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Batman Returns CD

Batman Returns CD

  • PlataformaSCD9
  • GéneroPlataformas, Acción, Conducción
  • DesarrolladorSEGA
  • Lanzamiento17/09/1993
  • EditorSEGA

Batman Returns CD, Análisis retro

Batman Returns, la sensacional película dirigida por Tim Burton, goza de un largo recorrido en el mundo de los videojuegos, con títulos muy distintos entre sí lanzados para las plataformas más diversas. En esta ocasión nos ocupamos de analizar el destinado a Mega-CD.

Actualizado a

Nota del redactor: Tal y como se puede comprobar en las últimas semanas, desde MeriStation estamos lanzando una serie de análisis retro en los que nos ocupamos de dar cobertura a grandes clásicos del pasado que o bien no fueron analizados en su momento por diversos motivos o bien se lanzaron en una época anterior al nacimiento de esta casa. El presente análisis continúa dicha senda, aunque de forma peculiar. Vamos a llevar a cabo un pequeño experimento: hablar en presente en lugar de en pasado. Es decir, vamos a analizar Batman Returns CD como si nos encontráramos en 1993, año del lanzamiento del juego, en lugar de en 2018. Será un análisis retro con efecto retroactivo, ambientado un cuarto de siglo atrás. Con esto pretendemos dar un toque de originalidad a esta clase de textos. No dudéis dejar en los comentarios vuestra valoración sobre esta propuesta. Y ahora, regresemos al pasado de la manera más literal posible.

El regreso del caballero oscuro

Que Batman es uno de los mejores personajes de cómic jamás creados es algo que no admite discusión alguna. Es más, son muchos los que directamente aseguran que se trata del mejor personaje nacido en el ámbito del noveno arte. Pero en su más que extensa historia (el personaje arrastra ya 54 años a sus espaldas, que se dice pronto), el hombre murciélago ha sufrido continuos altibajos. En el cómic, tras la presentación de Robin y la finalización de la Segunda Guerra Mundial, las historias se aligeraron e infantilizaron, alejándose del tono lóbrego y detectivesco que el personaje poseía en sus primeros tiempos. Pero fue la serie de televisión de los 60 la que sin duda más desvió al personaje de sus raíces, presentándonos a un Batman regordete, bonachón, sonriente y colorido que se enfrentaba a ridículos villanos en absurdas historias.

Afortunadamente, todo esto acabó cambiando en el ámbito de las viñetas, hasta que esas obras maestras en forma de cómic llamadas The Dark Knight Returns (Frank Miller, 1986), La Broma Asesina (Alan Moore y Brian Bolland, 1988) y Arkham Asylum (Grant Morrison y Dave McKean, 1989) refrendaron dicho cambio. Batman volvió a ser un personaje complejo, oscuro y atormentado, cargado de un buen número de traumas que psicológicamente hablando no lo alejaban tanto como parecía de demenciales villanos como el Joker o Dos Caras. Pero aún faltaba dar a conocer a este hombre murciélago, reconvertido en caballero oscuro, al gran público alejado de los cómics, y ello sucedió gracias a la película simplemente titulada Batman (Tim Burton, 1989), film que se convirtió en un arrollador éxito y supuso el pistoletazo de salida a lo que hoy en día conocemos como batmanía.

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Por supuesto, la secuela de dicha película no se hizo esperar, así que ya en 1992 pudimos disfrutar de Batman Returns, un regreso en el que todo era más y mejor: los inquietantes escenarios de estilo gótico, la onírica banda sonora, la lóbrega puesta en escena… Todo ello lograba hacer que al ver la película nos diera la sensación de estar asistiendo a un sueño tenebroso que bordeaba la pesadilla. Los videojuegos basados en este nuevo film no han tardado mucho en aparecer, y por parte de Sega nos han llegado ya tres versiones destinadas a Mega Drive, Master System y Game Gear, a las que ahora se une Batman Returns CD, título que forma parte de la primera hornada de lanzamientos europeos de ese nuevo, flamante y caro periférico llamado Mega-CD.

