Análisis The Pedestrian; Uno de los mejores y más originales juegos de puzles

Hace escasos días, en el análisis de esa joya del mundo del videojuego que es Kentucky Route Zero, nos congratulábamos de todo lo bueno que ha aportado el sector independiente del medio al mismo. Sin duda, el género de los juegos de puzles, en sus múltiples variantes posibles, ha sido uno de los más beneficiados de ello. El señor Jonathan Blow nos agasajó en plena irrupción de lo que se dio a conocer como la explosión indie con ese clásico atemporal que fue el maravilloso Braid, y hace un par de años nos ofreció otra maravilla de los rompecabezas como fue el evocador e inmersivo The Witness. La buena gente de Croteam abandonó los tiros de la saga Serious Sam para regalarnos el colosal juego de puzles The Talos Principle, fundiendo de forma magistral rompecabezas con filosofía y existencialismo en uno de nuestros juegos favoritos de esta generación que comienza a dar sus últimos coletazos. Otras joyas del género fueron el estupendo The Turing Test, con una excelente ambientación de ciencia ficción que nos planteaba el dilema de qué nos diferencia de las máquinas, o el soberbio, original a rabiar e inmisericorde Stephen´s Sausage Roll, nunca cocinar salchichas supuso tantos quebraderos de cabeza y a la vez resultó ser una actividad tan satisfactoria.

 Precisamente, si algo hay que destacar de todos ellos, además de la calidad que desbordan por los cuatro costados, es la variedad de sus propuestas y sus formas de plasmarlas. Compartiendo género, resultan títulos muy diversos, con sus propias mecánicas y desarrollos, sin siquiera compartir perspectiva en muchos casos. Esta es una de las razones por las que adoramos el género y todo los que el imaginativo sector independiente le ha aportado al mismo. Y es precisamente por ello por lo que nos ha conquistado este fenomenal juego de puzles que la pequeña desarrolladora independiente Skookum Arts ha creado. Con una puesta en escena rompedora, fresca y personal como pocas, y unas mecánicas geniales en constante variación, este The Pedestrian que tanto nos ha sorprendido no solo es uno de los mejores videojuegos de puzles que hemos jugado en mucho tiempo, es que además es uno de los títulos que más nos ha hecho disfrutar últimamente. Desde ya, os avisamos que estamos ante un nuevo imprescindible del género, un juego que recomendamos sin el menor atisbo de duda y que os garantizamos que os hará pasar unas horas maravillosas si os gusta devanaros los sesos.

Moviéndonos por la ciudad en una nueva perspectiva

The Pedestrian es un título rompedor desde su mismísima puesta en escena. La original propuesta del título nos invita a manejar al típico monigote de señales por una serie de carteles, pizarras y elementos similares, en dos dimensiones como solo puede hacerse en estos elementos, pero a su vez vemos una representación tridimensional detallada del mundo que los rodea, en una amplia variedad de entornos tanto urbanos como industriales. El contraste entre bidimensionalidad de los carteles por donde nos movemos y la representación tridimensional de los entornos donde están ubicados es algo digno de verse y que realmente resulta espectacular y deja momentos realmente bellos, efecto reforzado en las transiciones cuando avanzamos entre zonas. Esta original apuesta por un enfoque tan fresco y personal es el primer y enorme acierto del título. Estamos ante un juego de puzles con uno de los envoltorios más atractivos que recordamos.

Tal acierto sería en balde si no se acompañara de las mecánicas adecuadas, algo vital en un juego de puzles. Y la verdad es que a nivel jugable The Pedestrian es una genialidad. Las mecánicas son igual de frescas que su puesta en escena, y de hecho dicha puesta en escena es la que marca las mecánicas iniciales del juego. Nuestro objetivo será avanzar a través de los cartelitos que encontremos, recolectando varios objetos en algunos puntos. Los diferentes carteles o paneles tienen varios puntos de entrada y salidas, representados por puertas y escaleras. Uniendo dichas zonas de transición entre ellos, debemos crear nuestra ruta para avanzar. Dicho así tal vez no suene demasiado atractivo, pero os garantizamos que pocas veces hemos tenido una sensación tan placentera resolviendo rompecabezas en un videojuego.

