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PlayerUnknown's Battlegrounds

PlayerUnknown's Battlegrounds

  • PlataformaSTDPS4ANDIPDIPHXBOPC9
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorPUBG Corporation
  • Lanzamiento20/12/2017 (PC)20/03/2018 (AND, IPD, IPH)04/09/2018 (XBO)07/12/2018 (PS4)28/04/2020 (STD)
  • TextoEspañol
  • EditorKrafton Inc.

PlayerUnknown's Battlegrounds, Análisis

Con la llegada de su versión 1.0 analizamos el presente y futuro del juego de moda.

Actualizado a

2017 pasará a la historia como uno de los mejores años del videojuego. Pero será recordado, también, por el fenómeno que ha roto todas las previsiones posibles: Playerunknown’s Battlegrounds. El título de Blue Hole que desde el pasado 20 es ya versión final pero que ha cosechado un éxito inédito desde su estado Early Access. Ventas, número de jugadores simultáneos… Las cifras que rodean este Battle Royale asustan. Una propuesta no exenta de problemas y a la que se le ven las costuras: contratiempos técnicos, pobre rendimiento… Por eso es tan complejo analizar como se merece Battlegrounds. Porque no se trata de un juego al uso. Detallando cada una de sus partes, como si fuera una autopsia, el veredicto sería claro: no está al nivel de sus irrefutables números. Pero eso sería, simple y llanamente, no haber entendido absolutamente nada de lo que realmente ofrece Battlegrounds. Y lo que oferta es, ni más ni menos, que una experiencia única. Imprescindible. Y ya referente.

Brendan "PlayerUnknown" Greene tuvo hace muchos años una visión: trasladar al videojuego la perturbadora y macabra propuesta de Battle Royale, la clásica cinta de culto de Kinji Fukasaku. En ella, se nos presentaba una distopía en la que los alumnos de una clase de secundaria se veían obligados a participar en un juego en el que solo podía haber un único ganador, y superviviente. Los participantes eran abandonados en una isla y debían valerse de sus habilidades e ingenio para intentar sobrevivir a la matanza. Greene aprovechó el éxito de Arma 2 y su mod DayZ para presentar su primera iteración de Battle Royale, un modo de juego que aprovechaba el mapa y el armamento del por aquél entonces popular simulador militar para sumergirnos en una experiencia multijugador muy cercana a lo visto en el film protagonizado por Takeshi Kitano.

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Poco tiempo después, Brendan Greene adaptó el popular mod al nuevo juego de Bohemia, Arma 3. Estamos en pleno apogeo del género 'survival' en PC, y Battle Royale para Arma 3 se convirtió en uno los mods más populares de la comunidad. Tanto, que SOE no dejó escapar la oportunidad de incorporar un modo Battle Royale para su prometedor H1Z1, desarrollado en colaboración con el propio Greene. El de H1Z1 fue, hasta el lanzamiento de Battlegrounds, el Battle Royale más popular del mercado, y uno de los juegos más jugados en Steam. Pero Brendan Greene tenía una espinita clavada. Ya fuera por las limitaciones del motor de Arma o por el enfoque arcade por el que SOE había optado al plasmar su idea, todavía no había podido desarrollar un Battle Royale desde cero en el que implementar con firmeza su proyecto. Y así, tras tres iteraciones de su idea original, Greene se volcó por fin en el desarrollo desde los cimientos de un Battle Royale puro, sin las limitaciones que conllevaban ser un modo derivado de otro juego. Y hoy, tras un breve periodo 'early access', recibimos por fin el Battle Royale tal y como PlayerUnknown lo había concebido originalmente. Hoy analizamos el juego más popular del momento. Bienvenidos a Battlegrounds.