El futuro es digital

Para aquellos que aún no sepan de qué va el asunto, Mega-CD es un revolucionario periférico/sistema destinado a Mega Drive (no funciona por sí solo, es necesario conectarlo a MD), el cual irrumpe en el mercado europeo casi dos años después de su debut en Japón, más o menos el arco de lanzamiento estándar actual para los productos provenientes del país del sol naciente. No sabemos si en el futuro estas larguísimas esperas lograrán acortarse. Quién sabe, quizás en las décadas que están por venir, nuestros hijos, o nietos, puedan asistir al lanzamiento mundial y simultáneo de una plataforma de videojuegos, algo desde luego impensable hoy día.

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Eso sí, aunque hemos tenido que esperar unos dos años, en Europa recibimos una versión mejorada (o al menos eso aseguran desde Sega) de este sorprendente periférico: el Mega-CD II, por no hablar de una remesa inicial de juegos bastante surtida que selecciona lo mejor que MCD ha recibido en su recorrido intercontinental. La forma, tamaño y maneras del Mega-CD II son muy distintas a las del modelo original que se ha podido ver en las revistas especializadas, dado que al acoplarse queda situado en el costado derecho de Mega Drive en lugar de bajo la consola, y además la bandeja de discos mecánica pasa a ser una tapa de abertura manual, lo que, no nos engañemos, reduce bastante la sensación de encontrarnos ante una máquina de alta tecnología. Lo que no cambia en este Mega-CD II es el hecho de brindar a Mega Drive el acceso a un formato que inaugura una nueva dimensión en lo que a videojuegos se refiere: el disco compacto. 

Este sistema de almacenamiento, digital en lugar de analógico, está llamado a revolucionarlo todo, ya que permite albergar una cantidad de información más de 300 veces superior a la de un cartucho, permitiendo que los juegos destinados al sistema posean vídeos de imagen real, canciones o bandas sonoras de calidad instrumental e incluso orquestal. Además, la potencia extra que el hardware de Mega-CD brinda a MD permite a la consola de Sega realizar filigranas gráficas como reescalados y rotaciones de sprites, con una soltura digna de la mejor de las máquinas recreativas. Bien, llega el momento de comprobar hasta qué punto aprovecha este Batman Returns CD las posibilidades enumeradas anteriormente.

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Encendiendo la batseñal

Para los que no lo hayan visto o jugado, el Batman Returns destinado a Mega Drive resultó ser un título bastante conservador y predecible en su concepto, consistiendo en un juego de plataformas y acción de desarrollo lateral en el que controlamos a Batman a lo largo de diversos niveles basados en la película homónima. El juego adolecía de varios problemas, como la escasa originalidad de su desarrollo, presentar a un Batman lento y pesado, bastante limitado en lo que a movimientos y capacidad de combate se refiere, y adolecer de un control tosco que aumentaba aún más la ya de por sí alta dificultad del título.

Pues bien, primero las malas noticias: todas y cada una de las fases del Batman Returns destinado a Mega Drive se encuentran presentes en este título de Mega-CD. Todas y cada una de ellas, sin cambio alguno ni modificación que aproveche la superior capacidad de MCD a nivel técnico. Pero no os alarméis, ya que ni mucho menos nos encontramos ante otra de esas conversiones MD-MCD exactamente iguales a sus contrapartidas en cartucho, que lo único que ofrecen es una nueva banda sonora y una intro animada. Y todo gracias al juguete más chulo que Bruce Wayne guarda en su Batcueva: el Batmóvil.

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El medio de transporte por excelencia de Batman, que en el juego original de Mega Drive no podíamos controlar en ningún momento dado que solo aparecía en las introducciones a cada nivel, se convierte en el gran protagonista y la absoluta estrella de Batman Returns CD. Sega ha creado una nueva tanda de niveles exclusivos de esta versión en los que al fin podremos controlar el coche más alucinante jamás visto en pantalla grande (con permiso del DeLorean, por supuesto). Y lo haremos de una forma espectacular, que nos dejará con la mandíbula desencajada y los ojos abiertos como platos.

