Belicismo efectista

La simple idea de ofrecer un minijuego en su Project Gotham Racing 3 fue lo que llevó a Bizarre a crear 'Geometry Wars'. Se acedía a él desde el garaje y podrían disputarse partidas en una recreativa con dicha finalidad. Posteriormente, regalaron a los usuarios que no contaban con el título de conducción la posibilidad de comprar, a través del Xbox Live Arcade, este pequeño minijuego. 800 Microsoft Points, unos 12 euros, era el precio elegido para disfrutar de una de las pequeñas maravillas que aparecen por casualidad.

El juego se hizo un nombre y se convirtió en franquicia, pasando a Nintendo DS y Wii, y volviendo ahora con esta secuela a Xbox 360, al Xbox Live Arcade que lo vio nacer. Y lo hace trayendo bajo el brazo no sólo un aspecto continuista, sino innovando y ofreciendo nuevas fórmulas que lo alejan totalmente del original a su vez que supone no un paso, sino muchos más hacia delante.

Jugabilidad
El concepto original de Geometry Wars no era excesivamente complejo. Todo consistía en mover a una especie de nave a través de un escenario rectangular, disparando a todo lo que aparecía en él, dejando un reguero de partículas similar a los de los juegos de Q Entertainment. Esta simple idea escondía tras de si algo que iba más allá: su capacidad para enganchar desde la primera partida.

Geometry Wars: Retro Evolved 2, coge este modo principal de juego y añade nada menos que cinco más. Todos ellos diferentes y llenos de posibilidades, pero lo más importante: manteniendo el mismo nivel de adicción que el que todos conocemos ya. Siendo el modo principal el mismo, aquí bautizado Límite, simplemente habría que aclarar que el desarrollo se basa en disparar a todo lo que hay en pantalla durante tres minutos.

Hay bombas, disparos normales, etcétera, siendo acumular el máximo número de puntos posibles el objetivo real. Para ello, los enemigos dejan al caer un montón de potenciadores que, al recolectarlos, actúan como multiplicadores de puntos. Así, cada disparo nos servirá para que el marcador aumente de forma desmesurada, eso sí, sólo hasta antes de morir.

Rey es la segunda modalidad. El escenario sigue siendo el mismo, pero la nave sólo puede disparar a los enemigos mientras se encuentra dentro de unas burbujas que van apareciendo en el terreno de juego. Dentro de ellas somos invencibles, ya que los enemigos no pueden traspasar la barrera y sin embargo si lo hacen nuestros disparos. Tras unos segundos, la burbuja desaparece y tocará moverse a otra. Cuando el enemigo nos golpea, se acaba la partida.ç

La tercera es Evolucionado, una versión ampliada del modo Límite. Las reglas aquí son destrozarlo todo, contando desde el principio con tres bombas y cuatro vidas, cifra que puedes aumentar por cada 100.000 puntos obtenidos. En esta modalidad se añaden figuras como las puertas, que hacen rebotar los disparos, así como los agujeros negros que atraen hacia su centro todo lo que hay en pantalla.

Pacifismo, cuarta modalidad de juego, es indudablemente uno de los más originales. Aquí la nave no dispara, sino que simplemente debe pasar a través de diferentes puertas que tienen varios extremos explosivos. La idea es acercar a los enemigos a las puertas y luego atravesarlas, para que en el impacto les golpee y se vaya limpiando el escenario poco a poco. Así mismo, en este modo de juego los bordes del nivel tienen un curioso uso que es mejor descubrir jugando.

El quinto es bastante más complicado. Bajo el nombre de Oleadas, consiste justamente en destruir grupos de enemigos que aparecen en pantalla en cualquiera de las direcciones, tanto de forma vertical como horizontal, formando líneas que cubren la mitad del escenario o todo, en general.

El último modo de juego es Secuencia. Aquí hay que superar con pocas vidas 20 retos de lo más dispares, donde siempre se incluyen cientos de enemigos a derrotar sin perder ninguna vida. Seis modos de juego, cinco más que en el original, que proporcionan horas y horas de juego para conseguir puntuaciones dignas de ser guardadas.

Y esa es otra: las puntuaciones pueden subirse a través de Xbox Live, pero sólo se guardan en caso de estar conectado a él. Si se juega sin estar conectado, al apagar la consola todos los rankings se perderán. Esta pequeña pega se ve además aumentada con la ausencia de un modo multijugador Online, sobretodo considerando que sí que cuenta con una sexta modalidad, un cooperativo/competitivo en una misma consola que permite acceder a cualquiera de los seis tipos de retos previamente comentados.

La dificultad de Geometry Wars es, pese a que suene evidente, bastante alta. Es un juego de la vieja escuela, que llena la pantalla de enemigos y los provee de una IA suficientemente buena como para causar problemas. Y sin duda ahí radica su gracia, en insistir y repetir los niveles para finalmente conseguir los retos que propone. Aquí entran en juego los logros: difíciles, pero realmente bien pensados.

Apartados técnicos
Pese a que en las capturas no parezca gran cosa, ni cuente con modelados de la talla de GoW2 o Mass Effect, Geometry Wars: Retro Evolved 2 es, sin ningún tipo de duda, una maravilla a nivel gráfico. Sencillo en un primer vistazo, los juegos de luces que se forman con las explosiones de las partículas, el buen uso de los colores y el hecho de que pese a haber cientos de cosas en pantalla no sólo no haya ralentizaciones, sino que incluso no se hace demasiado mareante, coronan la producción de Bizarre como uno de los juegos que mejor hacen uso de los apenas 40MB que ocupa el título.

A nivel sonoro es igualmente fantástico. Las canciones van perfectas con el ritmo de juego -frenético- y proporcionan la energía necesaria para que repetir las fases no sea aburrido. Los efectos de sonido tampoco tienen nada malo.