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MLB The Show 21

MLB The Show 21

Cómo empezar a jugar

MLB The Show 21, análisis PS5

Análisis de MLB The Show 21, la primera entrega de la franquicia en llegar a consolas de Microsoft, y la primera también intergeneracional.

Actualizado a

Esta temporada la saga MLB The Show ha despertado un especial interés. Por un lado, la pérdida de la exclusividad de la licencia de Las Mayores por parte de Sony ha tenido como consecuencia que, por primera vez, desembarque en consolas Xbox. Por otro, y no menos importante, y a decisión de la propia liga, MLB The Show 21 está incluido, desde su primer día en el mercado, en el catálogo de Xbox Game Pass, siendo este el debut de un juego de PlayStation Studios en hardware de Microsoft, y para más inri, en su servicio de suscripción estrella. Pero además, y como viene siendo habitual durante estos últimos meses, concretamente desde noviembre, hablamos de la llegada de una franquicia deportiva a la nueva generación, lo que despierta especiales expectativas respecto a sus progresos en las nuevas consolas, PS5 y Xbox Series. ¿Las colma el juego de Sony San Diego?

Dentro de que ningún deporte es sencillo de llevar al mundo virtual con una simulación perfecta, la idiosincrasia del béisbol, con su ritmo tan pausado, hace que el trasladar el deporte rey estadounidense a los videojuegos sea una tarea algo más sencilla que hacerlo con el fútbol o el baloncesto, por ejemplo. Pero no nos equivoquemos, que eso no reste un ápice de mérito a la labor que, durante años, lleva llevando a cabo el estudio californiano, desarrollando uno de los simuladores deportivos más completos en todos los aspectos. La fórmula jugable lleva convenciendo mucho tiempo, y partiendo de esa base, no tiene mucho sentido arreglar lo que no está roto, con lo que no cabe esperar una revolución a nivel de mecánicas de bateo, lanzamiento o fielding.

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Ligeros cambios en el terreno de juego

Si acaso, San Diego Studios sí se ha esforzado por introducir una nueva mecánica en el pitcheo. En esta ocasión, además de las ya conocidas –y que funcionaban bien, después de todo-, se añade una nueva y más compleja, no aconsejada en absoluto para los jugadores recién llegados a la franquicia. Ahora, acompañando a la animación del pitcher, vamos a descubrir en pantalla una interfaz circular que nos mostrará diferentes trayectorias a realizar según la complejidad del lanzamiento, y que tendremos que repetir con el stick derecho en movimientos similares a los golpes especiales en un juego de lucha. La sensibilidad y exigencia de este método nos va a llevar a cometer al principio numerosos errores, por lo que, si queremos adaptarnos a él, es conveniente hacerlo antes en un nivel de dificultad bajo, existiendo, como es ya costumbre, la dificultad dinámica, la cual aumenta o disminuye según vamos acertando no solo pitcheos, sino también golpeos.

La mecánica de bateo sí que no ha cambiado en absoluto, siendo tan exigente como siempre, incluso en niveles de dificultad bajos. No es habitual ver un hit en un partido de béisbol, no digamos ya un home run, con lo cual es comprensible que al principio podamos frustrarnos al ser incapaces de conectar una sola bola. Paciencia, esto requiere mucha práctica, comenzando por saber identificar los diferentes lanzamientos, y sobre todo, superar el clásico error de novato de querer batear todos los pitcheos. Sin embargo, no es la dirección del lanzamiento nuestra única preocupación, sino también el timing, siendo de hecho este aspecto el más complicado de este apartado.

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Donde sí encontramos una mejoría palpable es en el terreno de juego a la hora de defender. Ya no es tan habitual ver a los infielders y outfielders cometer errores en bolas fáciles, y será exclusivamente nuestra decisión lanzarnos a por una la que pensemos que podemos llegar. Sí hemos notado a veces cierta demora en la reacción de los jugadores de media más baja, algo que, a pesar de sus stats, sigue llamando la atención negativamente por no estar del todo cerca de la realidad. Pero en general hablamos de un aspecto del juego mejorado, donde se han incluido muchas nuevas animaciones que nos harán disfrutar con espectaculares jugadas defensivas de los grandes jugadores en este terreno como pueden ser Fernando Tatis Jr. o Nolan Arenado.

En términos generales, MLB The Show 21 se siente más fluido, más espectacular en las acciones que requieren de ese toque gracias también a escenas intercaladas tras las mismas, y que es precisamente donde más se vislumbra el salto generacional. Visualmente el progreso es tibio, y vamos a descubrirlo, sobre todo, no solo en las animaciones, sino también en los rostros de los jugadores, ahora más reconocibles –al menos los más populares- y en el público, esta vez sin decenas de asistentes calcados unos a otros y con comportamientos muy variados. Esto es especialmente importante, ya que en el turno de pitcheo vemos claramente las gradas inferiores, y comportamientos diferentes dependiendo de la situación del partido, con el respetable sentado en las primeras entradas, pero de pie y animando más en los momentos decisivos del encuentro.

