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Madden NFL 21

Madden NFL 21

  • PlataformaPC7XBO7XBSPS47PS5
  • GéneroDeportes
  • DesarrolladorEA Tiburon
  • Lanzamiento27/08/2020
  • TextoInglés
  • VocesInglés
  • EditorElectronic Arts

¿Existe la maldición Madden?

Madden NFL 21, análisis

Una alarmante falta de novedades en todos sus aspectos hacen de Madden NFL 21 un paso atrás para la franqucia, necesitada de cambios en la nueva generación.

Actualizado a

Los equipos ya están preparándose, aunque el comienzo de la temporada 2020/2021 en la NFL es algo, como casi todo en estos tiempos que corren, una completa incógnita. No es así en el caso de la llegada pertinente, como cada temporada, de una nueva entrega de la franquicia deportiva más veterana de entre todas con las que cuenta Electronic Arts, y Madden NFL 21 no falta, como no podía ser de otro modo, a la cita. El vigente MVP Lamar Jackson, el doblemente triunfador Patrick Mahomes (anillo y contratazo en verano) y todos los cambios que han llegado, como el nombre de los otrora Washington Redskins debido a la situación racial en EEUU, o la nueva camiseta que lucirá Tom Brady (la de los Buccaneers), son solo algunos de los atractivos de esta incierta temporada, plasmados todos ellos en esta nueva entrega. Por desgracia, la compañía canadiense no ha sido capaz de cambiar por cuenta propia y sufre de un agotamiento evidente, fruto en parte de un hardware que no da para más, pero también, y esto no es inherente a un final de generación, a cierta desidia.

Cambios insuficientes sobre el campo

Seamos francos: no es fácil ofrecer cada temporada un producto que se sienta como nuevo, máxime en el caso de los títulos deportivos, y más aún cuando han llegado a cierto nivel de calidad, sobre todo jugable. En este caso y aunque no sea ni mucho menos perfecto, el gameplay de Madden lleva varios años sin muchos cambios, necesitando cada año un par de retoques aquí y allá, ofreciendo en esta ocasión el conocido como skill stick. A saber: cada movimiento del ball carrier –jugador que lleva el balón- se lleva a cabo con el stick derecho, pudiendo fintar a un lado para irnos a otro simplemente dando a derecha o izquierda o hacer un reverso realizando un movimiento de 90 grados, sin ir más lejos, acciones antes asignadas a los gatillos, por ejemplo.

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Esta vuelta de tuerca tiene una gran influencia sobre todo en el juego de carrera, que cada vez requiere de más habilidad por parte del jugador –partimos siempre de una premisa de jugar en dificultad All Pro o superior-, y sobre todo, de tener paciencia, encontrar el hueco abierto por la línea ofensiva, y arrancar. También es algo que agradecerán los wide receivers, aunque ya sabemos lo difícil que es conseguir YAC –yardas tras la recepción- en Madden, con lo que son los running backs los principales beneficiados de este cambio, más cuando la defensa contra la carrera sigue siendo excepcionalmente eficaz.

Por desgracia, esto y un nuevo cambio en el manejo de los defensive linemen tras el snap –ya no es aquella suerte de quick time event- son los únicos cambios a nivel jugable, permanenciendo algunos vicios de entregas anteriores y ciertos glitches en contactos, placajes y animaciones un tanto bruscas. La defensa seguirá consiguiendo intercepciones imposibles, nuestros receptores dejando caer balones incomprensibles…. Bien es cierto que todo esto es configurable completamente gracias a unos sliders muy completos, pero arrastrar un año tras otro los mismos errores parece algo que lleva poca disculpa. No se aprecia evolución ninguna en el juego de pase, en la defensa por parte de linebackers y defensive backs, los playbooks son los mismos año tras año… Creemos que se puede decir que el éxito de ventas y la nula competencia han contribuido a que EA se haya dormido en los laureles de cara a una entrega que, sobre el campo, evoluciona muy, muy poco.

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Conservadurismo en sus modos, incluso pasos atrás

Cuando navegamos por los menús de los diferentes modos de juego es cuando nos damos cuenta de que, lamentablemente, se han dado incluso pasos atrás. Es el caso del modo Carrera, que parece haber adoptado definitivamente el nombre de Face of the Franchise, y que está muy alejado de las cotas de calidad alcanzadas por Longshot y Longshot: Homecoming, que contaban con algunas de las mejores historias no ya de Madden, si no de cualquier título deportivo. Cualquier parecido con FOTF es mera casualidad, y es que tras un somero editor, pasamos a una parte narrativa insulsa en las que seremos el típico underdog a la sombra del quarterback titular que, tras un giro del destino, pasa a tener su oportunidad. A lo largo de esta narrativa se nos presentan diferentes opciones conversacionales que, para más inri, carecen de impacto en la historia, ya que la reacción de los personajes a cualquiera de nuestras decisiones es siempre la misma. De hecho, durante una sesión de juego probamos dos opciones distintas –una pidiendo perdón y otra metiendo el dedo en la llaga- y el resultado en ambos personajes presentes fue exactamente el mismo.

