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Eye of Judgment

Eye of Judgment

El juego de cartas del futuro

Uno de los juegos que más curiosidad ha levantado desde su presentación ha sido Eye of Judgment, un juego de estrategia con cartas que usa la cámara de Playstation para dar vida a las criaturas y hechizos que contienen. Ahora es el momento de comprobar si una buena idea resulta en un buen juego.

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Hace algunos años apareció un juego llamado Battle Chess, que puede que alguno de los veteranos conozca o haya jugado incluso. Es un título de ajedrez digital y por tanto sigue al pie de la letra las reglas del milenario juego de tablero; pero la diferencia está en que cambia las clásicas piezas abstractas por figuras humanoides. Esas piezas humanizadas se mueven caminando por el tablero y, a la hora de 'comer' otra ficha, realizan una elaborada secuencia de combate en la que derrotan de manera muy espectacular la pieza contraria.

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No hay diferencias entre el ajedrez clásico y Battle Chess, es exactamente lo mismo, pero la versión digital incorpora un elemento que no es posible en el clásico juego de tablero. Es razonable cuestionar si merece la pena sacrificar la velocidad de movimientos de una partida de ajedrez sólo por ver cómo la reina seduce a un peón y lo lleva a la muerte en una divertida secuencia. Unos pensarán que es una perdida de tiempo, pero otros estarán de acuerdo en que es muy divertido y original.

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El caso de Eye of Judgment es bastante parecido al expuesto. Por un lado es un juego de estrategia por turnos mediante cartas, del mismo estilo de Magic: The Gathering pero más simplificado y algo menos profundo. Tiene sus reglas, una gran variedad de cartas y un sistema de juego meditado, de esos que es capaz de hacer que cada partida sea completamente distinta de la anterior. Pero por otro lado incorpora una novedad que sólo es posible mediante la tecnología: mediante el uso de una cámara y un tapete, puede hacer que las inertes cartas usadas en la partida cobren vida en el televisor.

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La mecánica es muy simple. La cámara, llamada Playstation Eye, se coloca sobre un soporte que toma una panorámica del tablero de juego. Las cartas que se usan en cada turno son detectadas y enviadas a PS3, que apenas tarda un par de segundos en procesar la imagen y transformarla en la imagen en pantalla de la criatura o el hechizo utilizado. Así, lo que en la vida real es un jugador poniendo una carta sobre la mesa, en la pantalla aparece como un elaborado ataque entre criaturas mágicas perfectamente formadas y animadas.

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Al igual que Battle Chess, la parafernalia de la pantalla es totalmente innecesaria, ya que el juego se ha diseñado para que pueda ser jugado sin necesidad de una Playstation. No es necesario ver como tu Dragón Infernal lanza una poderosa llamarada sobre una unidad rival para saber que estás restando cuatro puntos a su capacidad de resistencia. La diferencia con el juego de ajedrez, es que la tecnología sí permite a Eye of the Judgment hacer algo que no se puede hacer físicamente: jugar online.

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Acontrario de lo que podría esperarse, lo que aporta la cámara y la conexión a PS3 es precisamente la capacidad de jugar óptimamente a un juego de cartas real a través de la red, con la 'ventaja' de que las cartas son reales y el proceso para crear un mazo es similar al de cualquier otro juego -comprando sobres con expansiones, entre las que se pueden encontrar cartas raras o legendarias capaces de poner patas arriba una partida-. Lo de ver los ataques y las criaturas en pantallas queda muy bien como curiosidad, pero es esa mezcla entre lo físico y lo online lo que hace interesante este experimento.

Gráficos y audio

 

Eye of Judgment prepara una agradable sorpresa nada más comenzar: una espectacular secuencia de introducción en la que dos hechiceros libran un duelo mediante este juego. Es una interpretación sugerente y fantástica de lo que es el juego en sí, por lo que cumple perfectamente el papel de introducir al jugador en la idea básica del título.

 

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Una vez ya en el propio juego los gráficos son más limitados, aunque los modelos de las criaturas en el juego siguen siendo excelentes. Poner una carta de una criatura poderosa en el tablero y ver cómo aparece en pantalla con todo lujo de detalles provoca un cierto entusiasmo juvenil que seguramente se verá magnificado entre los aficionados de Yu-Gi-OH -no sería de extrañar ver a Konami aprovechar esta tecnología para su prolífica saga, pero no hay ningún plan al respecto, de momento-.

 

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Los ataques de las criaturas entre ellas también son vistosos, especialmente cuando ese movimiento proviene de una criatura de gran categoría. Su único defecto es que las animaciones son particularmente largas en algunos casos, por lo que algunos jugadores que prefieren la inmediatez pueden aburrirse. Afortunadamente, el estudio creador ha tenido en cuenta las diferentes sensibilidades y ha incorporado en el menú de opciones la posibilidad de no mostrar esas secuencias de ataque, lo que zanja la cuestión satisfactoriamente.

