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Cult of the Lamb

Cult of the Lamb

Sacrificios necesarios

Cult of the Lamb, análisis de la Merisecta y una de las sorpresas de 2022

De la combinación loca de gestionar una secta y la exploración aleatoria de mazmorras nace Cult of the Lamb para PS4, Xbox One, Xbox Series, PS5 y PC.

Actualizado a

Es muy divertido y original. ¿Para qué le vamos a dar más vueltas? Cult of the Lamb es un roguelike que no os podemos parar de recomendar solo por lo loca que es su propuesta. Los amantes de la aleatoriedad y la gestión de comunidades tienen delante un juego tan diferente como curioso que, para hacer honor a ello, las siguientes líneas relatarán los sucesos en la Merisecta, una comunidad plagada de traiciones, amistades, sacrificios y peleas que no dejarán a nadie indiferente.

Merisecta, de sectarios a adeptos

Nuestros primeros pasos en Cult of the Lamb nos introdujeron en la piel de un pequeño cordero que, harto de los sacrificios por parte de otras comunidades, sobrevive gracias a un ente demoníaco que quiere acabar con la vida de sus compañeros de ritual. Estos esclavizaron al quinto demonio para controlarlo dado su poder indeterminado y nuestro único objetivo es liberarlo para que cumpla su venganza.

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Para conseguirlo nos ofrece la corona roja para ganar poder y la posibilidad de crear nuestra propia secta para mantenerla y cuidarla. Esta parte de gestión de Cult of the Lamb es relativamente sencilla porque nuestros seguidores solo les preocupa su salud, la creencia en la secta y no morirse por una enfermedad. Motenai fue el primero en caer a causa de una indigestión por comer hierba. Específico la causa de la muerte porque nuestros seguidores pueden morir de múltiples formas por y para el beneficio y progresión de nuestra secta, ya sea en una lucha a muerte, mientras duermen o por una ingesta de carne de su propio compañero. En este caso, por edad, fue Fran el sacrificado. Su experiencia en el medio supo enriquecer al resto de la comunidad con su conocimiento y fortalecer la corona roja para mejorar las armas de nivel y aplicar estados alterados.

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Cabe decir que podemos elegir qué tipo de líder queremos ser en base a nuestras decisiones implementando los mandamientos y rituales de nuestro grupo. En Cult of the Lamb podemos tratar a nuestros seguidores como esclavistas que trabajan única y exclusivamente para ti obligándolos a darte donativos, impartir doctrina o morir por la causa. Por la causa o, como en el caso de Franchuzas, antes de morir de mayor debe ser asesinado para que los adeptos no pierdan fe en la Merisecta. Pero también podemos ser un buen líder (dentro de las posibilidades) y tratarlos como grupo para que se apoyen entre ellos, ganen lealtad si nadie está enfermo o hacerlos vegetarianos para que puedan comer hierba sin enfermar. Eso sí, ellos también nos pedirán favores para aumentar su lealtad hacia la secta, aunque sea obligar a alguien a comer caca. Por suerte, Borja sobrevivió a ello tras una semana de descanso.

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Todos son bienvenidos... a cambio de un donativo obligado

A nivel de gestión Cult of the Lamb es bastante completo porqué podemos decorar toda nuestra secta con caminos, estructuras, antorchas etc. Aunque eso es meramente decorativo, también hay edificios a construir como un centro médico, una mina o una letrina para que hagan sus necesidades. Para ello necesitaremos materiales que podemos conseguir en nuestras aventuras o en nuestra propia secta, pero cuidado, los árboles se agotan un tiempo si abusamos de la tala indiscriminada. Para desbloquear nuevas infraestructuras necesitaremos la devoción que generan nuestros adeptos en la estatua central. Laura, por ejemplo, fue seleccionada como ayudante para recolectar esta esencia tan valiosa y no perdernos ni un ápice mientras estamos de aventura.

Pero lo que más nos gusta de Cult of the Lamb es la conexión que tienen todos los elementos que conforman el juego. Cuidar nuestra secta no solo nos hace avanzar en la historia, sino que nos permite elegir un acompañante para ayudarnos en nuestra aventura o ser sacrificado para resucitar si perecemos en nuestra misión. La parte de la gestión y el roguelike se entremezclan con excelencia.

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Un buen lider debe cuidar de sus seguidores

Pero no todo es gestión, sino que también hay una parte de acción en Cult of the Lamb tan bien hecha como su contraparte. Recorremos 5 zonas que, artística y visualmente, son muy diferentes y las podrías diferenciar con un simple vistazo. Es cierto que echamos en falta algo más de variedad a nivel jugable y de diseño entre ellas, pero los enemigos característicos de cada nuevo nivel son suficientes para suplir esta carencia. De hecho, Cult of the Lamb te anima a rejugar las zonas dado el incremento de dificultad que ocurre cada vez que la completas prometiendo nuevas recompensas y características para tu corderito satánico.