La presencia del football universitario no pasa de ser poco relevante, al disputar tan solo unos pocos encuentros con nuestro college seleccionado –entre una variedad que incluye los mejores programas a nivel de football NCAA como Texas, Oklahoma, LSU y más-. Además, ignoramos si están pensados para hacer las veces de tutorial pero son tremendamente aburridos por el nulo desafío que proponen, habiendo consiguiendo durante nuestra sesión marcadores exageradamente abultados. Se trata sin duda de un modo poco inspirado en esta ocasión, y tras el que ni siquiera al terminar esta parte argumental encontraremos suficientes alicientes para continuar más allá, al seguir una estructura similar a Franchise, con la salvedad, obviamente, de centrarse en nuestro jugador.

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Y ya que mencionamos Franchise, hablemos –o entonemos una homilía en su honor- de este modo, antaño un favorito de los fans y completamente relegado al ostracismo en la actualidad. Desconocemos si está condenado a desaparecer por completo, pero todo parece indicar que el interés de EA es prácticamente nulo, como demuestra el hecho de que no solo no haya novedades, sino que incluso la interfaz sea exactamente la misma que en la edición de 2019. No es un caso aislado, y es que este tipo de modalidad está cada vez más en un segundo plano en casi todas las franquicias deportivas, pero creemos que al menos se necesita un mínimo esfuerzo por ofrecer, aunque sea, ligeros cambios, en lugar de un mero copia y pega de Madden NFL 20. Una lástima.

Mientras, el cada vez más célebre Ultimate Team sigue ofreciendo una cantidad de contenido considerable, con un buen puñado de desafíos y donde el fan del football probablemente más tiempo dedique a lo largo de esta temporada. El coleccionismo es una parte ya importantísima de los juegos deportivos, y por ende, con la inevitable presencia de microtransacciones, más presentes que nunca y con unos precios en algunos sobres realmente desorbitados. A pesar de ser un pilar en la economía de EA –los sobres de FUT de FIFA llevan tiempo dando más beneficios que las ventas del propio juego-, sorprende ver cómo, al igual que en Franchise, apenas ha cambiado la presentación. Hay algún reto más, sí, pero viene a ser básicamente lo mismo, dándose por hecho que el jugador tendrá que invertir muchísimas horas –o algo de dinero real- para progresar sin llegar a frustrarse a la hora de batirse el cobre en partidos online.

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Por suerte, EA sí ha tenido a bien implementar una novedad entre su oferta de modos de juego, como es The Yard, una suerte de partidos callejeros 7 vs 7 donde las reglas cambian ligeramente, como la posibilidad de dar pases ilimitados tras la línea de scrimmage. Es directo y es divertido, pudiendo jugar online en encuentros que recuerdan a los del Barrio de NBA 2K –salvando las distancias en cuanto a profundidad, que son muchas-, pero es difícil saber del impacto que tendrá este modo a largo plazo, una vez pasada la fiebre por la novedad. Eso sí, de nuevo nos encontramos con la presencia de microtransacciones para diversos atuendos para nuestro álter ego, la gran mayoría de ellos tan indescriptibles que lo mejor es simplemente echar un vistazo a la captura sobre este párrafo.

Conclusión

Que el halago debilita es algo que queda más que patente en Madden NFL 21. Al igual que en el deporte real, la victoria –grandes números de ventas, buena recepción en crítica y público- oculta muchas veces la triste realidad: no todo se está haciendo bien. Esta nueva entrega peca de continuismo jugable, algo que a estas alturas de generación ya casi se da por hecho, sí, pero también en cuanto a contenido, lo que es más difícilmente perdonable. El modo Franchise está totalmente abandonado, Face of the Franchise da palos de ciego con un apartado argumental sin interés alguno, Ultimate Team apenas presenta novedades… Y The Yard es divertido para un rato, pero a menos que se ofrezcan desafíos dinámicos o eventos, no se le atisba un recorrido muy largo en esta temporada tan peculiar. Renovarse o morir, y la llegada de una nueva generación parece la mejor excusa.

Lo mejor

  • Gráficamente sólido, a pesar de algunos glitches
  • La jugabilidad de siempre, accesible a la par que exigente
  • El esfuerzo de sumar un nuevo modo con The Yard

Lo peor

  • Precisamente, glitches en los contactos y físicas extrañas con el balón muerto
  • El modo Franchise, desde siempre querido por la comunidad y ahora abandonado
  • Sin novedades suficientes en Ultimate Team
  • El apartado narrativo de Face of the Franchise, francamente mejorable
  • Los micropagos, omnipresentes en The Yard y UT
7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.