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Pulsando un botón podemos alternar entre dos formas de control: en una manejamos un puntero, que nos permitirá mover los paneles por la pantalla y unir las diferentes entradas y salidas de los mismos. Pulsando de nuevo dicho botón, pasamos a manejar directamente al monigote a la monigota (se puede elegir el sexo de nuestro avatar) para poder desplazarnos y avanzar por los carteles. Las normas básicas son que si un cartel tiene una salida por ejemplo por la derecha, solo podemos conectar dicha salida con uno que tenga entrada por la izquierda, y dichos paneles deberán estar situados de forma que el primero quede físicamente a la izquierda del segundo. Una vez atravesemos una transición entre paneles con el monigote, si la deshacemos para efectuar otra conexión se reinicia el puzle. Esta dualidad entre colocar y unir los paneles y manejar al avatar es muy satisfactoria, tanto en las situaciones donde nos tomamos nuestro tiempo para ordenar y unir los paneles con calma y luego controlamos al personaje para avanzar desde el principio al final de ese puzle, como en aquellas donde debemos alternar los dos modos de control e ir avanzado a medida que reorganizamos todo.

Os lo garantizamos. Es complejo de expresar con palabras, pero os aseguramos que la propuesta jugable de este magnífico juego de puzles es una absoluta genialidad. Además, pronto veremos que la combina con interruptores, mecanismos, cubos y láseres en la mejor tradición del género, para sazonar los estupendos puzles del juego con elementos que los hagan aún más atractivos. Pero es que lo mejor de todo es que a partir de esta base, que como ya os comentamos resulta muy buena, The Pedestrian está constantemente introduciendo mecánicas novedosas para darle una nueva vuelta de tuerca al juego y obligarnos a pensar las cosas de nuevo cuando creíamos que ya las teníamos dominadas. El desarrollo nunca cae en el tedio, siempre nos sorprende con algo nuevo, y sabe introducir estas nuevas mecánicas de forma adecuada y escalonada, sin necesidad de ningún tutorial o explicación más allá de presentarlas de forma efectiva.

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Unas de las cosas que hace verdaderamente grande a un título de puzles es esa sensación de satisfacción que nos proporciona el ir resolviendo los rompecabezas que nos plantea. The Pedestrian es en este sentido un triunfo absoluto del género, con unos puzles geniales, planteados de forma escalonada y siempre lógicos, con una dificultad progresiva, exigente por momentos pero que siempre está bien medida y pese a que exigirá los mejor de nuestras neuronas nos atrapa hasta dar con la solución a ese enigma al que nos enfrentamos. Y repetimos, la sensación de satisfacción que sentimos al conseguirlo es enorme, y nos deja con el sentimiento de que realmente estamos disfrutamos mientras nos estrujamos el cerebro.

El rompecabezas Zen

Por mucho que insistamos a lo largo de este texto, nunca haremos justicia a la fenomenal y personal puesta en escena de la que hace gala The Pedestrian. La fusión entre elementos bidimensionales en forma de carteles, pizarrines y similares por los que nos movemos, con unos detallados y variados entornos tridimensionales resulta ser de los más atractiva. La perspectiva de la ciudad y otros entornos que esta fusión arroja es enormemente orginal, y deja momentos sorprendentes y de gran belleza, es especial en ciertas transiciones entre escenarios muy bien conseguidas y que resultan espectaculares. El sorprendente conjunto visual del juego es una maravilla, y nos hace ver con un nuevo enfoque estampas cotidianas que nunca imaginamos que serían plasmadas de esta forma.

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La acertada selección musical hace una gran labor de acompañamiento mientras nos estrujamos los sesos, y funciona de forma dinámica, de manera que sube de énfasis cuando resolvemos un rompecabezas, aumentando nuestra sensación de satisfacción. La música es relajante, emotiva y evocadora, y en conjunción con las puesta en escena y el reto que nos propone el título, todos estos elementos se refuerzan mutuamente para acercar el disfrute del título a una suerte de experiencia Zen.

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En el debe del título pocas cosas podemos echarle en cara. Lo que más nos ha dolido es que se hace tristemente corto. en apenas 5-6 horas lo hemos completado. Dciha tristeza se refuerza por el hecho de que el juego termina justo cuando mejor se pone, cuando le da la vuelta de tuerca definitiva a propuesta, y nos deja con ganas de mucho más. También es verdad que podría haber hecho algún esfuerzo más a nivel narrativo, tratando de contar algo más de lo que hace. En cualquier caso, dado lo mucho que nos ha hecho disfrutar y la manera en que nos ha atrapado por completo mientras lo hemos jugado, junto con su más que ajustado precio de venta de 16,79 euros, no solo le perdonamos estos defectos, si no que lo situamos en el panteón de los mejores juegos de puzles de forma más que merecida. si os gusta el género, o simplemente os apetece darle al coco mientras disfrutais de una puesta en escena rompedora y de los más atractiva, The Pedestrian es de las mejores opciones que teneis hoy en día.

Código suministrado por GOG