Fullblox

Cuando nos llegó este encargo nos quedamos un poco sorprendidos. Era un análisis de un juego secreto, no anunciado vaya, para Nintendo 3DS. Podríamos disfrutar de él y preparar el análisis de cara al jueves (hoy) en el que la compañía lo presenta y lo pone a disposición de los jugadores. Una premisa distinta a la de recibir los juegos anunciados a bombo y platillo para sacar el análisis días antes de su salida a la venta. El juego en cuestión es este Fullblox, heredero del título de puzles que conocimos en nuestro territorio como Fallblox y PullBlox. Una genial propuesta en formato descargable para la eShop repleta de desafíos y con nuevas mecánicas que aprender.

El juego tiene un formato curioso a la hora de venderse. Una vez descargado, podemos acceder al tutorial que nos explica en pocas lecciones como funciona este Fullblox. La mecánica parece sencilla. Tenemos una estructura delante de nosotros y tenemos que llegar a una bandera para dar por finalizada una de las fases del juego. Si en la anterior entrega la mecánica principal era la de mover estructuras para crear nuevos caminos mientras otros bloques caían y se cambiaban de sitio, aquí lo principal es algo más complejo. Cada bloque y estructura se puede estirar dos bloques más a lo ancho o a lo largo. De esta manera, podemos estirar una estructura para subir a ella y luego saltar a otra que está más arriba.

Nota: al no disponer de imágenes oficiales del juego por no haberse anunciado, las imágenes son off-screen

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Esto implica muchas variantes y posibilidades diversas. Un bloque de base en el suelo lo estiramos dos veces para subir encima de ellos y estirar una vez la estructura que hay justo encima, pudiendo así seguir avanzando. La cosa se va complicando en los niveles más elevados, donde se nos exige estirar bloques, subir para estirar otros, bajar y devolver la forma original al primero para poder llegar a un tercero, etc. Jugando con las dos caras de cada fase. Por un lugar hacemos una “construcción” para llegar arriba del todo, dejarnos caer hacia el otro lado y allí hacer movimientos distintos para llegar a la bandera, por ejemplo.

Entender cuando podemos estirar piezas (algunas se pueden hacer desde otros costados y es vital para conseguir crear nuevos caminos), no hacer movimientos en falso que nos hagan reiniciar la fase cuando estábamos a punto de llegar al tramo final y analizar nuestros movimientos antes de hacer nada son claves importantes para un juego tremendamente inteligente y exigente. Además de todos estos movimientos encontraremos interruptores y elementos que complican más la vida del jugador. Unas escaleras que nos hacen de conectores con zonas elevadas del mapa, un botón que hace por ejemplo que todos los bloques azules se abran en las cuatro direcciones posibles, otra que hace que la estructura se abra en la dirección en la que apunta…

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A todo ello también hay que tener en cuenta el componente de plataformas. Millo, nuestro protagonista, puede saltar un bloque de altura, pero en muchos casos se nos exige aprender a hacer saltos en diagonal constantemente para llegar a nuevas zonas. El juego de perspectivas y el movimiento de cámara con los gatillos es vital, así como poder mover el zoom para ver desde lejos el nivel en el que estamos. La acción se sucede en la parte superior, dejando la parte inferior para un mapa que tiene poca importancia, la verdad.

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Son, además, los más satisfactorios de superar porque tienen estructuras complicadas que nos harán pensar y repensar por donde ir, como replantear la estrategia, etc. El diseño de niveles en este caso y en los demás sitios, salvo como decíamos algunas fases de la Zona de juegos, es brillante y nos pone a prueba una vez más como ya pasó con sus predecesores. La mecánica de estirar y doblar bloques nos ofrece quebraderos de cabeza, ya que sus posibilidades muchas veces son menos evidentes de lo que parece y eso convierte Fullblox en un auténtico reto.

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Técnicamente es un título vistoso que cuenta de nuevo con escenarios algo vacíos que se compensa con la recreación de ciertos personajes y estructuras a base de bloques divertida y original. El uso de las 3D es muy suave y poco invasivo, por lo que es recomendable. Eso sí, que nadie espere que servirá para identificar cambios de perspectiva e ilusiones ópticas como en Mario 3D Land, por ejemplo, aunque el juego y esta propuesta de estirar bloques se prestaría a ello. Traducido al castellano, la banda sonora acompaña sin demasiados alardes con piezas livianas que tampoco son el referente de la variedad.