Una Roma fantástica

Casi un año después del lanzamiento de Legion Arena, nos llega de la mano de Slitherine Software su primera expansión. Ya en el análisis del pasado año se observó que el juego tenía ciertas tendencias que lo asemejaban con Rome Total War, y a la vez características que lo hacía totalmente diferente. Hablamos de un programa que hace principal hincapié en las batallas, en como nuestras tropas ganan experiencia y suben de nivel después de combatir y como podemos comprarle equipo para mejorarlas.

En efecto, son detalles que hacen que se nos venga a la memoria cualquier juego de rol que se preste, esa era la propuesta de la compañía: realizar un juego de estrategia con toques de rpg, pero más al estilo wargames de mesa como podría ser el fenómeno Warhammer. De hecho se dice que los creadores de Legion Arena son aficionados a este tipo de juegos. En nuestras partidas no nos vamos a ocupar de conseguir recursos ni construir edificios ni nada que se le asemeje, aquí lo nuestro va a ser la estrategia para la batalla y sólo para ella, ir directo al grano lo llamaría yo.

La expansión del juego que nos ocupa, no añade ninguna nueva opción al respecto seguiremos sin ocuparnos de otra cosa que de las batallas. Eso sí a todos a los que ya gustase Legion Arena, con su expansión van a volver a disfrutar como entonces, pues se han añadido nada más y nada menos que 35 nuevos escenarios divididos en dos campañas: la romana y la gala, sumándose estos a los 100 ya existentes, hacen el nada despreciable número de ¡135 escenarios!

Y si bien el juego parecía tener cierto trasfondo histórico, la sorpresa viene con nuevas unidades como los demonios de fuego, los guerreros de las sombras o las legiones fantasmas. Además ahora tras completar cada campaña y pasar cada nivel recibiremos premios por parte del dios Mithras. También se han añadido 12 nuevas habilidades para mejorar a nuestro ejército y 15 nuevos objetos para equipar a nuestras tropas.

Sin embargo, si probaste el juego y no te gustó no esperes que la cosa cambie, porque aun con las añadidos Legion Arena sigue siendo poco menos que el mismo. Unos gráficos bastante anticuados, ya que no se han mejorado en absoluto, un sonido aceptable y buena jugabilidad pero de desarrollo repetitivo, por no mencionar que el modo multijugador es cuanto menos limitado. Pero pasemos a analizar con detenimiento parte por parte.

La incursión de criaturas místicas en la expansión hace que el argumento pase de tratar de emular la historia a pasar a un ámbito más fantástico y sobrenatural. Esto podría ser un pro para algunos jugadores que ven la historia de Roma un tostón y a su vez un contra a todos aquellos puristas que prefieran tratar de jugar la historia tal y como pasó. En cualquier caso como la expansión incluye el juego original, pueden dedicarse a la campaña básica.

También es verdad que dado que se van a ver muchas unidades en pantalla hace que nuestros ordenadores los muevan con total fluidez hasta en equipos algo antiguos y sin tarjetas gráficas muy potentes. De lo poco destacable, y que puede observarse como novedad, el efecto de fuego o de transparencia conseguidos en las unidades demonios de fuego y legiones fantasmas, están bien logrados, pero que nadie espere nada novedoso ni de gran belleza.

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Para satisfacción de todos, el juego está doblado al castellano, tiene alguna voz conocida especialmente en el mundo de los videojuegos pero no resulta mala precisamente. Los sonidos de combate, el entrechocar de las armas y los gritos así como el relinchar de los caballos, está como viene siendo lógico en los tiempos que corren bien recreados.

Algo que no cambia es la tónica de ganar batallas para conseguir oro y reputación con el cual equipar a nuestras tropas, obtener nuevas y que éstas suban de nivel, aunque ahora ganaremos regalos del dios Mithras. Una vez más veremos una dificultad ascendente pero que no llega agobiar para los que carguen las partidas para jugar directamente a la expansión aparecerán ya con un ejercito considerable, porque como es obvio las batallas de la expansión no son como las del principio del juego, también los enemigos serán más duros, como es lógico imaginar.

Después de cada batalla accederemos a una pantalla donde poder reclutar unidades, curar a nuestros hombres y entrenarlos. Con el entrenamiento aprenden habilidades habiendo algunas nuevas y dando así el famoso componente rpg del que goza el juego.

A la hora de luchar primero tendremos una pantalla donde colocar a nuestras unidades y ver el terreno sobre el que vamos a combatir, es importante recordar que hay unidades que luchan mejor en un terreno que en otro. La interfaz vuelve a ser buena pero limitada en cuanto opciones, al final haremos muchos movimientos de forma sistemática.

Llegado el momento de la batalla y pese a las nuevas unidades volvemos a encontrarnos con batallas que se resuelven rápido y que nos dejan como empezamos, si ganamos bien y sino también. Por no mencionar que a lo largo de las batallas nos daremos cuenta de que venimos haciendo casi lo mismo, lo cual puede llegar a aburrir considerablemente.

El modo multijugador tampoco es que tenga un gran atractivo, volveremos a configurar nuestro ejército offline para luchar únicamente contra otro rival humano en Internet. Después de varias partidas y el ocasional "pique" que puede haber el  multijugador pasa a ser limitado y algo simple.

Por lo demás los gráficos discretos, la música repetitiva aunque correcta y la jugabilidad buena pero limitada, hacen de él un juego que por su precio y por que se vende en un cómodo pack del juego con la expansión, puede ser interesante para los que estén buscando un juego de estrategia diferente, que no sean muy exigentes o que tampoco tengan un gran equipo con una poderosa tarjeta gráfica.

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