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Next Space Rebels

Next Space Rebels

Hasta el infinito...

Next Space Rebels, análisis. ¿Astronauta? Yo prefiero ser influencer

Studio Floris Kaayk sorprende con una propuesta única en su especie: combinar el ascenso de un aspirante a streamer con la creación y lanzamiento de cohetes.

Actualizado a

El videojuego ha crecido tanto durante los últimos años, que es prácticamente imposible imaginar algo que no haya sido inventado por alguien. Desde simuladores de “hacer el cabra” como el popular Goat Simulator, hasta otros todavía más excéntricos como Octodad: Dadliest Cath o I Am Breed. Y el título del que hoy os hablamos no es para menos: Next Space Rebels, un híbrido entre simulación de streamer y diseño de cohetes espaciales.

Dos elementos que se retroalimentan, aderezados con algunas pinceladas de aventura conversacional y mucho sentido del humor. Mediante esta extraña combinación, Studio Floris Kaayk nos invita a registrarnos en StarTube, una plataforma de streaming que también actúa como red social, en la que no solo aspiramos a ser la próxima estrella de internet; también tenemos la posibilidad de hacer muchos amigos… y enemigos.

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¿Has soñado con ser streamer?

Seamos claros: lograr el éxito en un terreno tan concurrido es sumamente difícil. Muchísimas personas jóvenes lo intentan, pero son muy pocos los que llegan a la cima. En un mundo digital en el que el número de seguidores, me gustas, retuits y otras interacciones lo son absolutamente todo, no es nada fácil comenzar desde lo más bajo y ascender hasta hacerse un hueco en el mercado. Y en este sentido, Next Space Rebels juegan muy bien sus cartas a la hora de ofrecer una especie de simulador de influencer.

Durante los primeros compases del juego podemos sentir exactamente lo mismo que todos aquellos que un día deciden abrir un canal en YouTube, Twitch o plataformas similares; apenas nos sigue nadie y nuestros vídeos, a pesar del desempeño, reciben muy pocas visitas y enseguida se hunden en favor de los que suben las estrellas de moda. Y eso que StarTube se limita a un contenido muy específico: el diseño y lanzamiento de cohetes.

Studio Floris Kaayk ha sido muy inteligente a la hora de vincular nuestro desarrollo como streamer con el progreso del juego, pues a menudo llegamos a un estancamiento del que solo es posible salir interactuando tanto con nuestros seguidores, como con los responsables de otros canales con los que compartimos un único objetivo: ser el mejor de todos. El sistema funciona de maravilla y es posible diseñar un cohete, lanzarlo y subir el vídeo en cuestión de un par de minutos. Suficiente para engordar nuestros números y disfrutar de nuevas posibilidades.

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Un usuario anónimo que nos reta a hackear la plataforma, una aspirante a influencer que nos pregunta si somos capaces de crear un cohete empleando juguetes de su hermano, un perturbado dispuesto a jugar con nosotros a una especie de aventura de rol escrita… La cantidad de historias hilarantes que nos encontramos nada más abrir la pestaña de conversaciones es más que suficiente para mantenernos muchas horas pegados a la pantalla. Y aunque es cierto que algunos diálogos se adornan demasiado y no todos son precisamente interesantes, no podemos evitar echar un vistazo al buzón de vez en cuando, pues no queremos perdernos ninguna gran oportunidad. Al fin y al cabo, atender a los demás personajes es el único modo de recibir nuevos desafíos.

Algo que nos ha gustado mucho es la forma en la que el título parodia —y critica— a las grandes plataformas. Por poneros un ejemplo, el usuario anónimo al que solo le falta una máscara de Anonimouy s hace hincapié en que las cosas no son lo que parecen, deslizando que los beneficios no siempre van a parar al que más trabaja, sino al más listo a la hora de interpretar los algoritmos del sistema y la influencia que una estrella es capaz de ejercer sobre los nuevos aspirantes. En casos como este, el juego nos ofrece libertad para tomar de decisiones que plantean un dilema moral e inciden en la velocidad en la que progresamos.

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Fabricar cohetes, algo al alcance de todos

Aunque diseñar el plano de un cohete desde cero puede hacernos pensar que estamos ante algo muy complicado, nada más lejos de la realidad: es realmente sencillo. Hay muchísimas posibilidades, y a pesar de las limitaciones derivadas del enfoque arcade del título, sorprende la flexibilidad que ofrece a la hora de tener una idea, plasmarla en un plano y, con suerte, hacer que funcione. La clave reside en la simpleza del editor, que prácticamente solo consta de dos elementos: elegir piezas y ajustar su posición.

Inicialmente solo disponemos de un palo que haces la veces de cuerpo, un modesto propulsor y una cabeza en forma de punta de flecha. Suficiente para crear un cohete (aunque se parece más a un pequeño artefacto de pirotecnia) capaz de despegar y elevarse unos 30 metros. Sin embargo, conforme cumplimos desafíos, interactuamos con los usuarios de la plataforma y hacemos nuevos contactos, finalmente acabamos consiguiendo piezas de todo tipo. ¿El objetivo? Más allá de ser una estrella de internet, no es otro sino comenzar por un pequeño lanzamiento hasta llegar a donde solo la NASA lo ha hecho. Eso sí, desde los modestos orígenes hasta la ambiciosa meta hay un camino marcado por un sinfín de escenarios más propios de una comedia, que de un simulador.

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Como si de Bond al probar los artilugios de Q en el MI6 se tratase, en Next Space Rebels no hay espacio —nunca mejor dicho— para el aburrimiento; ¿destrozar un baño público? ¿volar a través de una canasta de baloncesto? ¿crear un bebé gigante capaz de alcanzar la estratosfera? No es que sea posible, sino que es necesario, pues a menudo recibimos misiones que nos incitan a llevar a cabo este tipo de locuras si realmente queremos lograr que nuestro canal sea el más visitado de todos.

Si bien es cierto que el editor de cohetes es muy accesible y no es preciso contar con ningún tipo de conocimiento previo, también lo es que necesitaremos muchos intentos para crear el cohete que nos lance al estrellato (prometemos no hacer más chistes). En pruebas que nos retan a volar en una dirección determinada, es fundamental ajustar con precisión la ubicación de cada pieza, porque si creamos una estructura desequilibrada con muchos elementos en un ala y ninguno en la otra, ya sabéis lo que pasará en cuanto iniciemos el lanzamiento. En cuestión de minutos nos acostumbramos a todo, pero hay ocasiones en las que la cosa se torna relativamente exigente. Si tuviésemos que comparar el funcionamiento de Next Space Rebels con otro título, ese sería Banjo-Kazooie: Baches y Cachibaches.

Conclusión

Next Space Rebels es único en su especie; una combinación de simulador de streamer y diseño de cohetes no se ve todos los días. Sorprendentemente, ambas facetas se retroalimentan y funcionan de maravilla gracias al ritmo con el que progresamos y aspiramos a llegar cada más lejos. A pesar de su simpleza y de lo pesado que pueden resultar algunos diálogos irrelevantes, la experiencia se hace muy amena debido a la inmediatez con la que se ejecuta todo. Uno de esos títulos extraños que merece la pena probar.

Lo mejor

  • La originalidad de su propuesta
  • El sistema de progreso, adictivo como pocos
  • El editor de cohetes es profundo, pero muy sencillo de manejar

Lo peor

  • Algunos diálogos están demasiado recargados
  • Su sentido del humor no es para todo el mundo
7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.