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Dungeons & Dragons: Dark Alliance

Dungeons & Dragons: Dark Alliance

Acción cooperativa

Dungeons & Dragons: Dark Alliance, análisis. Magia disipada

Wizards of the Coast recupera el universo de los Reinos Olvidados en un juego con buena base, pero que no logra explotar sus virtudes.

Actualizado a

El peligro de utilizar una marca conocida es que tienes que estar a la altura de su nombre. En el caso de Dungeons & Dragons: Dark Alliance, el reto es doble: no solo está basado en los Reinos Olvidados de Dragones y Mazmorras, sino que también evoca a uno de los clásicos del rol y de la acción, Baldur's Gate: Dark Alliance. Concebido como una especie de sucesor espiritual de este último (ya sin cámara cenital), la producción de Tuque Games conserva algunos elementos roleros, pero centra su atención en el combate. Desafortunadamente, lo nuevo de Wizards of the Coast está lejos de alcanzar la calidad de su antecesor, aunque en sus bases encontramos un producto con aspectos interesantes a tener en cuenta.

Dark Alliance conduce al jugador hasta el Valle del Viento Helado, un emplazamiento de fantasía donde gigantes de la escarcha, trolls, trasgos, dragones y otras criaturas malignas merodean con un único objetivo, sembrar el caos. Los días pasan y los ejércitos enemigos se fortalecen, construyen sus defensas y se preparan para la batalla. En el lado opuesto del tablero, los héroes no se quedan de brazos cruzados. El estudio recupera a algunos de los personajes más famosos de este universo, con el poderoso drow (elfo oscuro) Drizzt Do' Urden a la cabeza. Le acompañan Catti-brie, Bruenor Battlehammer y Wulfgar, todos ellos personajes jugables.

Historia dispersa

A primera vista, contar con una licencia y unos personajes de este potencial invita a pensar que el argumento va gozar de las mimbres necesarias para satisfacer al seguidor de Dragones y Mazmorras. En la práctica, Tuque Games no ha exprimido a los protagonistas ni ha logrado construir un guion compacto y atractivo. Está dividido en distintos arcos, cada uno de ellos con tres misiones principales y una historia propia que se articula en torno a un objetivo final que incluso ahora nos cuesta recordar.

Si dispones de un personaje como Drizzt y puedes utilizarlo en tu juego, la exigencia va a ser alta, así como la responsabilidad propia de estar a la altura de lo que esperan tus seguidores. Dark Alliance rasca la superficie, plasma unos personajes que solo dejan entrever su personalidad, por lo que transmiten una sensación de absoluta indiferencia. No hay construcción, no hay evolución, más allá de unos diálogos deslavazados que dibujan el contorno y la sombra, pero no el corazón y el alma.

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La narrativa se ve lastrada, en parte, debido a algunas decisiones de diseño. Dungeons & Dragons: Dark Alliance es, en esencia, un juego cooperativo a cuatro jugadores, aunque también se puede jugar en solitario. Si optas por esta última opción descubrirás la ausencia total de diálogos con otros personajes, ya que el resto de protagonistas no aparece manejado por la IA. Mientras que en las partidas con compañeros todos los héroes hablan entre sí, en caso contrario se sustituyen por monólogos insípidos.

Al menos, los cuatro personajes se sienten diferentes a los mandos. Como decíamos, este proyecto se focaliza en el combate y en la acción. Por eso, resulta interesante desplegar sobre los mapas a guerreros con distintas características y habilidades, que puedan combinar sus destrezas para derrotar a los múltiples enemigos que deambulan por las localizaciones. Puede que jugar en solitario sea una opción, pero desde luego no es la manera más satisfactoria de hacer frente a las distintas misiones de la campaña. Es más, la dificultad experimenta picos absurdos al llegar a ciertas misiones de la aventura.

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La experiencia con amigos (mejor que desconocidos) es bastante más divertida. Además, te pueden resucitar cuando sucumbes en combate y todos comparten las recompensas que se encuentran durante la partida. Si tienes la suerte de tener a cuatro amigos con el juego (está disponible en Xbox Game Pass) te animamos a probarlo de este modo. De lo contrario, dar con grupos completos es bastante complicado. Nosotros lo hemos intentado en PS5 y solo hemos conseguido acceder a partidas de dos o tres personas. En cuanto al modo cooperativo local, está previsto que llegue este mismo verano.

Cámara, inteligencia y sistema de juego

El sistema de combate no innova, recuerda a muchos otros juegos del género. Nos valemos de los gatillos para ejecutar ataques fuertes y débiles, que en combinación con otros botones pueden convertirse en combos o cadenas de golpes. Cada personaje tiene dos habilidades especiales, algunas centradas en el ataque, otras en la defensa (por ejemplo, Catti genera un campo de magia que recupera la vida de todos aliados que estén en la zona). Además, cuando la barra de adrenalina se rellena al completo, los héroes tienen la posibilidad de realizar un ataque final. Al igual que en otros títulos, también pueden hacer dash o bloquear los golpes de los monstruos. Los movimientos quedan limitados por una barra de cansancio que se va agotando a medida que ejecutas cadenas de ataques. Se recupera automáticamente, pero puedes acelerar el proceso bebiendo una poción.