Un sitio para cualquier fan del béisbol

Si por algo se ha caracterizado la saga MLB The Show es por poder presumir de una cantidad ingente de contenido, y esta temporada no es una excepción. Bien es cierto que el modo Road to the Show, en el que encarnamos a nuestro álter ego a lo largo de su carrera en Las Mayores, apenas ha sufrido cambios, estando estos presentes mayormente en la edición y personalización de nuestro jugador. Por ejemplo, ahora es posible hacerlo más versátil gracias a la posibilidad de añadirle una suerte de perks, hasta el punto de poder convertirlo en un all around player como es, por ejemplo, Shohei Ohtani, el japonés de Los Angeles Angels. Sin embargo, las decisiones y progresión a medida que avanzan las temporadas apenas han sufrido cambios, y es palpable que este está lejos de ser el modo de juego más popular.

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Una gran idea implementada en la edición pasada y mejorada en esta ocasión es March to October. Este modo nos permite jugar una temporada completa con nuestro equipo favorito, con la salvedad que se limita no ya a los partidos más importantes, sino a los momentos decisivos de estos, y es que no conviene olvidar que la temporada regular de la MLB consta de la friolera de 162 partidos. En MLB The Show 21 tenemos aún más control sobre la franquicia, añadiendo una capa de profundidad a este modo que, tras la primera temporada, nos da ya el mando absoluto para poder disputar –o simular- absolutamente todos los encuentros.

Sin embargo, tradicionalmente el modo de juego más popular es Diamond Dynasty, lo que vendría a ser el equivalente a Ultimate Team de FIFA, por ejemplo. Este está construido sobre unas bases muy sólidas, como es la posibilidad de hacer gran cantidad de stubs –la moneda del juego, solo presente en este modo- simplemente manejando el mercado, o la generosidad de sus recompensas. Desde hace ya unas ediciones, sigue el modelo de temporadas –de alrededor de un mes de duración- que ya se ha convertido en estándar en prácticamente cualquier juego que funciona como servicio, pero el cambio implementado este año hace este sistema más dinámico. Nos explicamos.

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En MLB The Show 20, podíamos avanzar de nivel de temporada consiguiendo estrellas, las cuales se podían obtener cumpliendo determinados objetivos o bien cada 2.000 pts de experiencia. Bien, MLB The Show 21 prescinde de este confuso sistema de progreso para limitarse a uno regido simplemente por la experiencia, con lo cual, cualquier cosa que hagamos en cualquier modo de juego nos servirá para progresar en la temporada. ¿Qué se consigue con esto? Básicamente que juguemos a nuestro ritmo y lo que es tan importante o más, no vernos esclavizados o limitados a cumplir los desafíos propuestos, aunque obviamente, esto acelera el proceso. Más allá de eso, Diamond Dynasty viene muy bien provisto de contenido para jugar tanto online como contra la CPU, con los habituales modos Conquista, desafíos de Momentos o el añadido estrella el año pasado, Showdown.

Lamentablemente, no se vislumbra ninguna novedad en este sentido, lo que deja bien a las claras el carácter intergeneracional del juego, una entrega a caballo entre dos generaciones lanzada para salir del paso y dar el verdadero salto, esperamos, en la edición de 2022.

Hemos realizado este análisis con una copia digital provista por la editora.

Conclusión

Sony San Diego cumple el trámite en una entrega con muchas peculiaridades, entre las cuales casi ninguna tiene que ver con el propio juego: lanzamiento en consolas Microsoft, inclusión en Xbox Game Pass... Si nos ceñimos a lo que ofrece el propio título, nos encontramos un salto generacional discreto, donde el progreso visual es difícilmente apreciable, y el jugable casi inexistente. Mientras, apenas ofrece novedades en cuanto a contenido respecto a lo visto el año pasado -abrumador, dicho sea de paso-, con lo que cabe pensar que el verdadero paso adelante aún está por dar. Tal vez en 2022...

Lo mejor

  • Fórmula jugable reconocida y sólida, no necesita apenas cambios de un año para otro.
  • Oferta de contenido amplia, cualquier jugador encontrará su modo de juego favorito.
  • March to October, una gran idea a copiar por otros simuladores.

Lo peor

  • Las mejoras visuales son inapreciables a simple vista.
  • Poca innovación en sus modos de juego respecto a la pasada edición.
  • El editor de estadios no parece un añadido de suficiente peso.
7.8

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.