Abriendo gas

El mundo del motor está muy bien representado en la actual generación de consolas, con una gran cantidad de títulos de calidad, aunque principalmente si hablamos del mundo de los automóviles. El deporte de las dos ruedas está presente de forma bastante más discreta, principalmente con la serie Moto GP, producto oficial del mundial de motociclismo. SBK 08 es un producto similar en su concepción, aunque desarrollando la licencia oficial del mundial de Superbikes. La mecánica resulta sencilla, encarnar a uno de los pilotos de las escuderías oficiales e intentar ganar, una a una, todas las pruebas del calendario. Ante nosotros se abren todas las posibilidades de la alta competición, y podremos profundizar tanto como queramos para lograr convertirnos en el campeón de la temporada. Por supuesto, es mucho más sencillo decirlo que hacerlo.
 

Y es que, ya desde el principio, SBK 08 marca claramente las reglas del juego, llevando el control al terreno de la simulación completa de motos de competición. Aunque hablaremos de ello posteriormente, dejamos claro desde ya que este no es un título apto para los que busquen satisfacción instantánea. Al igual que en la realidad, tocará aprender a dominar las máquinas, cosa nada fácil, y los buenos resultados tardarán en llegar. Sin ánimos de desanimar a nadie, habrá que trabajar cada paso de curva una y otra vez, tanto que al final una buena vuelta nos sabrá a gloria. En consonancia a este trabajo veremos como nuestro nivel de juego mejora y nos sentimos más cómodos con la moto y los distintos circuitos. Igual que un piloto de verdad.

La presentación de SBK 08 comienza con una potente introducción donde, a ritmo de guitarra, se nos muestran fragmentos de video de carreras del mundial. Tras ello, un cuidado menú nos permite adentrarnos en las diversas opciones de juego, entre las que destaca el modo carrera. La atención puesta en los paddocks y el interior de los boxes es digna de mención, como también lo es el excelente modelado de las motos, auténticas protagonistas de este apartado. Tampoco desentonan los pilotos, perfectamente animados y con unas características físicas que les dan verdadera entidad en pantalla. Las ocho cámaras disponibles nos presentan varios puntos desde los que tomar el control, existiendo cinco de cuerpo completo y tres subjetivas, espectaculares pero poco jugables si queremos ser competitivos.

Una vez en carrera, tanto la sensación de velocidad como los efectos visuales están muy conseguidos, notándose por ejemplo los derrapes de la moto al salir de una curva en pavimento mojado. Sin embargo, el buen trabajo general contrasta con la austeridad de los decorados, incomprensiblemente vacíos de cualquier tipo de público. Resulta llamativo pasar por las tribunas a más de 200 kilometros por hora y observar unos tristes sprites que hacen las veces de aficionados, y que ni siquiera se mueven a nuestro paso. Se echa en falta un poco más de trabajo en este aspecto, así como por dotar de algunos elementos más el exterior de la pista, bastante desértico en la mayoría de circuitos. Es un punto oscuro en una presentación visual más que correcta, y que, obviando esto, satisfará completamente a los amantes de la conducción sobre dos ruedas.

La enérgica canción de la introducción augura buenas sensaciones musicales en la toma de contacto con el título. Sin embargo, la dura realidad es que durante las carreras no escucharemos más sonido que los producidos por la propia moto y por los competidores. La ausencia de música durante las pruebas es una decisión más que discutible, aunque debería existir la posibilidad de desactivarla o no. No es el caso, ya que no existe acompañamiento musical durante las pruebas, es una restricción del propio diseño del título. Lamentablemente, sin este acompañamiento los giros al circuito acaban volviéndose especialmente monótonos, echándose en falta algún tipo de melodía, aunque suene como acompañamiento.

Por otro lado, los sonidos de las bestias mecánicas son los absolutos protagonistas del repertorio sonoro, limitándose a cumplir su cometido. Cada moto cuenta con una escala de distintos tonos, en función de la aceleración del motor, correctamente capturados y bastante fieles a los sonidos de una moto de dichas dimensiones. Se ha prescindido de más sonido ambiente que el de las ruedas contra el asfalto y el producido por los motores, por lo que tampoco escucharemos al público jalearnos gritos de ánimo. Se echa en falta un poco más de trabajo en este apartado, que parece haber sido bastante descuidado y es, con toda probabilidad, el punto más flojo del conjunto final.