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Aunque debemos confesar que en un principio no nos gustó ni artística ni jugablemente, poco a poco nos fue ganando. El control es prácticamente perfecto a los mandos y responde con precisión todas nuestras órdenes. Cult of the Lamb requiere de cierta precisión, no es tampoco el juego más difícil del mundo, pero gracias a su control excelente se hace mucho más ameno nuestro viaje y nos anima a intentarlo una y otra vez. Ese mimo en el control lo hemos comprobado también en los golpeos y la esquiva, cualidades marcadas y medidas al milímetro.

Además, Cult of the Lamb nos ofrece una buena cantidad de armas, algo escasa si me apuras, pero un número suficiente para no aburrir ni causar repetitividad en el tiempo. Con ellas están las maldiciones que, curiosamente, sí nos ha ofrecido la variedad que nos gusta en este tipo de juegos. Aunque el arma y maldición inicial es aleatoria, hay zonas que funcionan unas armas mejor que en otras por los enemigos que nos encontramos, pero en general todas nos ofrecen buenos resultados en los enemigos comunes. De hecho, nuestra aventura puede cambiar bastante a medida que avanzamos con las cartas del tarot que nos proporcionan bonificaciones o el encuentro con personajes que más tarde podremos visitar. En los jefes finales, aunque hay cierta variedad, para ser honestos nos ha faltado algo más de desafío en niveles intermedios donde ya notas la sensación de fatiga a nivel de diseño.

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El tiempo juega en nuestra contra

Al igual que en otros roguelike, el tiempo marcaba la aparición o no de ciertas salas como en The Binding of Isaac o acceder a nuevas recompensas como en Dead Cells. Cult of the Lamb lo hace de otra manera y juega con que el tiempo pasa igual en las mazmorras como en tu secta. Y eso nos ha encantado. Si no estamos atentos y alargamos más de la cuenta los niveles rejugables podemos encontrarnos a varios sectarios revolucionarios que ponen al resto en nuestra contra o, directamente, una enfermedad se ha llevado a varios de tus seguidores. Por ejemplo, cuando volvimos de nuestra primera aventura nos encontramos a Salva difamando sobre la Merisecta y tuvo que ser encarcelado por ello. Sin embargo, el plato lo pagó una pelea a muerte que hubo entre Roberto y Marta para aumentar la lealtad de nuestros seguidores. Es cierto que podemos resucitarlos o sacrificar a quien se oponga, pero estos rituales tienen un tiempo de reutilización y de uso de objetos que nos limita con acierto el abuso de los mismos.

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Merisecta, la tuya, la de todos. ¡Únete!

Hay margen de mejora, claro, pero es simplemente a nivel de contenido, ya que el juego no nos durará más allá de las 8 horas de duración si no nos entretenemos a decorar al milímetro nuestra secta. Por otro lado, su rejugabilidad se basa en repetir las zonas, jugar a un minijuego propio bastante entretenido pero algo confuso de dominar y otras actividades como la pesca, pero en general aún no tiene contenido suficiente como para recomendaros su postgame.

Destacar también su banda sonora, muy divertida y dinámica que encajan a la perfección con el toque satánico que quieren ofrecer. Aunque sin duda alguna los efectos sonoros son de lo mejor que tienen. Responden muy bien a nivel jugable, pero la mejor parte llega cuando debemos hacer rituales, interactuamos con nuestros adeptos o simplemente pescamos. Hacen del juego algo mucho más ameno y que resultan tan divertidos como para tomarte el juego con calma. También os animamos a probar su integración en Twitch, porque Cult of the Lamb mejora enteros.

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Conclusión

Cult of the Lamb es un muy buen juego al que le falta bastante contenido. Sus desarrolladores ya han confirmado que está de camino y estamos impacientes por ello porque está lleno de buenas ideas que pueden dar mucho más de sí. Con un control excelente, una fusión de mecánicas prácticamente perfectas y una originalidad fresca y pura que solo pretende divertirte, no nos extraña para nada que Devolver Digital haya confiado en este proyecto que no decepciona a nadie y que esclarece las dudas que puedas tener en los primeros minutos de juego. Únete a la Merisecta y disfruta de un paraíso lleno de trabajo, sacrificios y lealtad.

Lo mejor

  • Las mecánicas de gestión de la secta son maravillosas.
  • Una de las mejores combinaciones entre gestión y acción aleatoria de un roguelike.
  • Control, precisión y respuesta a los mandos excelente.
  • Accesible pero con un desafío exigente para quién lo desee.

Lo peor

  • Menos rejugable de lo deseado con el contenido que tiene actualmente
  • Poca variedad de armas y enemigos finales de zona.
8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.