del mercado; es la cruda realidad. 

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Como en cualquier tema que se preste a una opinión teóricamente objetiva, este cambio de rumbo en la industria beneficia a unos y perjudica a otros tantos. Lejos quedan los tiempos gloriosos para los amantes de los RPGs; el presente demanda acción, y quién sabe si el futuro podrá levantar un género estancado que bebe de influencias pasadas, de un sistema de juego que apenas ha variado a lo largo de diez años. Pero más importante que los hechos es la esencia de todo el problema, ésa sensación de que los productores saben qué formulas surgen efecto y de que la originalidad se paga caro en la época del avance tecnológico.

Es, en fin, una forma más de entender -y de apreciar- el juego que traemos entre manos. Yu-Gi-Oh! es una de esas series basadas en un anime popular que ha dejado a su paso una estela de juegos regulares que ofrecían al jugador una propuesta directa basada en el clásico sistema de cartas mesturado con destellos de Rol. Con el paso del tiempo la saga ha ganado prestigio y se ha convertido en un referente del género, debido única y exclusivamente al gran potencial del sistema de juego. La diferencia con respecto a cualquier otro juego de esta categoría es que, muy al contrario que en otros videojuegos más orientados hacia la diversión instantánea, un YuGiOh es sinónimo de paciencia y dedicación, uno de esos cartuchos que nos obligan a exprimir al máximo todos los elementos del mismo hasta dominar los tableros.

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Un mundo diferente
La dinámica del juego es básicamente la misma de años anteriores, gráficamente el juego es idéntico a su antecesor, y salvo algunas cartas nuevas y un modo de juego añadido World Championship 2008 es en esencia exactamente el mismo título del que pudimos disfrutar en 2007. En ambos nos topamos con una de las constantes de la saga; un apartado técnico muy disimulado y poco atrayente que pone de manifiesto la intención de Konami de centrar todo el protagonismo del juego en los duelos. Damos fe de que lo consigue sin sacrificar por completo el apartado técnico.

La puesta en escena de los duelos se lleva a cabo mediante un sistema en el que por un lado en la pantalla superior contemplamos el tablero en 3D, con las correspondientes animaciones de las cartas y de las invocaciones que lanzamos, y por el otro en la pantalla inferior un tablero clásico en el que administrar las cartas. A igual que en años anteriores comenzaremos con un número limitado de cartas y con un ‘starter deck' para más tarde comenzar a adquirir nuevas barajas; contamos con un buen número distinto de monstruos aliados y de invocaciones que en pantalla son el único elemento a destacar.  De resto, desde la interfaz a los personajes secundarios, se mantiene a un nivel que roza lo visto en GBA.

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Las opciones de personalización sí gozan de alguna importancia en este aspecto. Al principio debemos elegir qué personaje nos gusta más para represarnos, con opción a variar su rostro, pelo, silueta, etcétera. Una vez terminado el proceso de introducción, en el que también será menester elegir un nombre, comenzará la aventura real. Dos modos de juego no abren las puertas, los dos únicos a los que haremos frente a lo largo de los duelos. Mientras que el denominado ‘Duel World' es un pseudo modo de historia, con un mapa general muy rústico por el que desplazarnos a zonas de competición o simplemente para encontrar personajes secundarios y retarlos. También, pese a tratarse de algo poco esporádico, veremos alguna que otra escena en la que se desarrolla un argumento tan vacío como el aspecto gráfico. 

Por ello el modo restante, World Championship, es a todas luces el principal y más logrado del cartucho. Duel World estaba llamado a convertirse en el nuevo reclamo del juego y en ese sentido no ha cumplido con su objetivo, pero sí hay que elogiarle un primer acercamiento a lo que puede ser un modo historia digno y decente. Por lo tanto el modo World Championship representa la vida útil del juego. Numerosos duelos, posibilidad de adquirir nuevas cartas, incluso algunos extras, y lo que en resumidas cuentas podría ser entendido como un modo arcade en el que nuestro principal objetivo es ganar todas las partidas que disputemos contra la IA enemiga.

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También en multitud
Resaltábamos en la entradilla del texto la importancia que los aficionados han tenido a la hora de dar popularidad al juego tanto en foros como en blogs y otros medios de comunicación. Al igual que sucede con los FPS de los que hablábamos antes, esta vertiente de Yu-Gi-Oh se ha caracterizado por ofrecer a los usuarios un completo modo por WiFi y Wireless, en el que hay que destacar especialmente el primero. Una vez más apenas encontramos cambios con respecto a la versión del año pasado, quizás una mejoría en la fluidez de las partidas muy poco notada. Por otro lado hay que reconocer que de no cambiarse el sistema gráfico es difícil imaginar qué otras alternativas se podrían incluir en el online.

En cierto modo la dificultad del título enturbia la posibilidad de que los no iniciados puedan disfrutar de este modo de juego en su plenitud. Esta afirmación, algo descabellada según se mire, vine dada a raíz del enorme tutorial con el que cuenta el cartucho, disponible desde el modo World Tour -el Duel World nos indica en su comienzo la necesidad de visitar el tutorial si no conocemos el sistema de juego- e imprescindible para todo aquél que no haya disfrutado nunca de un World Championship. Más que la dificultad de los combates en sí es el sistema de cartas el que pasa factura; muy poco intuitivo, es necesario un interés real por el juego para poder apreciarlo en su plenitud.

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Con todo, los duelos transcurren a bastante velocidad y contamos con muchas posibilidades para optimizar la baraja a nuestro antojo, además también de múltiples variantes durante los combates dependiendo del tipo de baraja que hayamos decidido emplear. Los combates online son muy útiles para aprender de los rivales de forma inteligente, pero tened en cuenta que en todo Yu-Gi-Oh hay una diferencia abismal entre el jugador medio y el no experimentado. Dicho de otro modo, aquí no existe eso de la suerte del principiante, y menos con el densísimo tutorial al que sí o sí tendremos que hacer frente.

Conclusión
Queda patente que los Yu-Gi-Oh siempre han apostado por una mayor fortaleza en la jugabilidad y han dejado de lado los apartados técnicos. Que se hayan dejado de lado no implica que no se hayan cuidado, más bien que no tienen ni punto de comparación con la preocupación y dedicación puesta en el sistema de cartas. Del sonido mejor ni hablar, sería volver a repetir lo mismo de siempre; las buenas melodías quedan reservadas para los grandes juegos.

El problema sangrante de la edición 2008, amén de las pocas novedades que trae -algunas cartas nuevas, mejoras en el online, nuevos avatares…, poco más- es la similitud con la versión del año pasado. Pero si analizamos el cartucho desde el punto de vista de una persona interesada en el género sin conocer la saga y ávida de retos difíciles -no tanto contra la CPU como contra otros humanos- caemos en la que cuenta de que el año que ha transcurrido entre ambas versiones no ha sido suficiente para lacrar un buen cartucho que a buen seguro hará las delicias de los aficionados de siempre. Lástima que Konami abogue por mantener la misma fórmula hasta que se agote y no apueste por lanzar productos realmente mejorados. Con un pobre modo arcade disfrazado bajo el nombre ‘Duel World' no es suficiente para dar la talla.

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  • Por su mecánica hay pocos juegos de NDS que ofrezcan tantas posibilidades como éste.
  • Ingente cantidad de opciones en el modo World Tour. 
  • Escasas novedades pero interesantes para los aficionados de la saga.
7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.