En contraposición a estos pequeños detalles, la jugabilidad del título ofrece un gran número de opciones y compensa con creces cualquier tipo de problema técnico. Como hemos dicho en la introducción, SBK 08 no es un juego apto para los amantes del gas a tope, y requiere un buen control de los pulsadores analógicos para dar la potencia justa a la moto en cada punto. El trabajo que se requiere para dominar el pilotaje no se completa a los pocos minutos de juego, aunque existe un buen tutorial dedicado a introducirnos en los conceptos básicos. Adicionalmente, existe un gran número de ayudas al pilotaje que nos harán la vida más fácil. Elementos tales como asistencia de frenado, marcaje de la zona óptima por la que rodar, aceleración de salida o control de estabilidad están disponibles para aquellos menos habilidosos o que simplemente quieran comenzar con apoyo en el control.

El título ofrece varias opciones de juego, pasando desde la acción instantánea (correr una carrera sin clasificación ni entrenamientos) hasta completar el mundial completo con sus tandas de entrenamientos y clasificación correspondientes. En un paso intermedio, podremos optar por correr carreras de un fin de semana completo, o realizar desafíos contra la máquina. Este último modo es recomendable para mejorar el control de la moto en maniobras avanzadas, tales como cerrar a los rivales o realizar adelantamientos in extremis. El número de circuitos llega a la veintena, contando con las pistas reales del calendario oficial, entre las que podemos encontrar, por ejemplo, el circuito de Cheste. Como no podía ser de otro modo, se incluye modo multijugador a pantalla partida y también a través de Internet.

La experiencia de juego más rica, participar en el mundial de Superbikes, nos pone en la piel de cualquiera de los pilotos del campeonato oficial. Una vez seleccionada nuestra identidad, y por ende la de nuestra escudería, entraremos en el paddock, desde donde podremos tomar todas las decisiones. En una simulación tipo manager, podremos gestionar aspectos derivados del pilotaje, como los reglajes (prestando atención a un gran número de detalles) o la elección de las configuraciones de la moto. Podremos pedir ayuda a un ingeniero que nos proveerá con una gran cantidad de consejos, que variarán en función del equipo al que pertenezcamos, pero que en general nos permiten sacar más partido de nuestra máquina. La personalización de la moto permite a los aficionados a la mecánica sacar sus dotes a relucir, y trabajar en sus vehículos tanto como quieran. Para los que no quieran preocuparse de estos detalles, un asistente nos permite seleccionar una configuración adecuada con una única pulsación de botón.

Centrándonos en el pilotaje, lo cierto es que nos ha llamado la atención el grado de respuesta del personaje, muy afinado y cercano a la realidad. Debemos considerar aspectos como el peso de la moto, así como sus ajustes técnicos y las condiciones de la pista y la meteorología. No se trata de un tópico, estos aspectos influyen de manera muy visible en las sensaciones del jugador y en la reacción del piloto ante nuestras órdenes. Puede llegar a frustrar en los inicios, sobre todo si se persigue la idea de que las curvas son sencillas y que nuestro objetivo es acelerar más que los demás. La dura realidad nos golpeará en estos casos, y nos daremos cuenta que llegar a trazar bien una curva supone una pequeña alegría, amén de unos valiosos segundos.

Conclusiones

Tras completar todas las pruebas del mundial todavía queda mucha diversión en SBK 08. A pesar de su duro arranque, es un título que recompensará a aquellos que se decidan a trabajar sobre el pilotaje de las motos. Por otro lado, desesperará a aquellos que busquen sensaciones instantáneas, por que no las conseguirán sin un mínimo de esfuerzo. Su apartado técnico, notable en unos aspectos y pobre en otros, deja buen sabor de boca en general, aunque la falta de sonido es algo que, aunque puede que muchos pasen por alto, acaba notándose.