Como decíamos, es muy difícil analizar un juego como Battlegrounds. Y es que si nos ceñimos a los fríos y objetivos datos, el de PlayerUnknown es un título que "únicamente" cuenta con un modo de juego, un par de mapas y un puñado de sets cosméticos que recolectar como única recompensa por jugar. Cualquier otra propuesta multijugador hubiera sido crucificada con unos números así. ¿Cómo puede pues un juego con semejante carta de presentación convertirse en el mayor fenómeno de los últimos años? La respuesta es muy sencilla: por su fascinante experiencia de juego, rica, variada e impresivible como pocas se recuerdan. La premisa de Battlegrounds es muy sencilla. Emulando la sinopsis de Battle Royale, 100 jugadores son lanzados a una isla desierta para participar en un combate a muerte en el que solo puede quedar un ganador. En ella encontramos armas, vehículos y utensilios varios para combatir contra el resto de jugadores. A partir de ahí, el desarrollo de la partida y la experiencia de cada jugador en ella es distinta. Suena tópico, pero en el caso de Battlegrounds es una realidad: no hay dos partidas iguales.

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¿Y cómo lo consigue? Pues dando a cada jugador la libertad absoluta de desenvolverse como quiera (y buenamente pueda) dentro del campo de batalla. No hay reglas en Battlegrounds, nuestro único objetivo es sobrevivir. Cómo conseguirlo dependerá de la habilidad, astucia e inteligencia de cada uno. Los 8 kilómetros cuadrados que componen cada uno de los dos mapas disponibles en el lanzamiento del juego se prestan a ello. Y es que en Battlegrounds caben muchos estilos de juego, todos igualmente válidos y ninguno de ellos imprescindible para alzarse con la victoria.

La partida empieza en el momento en el que saltamos del avión en el que todos los jugadores aparecen. Cada pocos minutos la zona de juego se reduce de forma aleatoria, y el único requisito es estar siempre dentro del área. A partir de ahí, cada jugador debe apañárselas para sobrevivir. Y es aquí, como decíamos, donde cada partida cambia con respecto a la anterior. Los hay que prefieren saltar del avión y empezar a buscar armas con relativa tranquilidad en la periferia del mapa. Otros, sin embargo, empezarán su cruzada desde el centro del mismo, lo que les da más posibilidades de estar cerca de la zona válida de juego cuando ésta empieza a estrecharse. Es posible que el primer jugador tenga la suerte de encontrar un rifle de francotirador con una buena mirilla, y que el otro a duras penas haya conseguido equiparse con un subfusil y un casco de motorista. Sin embargo, la aleatoriedad de la partida puede llevar a que la partida se vaya cerrando para terminar en un ambiente urbano, lo que dará muchísima ventaja al que durante el transcurso de la batalla haya encontrado armas de corto alcance. Por contra, es posible que en la siguiente ronda la zona de juego quede en el extremo opuesto a la que se encuentra alguien a quien le gusta jugar en las afueras, lo que le obligará a perder tiempo desplazándose a toda velocidad en vez de estar buscando mejor equipamiento en casas y edificios.

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Además, son tantas las localizaciones que definen cada mapa que bien podríamos decir que en cada ronda de Battlegrounds hay congregadas varias experiencias de shooter distintas. Varios juegos en uno. Y es que bien podemos estar tiroteándonos por las calles de un poblado al más puro estilo frenético de Call of Duty como moviéndonos lenta y sigilosamente apenas unos minutos después por las laderas de una montaña como si de un Arma se tratase. El combo de arma primaria y secundaria que tan bien nos había funcionado en la última partida puede no sernos útil en la situación en la que nos ha expuesto la actual. La escopeta cargada de munición y gadgets que se ha ventilado a varios rivales en la intensa trifulca de antes puede ser nuestra sentencia de muerte ahora que se vislumbra que la partida va a terminar en campo abierto. Battlegrounds es fascinantemente imprevisible.