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Hallamos una buena base sobre el papel, pero en la práctica no termina de funcionar. La inteligencia artificial de los enemigos es paupérrima, hasta el punto de que tardan su tiempo en reaccionar cuando nos acercamos para atacarles por primera vez. La cámara, por su parte, hace de las suyas y compromete la partida, especialmente cuando la confusión se adueña de la batallas, con todos esos fogonazos y efectos que despistan y te dejan vendido ante el enemigo. En cuanto a la posibilidad de fijar el blanco, se produce un problema muy habitual en los juegos de acción: es útil cuando te enfrentas a un único villano, pero desde el momento en el que aparecen más a tu alrededor se convierte en un obstáculo más que en una ventaja, sobre todo debido a la cámara.

Como videojuego de acción, Dungeons & Dragons: Dark Alliance es más bien justito, jugada una partida, jugadas todas. Los actos siguen exactamente la misma estructura, los mismos objetivos: mata, encuentra piezas para activar un dispositivo y enarbola las armas contra el malo malísimo que te espera al llegar al final. No destaca ni por sus enemigos ni por sus jefes finales: los primeros se repiten hasta la saciedad, aparecen una y otra vez en todas las fases. Los segundos, y esto es más sangrante aún, son por lo general versiones más fuertes de los monstruos comunes, aunque en algunos niveles también luchamos contra poderosos enemigos del universo Dragones y Mazmorras, como Hagedorn el Contemplador. Tampoco nos ha gustado que la dificultad se base en la fortaleza de las criaturas. Por ejemplo, en una de las partidas que jugamos en un nivel de dificultad más elevado, alzamos nuestras cimatarras contra el mencionado Contemplador. Minutos eternos en los que su barra de vida se debilitaba con una parsimonia irritante, y eso que luchamos en compañía y con el equipamiento debidamente actualizado.

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No todo es negativo. Tuque Games ha realizado un trabajo decente a la hora de diseñar los niveles. Pese a que al final se hagan repetitivos, tienen distintos caminos y objetivos secundarios que llevan a cofres y otras recompensas. Los obstáculos (pinchos, veneno, hielo, etc.) añaden un plus de complejidad, aunque es verdad que durante las batallas es fácil caer en trampas muy molestas que alteran la condición de nuestro héroe. En diversos puntos de las fases, al acabar con un grupo de enemigos, se nos da la opción de realizar un descanso corto (sirve de punto de control, se reponen los objetos usables y la barra de vida) o de no hacerlo para conseguir botines más poderosos al completar el nivel.

Su rama RPG se desarrolla a través de los puntos de experiencia, la subida de nivel, la mejora de atributos, los distintos árboles de habilidades (movimientos y dotes) y la obtención de equipamiento, que se puede mejorar gracias al oro y a los cristales que encontramos por el escenario. La gestión de los personajes se realiza mediante un hub en el que podemos comprar objetos, acceder al cofre de recompensas y a las misiones. Los que quieran obtenerlo todo o subir de nivel al máximo deberán repetir niveles y experimentar con los niveles de dificultad, algo que nos ha parecido bastante tedioso. También pueden esperar a los DLC gratuitos, que añadirán nuevos arcos argumentales.

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En definitiva, Dungeons & Dragons: Dark Alliance es una oportunidad desperdiciada, un producto que puede llegar a entretener, pero que falla en los aspectos esenciales.

Análisis de la versión PS5

Conclusión

Dungeons & Dragons: Dark Alliance ilusionó a los fans de Dragones y Mazmorras, que esperaban un verdadero sucesor espiritual de Baldur's Gate: Dark Alliance. Que el estilo de juego sea diferente al clásico no es un problema, lo que ocurre es que el producto final se ha quedado en un juego de acción más bien descafeinado, que no aprovecha ni explota la licencia a pesar de contar con un personaje tan querido como Drizzt Do' Urden. Es verdad que los mapas son variados, que abren distintos caminos e introducen ciertos elementos interactivos que te obligan a estar alerta (después de todo, nadie quiere pisar terreno venenoso), pero como título de acción es flojo en el mejor de los casos. La cámara da problemas, la inteligencia artificial es nefasta, los enemigos se repiten, el desarrollo de la aventura resulta francamente repetitivo y las batallas contra jefes finales no aportan nada especial. Dark Alliance es un producto que se disfruta más en compañía, puesto que salta a la vista que se ha diseñado con el cooperativo en mente. Si decides jugarlo en solitario, la experiencia se torna aún más plomiza, sobre todo en los niveles más avanzados, cuando los enemigos son más fuertes. El que pueda perdonarle estos fallos, tal vez encuentre un título con el que pasar el rato, aunque esperábamos mucho más de un videojuego de esta licencia.

Lo mejor

  • Los mapas introducen trampas, caminos alternativos, etc.
  • La personalización y la posibilidad de desbloquear nuevas habilidades
  • Con amigos es mucho más divertido

Lo peor

  • Argumentalmente desaprovechado
  • La inteligencia artificial de los enemigos
  • Enemigos que son esponjas en las dificultades más altas
  • Una cámara que juega malas pasadas
  • Repetitivo, sobre todo si lo juegas solo
5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.