 

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En cuanto al aspecto sonoro, es bastante irrelevante. Las melodías son energéticas, pero repetitivas y algo desconectadas del estilo gráfico del juego. La melodía que se puede escuchar en la secuencia de combate es un buen ejemplo del poco trabajo que se ha dedicado a este aspecto del juego.

 

Jugabilidad

 

Como buen juego de cartas que es, el objetivo y la mecánica de juego básica es sencilla, pero la estrategia es rica y compleja, lo que hace de cada partida un mundo. El tablero es un trozo de tela de 47 X 47 cm -de buena calidad y con detallados grabados, lo que es de agradecer- en el que hay un cuadrado dividido en nueve secciones. El objetivo es ocupar con tus criaturas cinco de esos nueve espacios.

 

Los duelos son siempre uno contra uno y se desarrollan por turnos. En cada turno se puede realizar una acción -hacer que una criatura que ya está en el tablero ataque, o lanzar un conjuro- y además convocar a una criatura de tu baraja. Realizar esas acciones consume maná, que se va obteniendo cada turno automáticamente y a través de diversas formas usando a tus criaturas.

 

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Esas son las bases, pero las reglas se van complicando. Por ejemplo, muchas unidades son afines a un elemento y ganarán bonificaciones si se colocan en casillas de su misma sintonía -y penalizaciones si no-. Cada unidad puede tener sus particularidades: una aumenta la defensa de las unidades a su alrededor, otra proporciona un extra de maná cuando muere, algunas son muy sensibles al elemento en el que se encuentran y mueren si no están en el adecuado -interesante teniendo en cuenta que hay conjuros que alteran la composición del tablero-.

 

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Y además cada criatura tiene sus propios patrones de ataque, su alcance, su daño e incluso algunas tienen habilidades únicas que añaden un elemento de apuesta y riesgo al tablero -hay una unidad que, si aguanta un turno en el tablero, puede ser sacrificada para convocar a cualquier criatura de una baraja sin gasto de maná-. A partir de todas estas reglas y particularidades va surgiendo todo tipo de posibilidades estratégicas e ideas para componer la baraja, que es cuando comienza el gusanillo por coleccionar sobres y buscar las rarezas.

 

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Es un juego un tanto distinto a otros juegos de cartas, ya que aquí el objetivo no es machacar al contrario, sino dominar el tablero y saber combinar bien las cartas entre sí para crear posiciones sólidas. En un tablero de nueve y con una invocación por turno, la partida se puede acabar muy rápidamente si no se atiende al factor más importante de este título: el posicionamiento.

Eye of Judgment (PlayStation 3)

 

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Sony ha apostado fuerte por este título y no quiere que sea una novedad pasajera. Ha contado con Wizards of the Coast -los propietarios de Magic, entre otros títulos- para que produzca las cartas y las expansiones. Hay contenido planeado para dos años de aquí en adelante, por lo que es de esperar que se forme una comunidad activa, más teniendo en cuenta que el juego online no tiene limitación regional y no necesita de ninguna comunicación oral o escrita entre rivales. 

 

El juego viene con una baraja básica, suficiente para empezar a jugar, pero serán las expansiones y los mazos temáticos los que permitirán refinar una baraja con la que poder medirse a los jugadores más delicados. Una buena baraja no lo es todo, pero siempre es fundamental. Fieles a la costumbre de incluir cartas fuera de serie para fomentar el lado coleccionista del juego, las de Eye of Judgement serán las 'Cartas Fantasma', unas cartas especiales sin características reflejadas en la carta -hay que leerlas con el Playstation Eye-. Predecir cómo crecerá la comunidad de un juego tan novedoso es complicado, pero dadas las condiciones, es bastante factible que el juego siga funcionando durante mucho tiempo.

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Lo que es una lástima es no haber puesto un poco más de atención en el modo individual. Es cierto que no es el objetivo del juego, pero el trabajo sería redondo si se hubiera cogido esa introducción para crear una trama medianamente interesante de duelistas mágicos luchando por sus reinos. Pero la realidad es que pelear con la máquina es sólo una forma de práctica para el modo multijugador, tanto local o por red -puedes competir en el mismo tablero físico con otra persona, pero serían necesarias dos barajas de iniciación-.

 

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Se han incorporado varias medidas de seguridad para evitar las trampas en el modo jugador, para lo que es necesaria la precisión de Playstation Eye, que hace un excelente trabajo en reconocer rápido y bien las cartas que se depositan en el tablero. Montar el juego es muy fácil, sólo hay que tener cuidado con la luz sobre el tablero, ya que demasiada luz o la oscuridad dificulta la lectura de las tarjetas, aunque es necesario decir que la cámara ha demostrado ser muy versátil en varias condiciones de luz ambiental sin mayores problemas -hay que tener cuidado con los focos y con sombras pronunciadas sobre el tapete-.

 

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.