Todas estas posibilidades se sustentan y cobran vida a través de un sistema de juego sólido. Sin llegar a las cotas enfermizas de la saga de Bohemia, Battlegrounds apuesta por un enfoque realista, alejado de la visión arcade y desenfadada que presentan alternativas como H1Z1 o Fortnite. Un sistema de movimiento con varias posiciones, daño localizado para cada extremidad del cuerpo o armas con fuerte retroceso cuyo disparo se ve afectado por el peso de la bala o la longitud del cañón son solo algunos de los ejemplos que demuestran que hacen falta muchas horas (y más muertes) para entender el juego y sacarle poco a poco todo su jugo. Battlegrounds no es un juego sencillo. Podemos decidir si jugar en primera persona o tercera. El juego cambia de forma radical de un modo a otro. Con la tercera persona podemos aprovecharnos del entorno para escondernos tras una cornisa o árbol y ver qué pasa detrás. En cambio, en el modo en primera persona nos vemos obligado a exponernos para ver qué sucede a nuestro alrededor. Un modo más exigente, pero también más justo e inmersivo.

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La realidad es que si nunca le has dedicado horas a juegos de corte similar (DayZ, la saga Arma, Rust...) pasarán varios días hasta que empieces a percatarte desde dónde te están disparando. Por suerte, en la última versión del juego se ha incluido un modo repetición que nos permite revisualizar cada partida desde cualquier punto de vista, herramienta muy útil para analizar el error que hemos cometido al entrar tan tranquilamente por la avenida principal de ese pueblo o lo muy bien situado que estaba ese francotirador en la terraza más elevada de la zona. Pasada esa etapa de aprendizaje, las horas de diversión que puede ofrecerte el juego son literalmente infinitas. Muchísimas más si tenemos en cuenta que el juego nos permite entrar a las partidas en solitario o con amigos (el resto de participantes también entran en grupo en este modo, para equilibrar).

Cierto es que Battlegrounds, en su versión 1.0, no está exento de problemas. La mayoría de ellos los encontramos en su apartado técnico. Si bien es cierto que el juego luce más que decente a nivel visual (y no podía ser menos, construido a partir del Unreal Engine 4), también lo es que aún le faltan varios pases de optimización para que la experiencia sea todo lo fluida que requiere un juego competitivo de semejantes características. La versión final del juego ha mejorado con respecto a lo que habíamos visto en la etapa de early access, pero aún queda trabajo por hacer. Por otro lado, son demasiados los bugs que en ocasiones arruinan una estrategia perfecta. La excusa de que es un mundo abierto con muchas variantes y posibilidades que sirve para justificar los problemas de juegos para un jugador con muchos scripts aquí no vale. Lo único que se hace en Battlegrounds es correr, conducir y disparar, y Bluehole debe poner toda la carne en el asador para que estos tres sistemas acaben funcionando siempre sin fisuras, especialmente si en algún momento se pretende que Battlegrounds dé el salto al mundo de los deportes electrónicos. Por otra parte, echamos de menos en esta versión final alguna modalidad más que nos permita practicar con el arsenal. No le vendría nada mal un campo de tiro en el que poder probar cada arma y entender los pros y contras de cada una de ellas en las distintas situaciones que podemos encontrarnos. Es difícil cogerle el 'feeling' a un fusil de asalto si apenas lo conseguimos disparar un par de veces antes de morir. Esperamos que poco a poco se vayan incorporando añadidos como éste para redondear un título más completo.

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A todo esto debemos sumarle que el futuro del juego parece prometedor. Con millones de jugadores activos en Steam (el más jugador de la plataforma, muy por encima del resto) se puede dar por garantizado que la base que hoy recibimos se irá aumentando con nuevos mapas y variantes para mantener la fórmula fresca. A día de hoy tenemos efectos climatológicos (niebla, lluvia...) que alteran considerablemente la experiencia de juego (inmersiva y jugablemente), así que no podemos esperar a ver cómo sería, por ejemplo, jugar a Battlegrounds en un mapa nocturno. Por otra parte, al no existir progresión como tal (todo jugador empieza la partida en las mismas condiciones que los demás), las únicas recompensas que obtendremos a medida que juguemos son las que nos toquen en las cajas de 'loot' (por ahora, adquiribles únicamente con créditos obtenidos dentro del juego, no con real) con contenido exclusivamente cosmético. Es de esperar que, de cara a seguir financiando el proyecto y mantenerlo vivo con nuevos contenidos, éste sea el modelo de negocio que siga la compañía a partir de ahora.

Este análisis corresponde exclusivamente a la versión 1.0 en PC

9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.