Los aficionados que acuden regularmente a los salones recreativos (¿acaso hay alguien que no lo haga?) sin duda son conscientes de una verdad absoluta: Sega es la reina del ámbito arcade. Los títulos que esta compañía desarrolla se encuentran a años luz tecnológicamente hablando respecto a las propuestas elaboradas por otros gigantes del recreativo como Namco, Capcom o Konami. Y de la puesta en escena, con muebles ostentosos que emulan veloces coches deportivos o mortíferos cazas, ya ni hablamos. Aquí es obligatorio mencionar juegos como Hang-On (1985), Space Harrier (1985), Out Run (1986), Afterburner (1987), Power Drift (1988) o G-Loc: Air Battle (1990). Estos juegos, ya considerados clásicos atemporales y eternos a pesar de no ser tan antiguos, comparten dos cosas: la primera es un mismo creador, Yu Suzuki, creativo japonés que hace poco volvió a revolucionar los arcades con Virtua Racing; y la segunda es una tecnología denominada Super Scaler, consistente en aplicar un rapidísimo zoom a los sprites del juego para que brinden una sensación de profundidad cercana a la de un título elaborado con gráficos vectoriales o poligonales.

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Pues bien, aunque Batman Returns CD no tiene nada que ver con Yu Suzuki, sí que comparte el segundo punto en común con los juegos anteriormente mencionados. Y es que Mega-CD posee una potencia asombrosa a la hora de escalar y rotar sprites, infinitamente superior a la poseída por plataformas domésticas como Super Nintendo o la mismísima Neo Geo, y que nada tiene que envidiar a la de las placas recreativas más punteras de la actualidad. Así, las nuevas fases de conducción que ofrece Batman Returns CD, en las que el caballero oscuro pilota su Batmóvil a lo largo y ancho de Gotham City y sus alrededores, son un festival de reescalado y rotaciones que afecta a la práctica totalidad de elementos en pantalla.  

Esto, unido al propio tratamiento que ha recibido la superficie de las carreteras y pistas por las que transitamos, que deja al pomposo Modo 7 de Super Nintendo a la altura de un efecto especial barato, nos ofrece un espectáculo visual que nos empujará a pausar el juego cada dos por tres para cubrir de besos la superficie de nuestro Mega-CD. Decir que las fases de conducción de Batman Returns CD son buenas es como asegurar que El Imperio Contraataca es una película tan solo aceptable o que Sonic recorre Green Hill Zone a una velocidad moderada. Creednos cuando os decimos que, en mitad de una partida, sentiréis el impulso de mirar a derecha e izquierda para aseguraros de que aún os encontráis en vuestra casa en lugar de en un salón recreativo.

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La velocidad del procesador de Mega-CD es incluso mayor al de Mega Drive, algo que Batman Returns CD aprovecha a fondo en sus fases de conducción, brindándoles un desarrollo tremendamente vertiginoso. El Batmóvil cuenta con ametralladora de munición infinita y un limitado número de misiles rastreadores de calor, armamento que deberemos usar contra los vehículos rivales que aparecerán continuamente en pantalla. Éstos también podrán dispararnos desde cócteles molotov hasta chorros de llamas bastante dañinos, así que deberemos eliminar a los enemigos mientras esquivamos sus ataques, tomamos curvas, saltamos por empinadas pendientes e intentamos no chocar con los elementos presentes a ambos lados de la carretera. Además, es esencial que destruyamos a nuestros rivales lo más rápido posible, ya que, al más puro estilo arcade, el tiempo que poseemos para superar cada sección del nivel es limitado y más ajustado a medida que avanzamos en el juego.

Además de todo esto, deberemos hacer frente a jefes tanto de mitad como de final de nivel, bastante duros de pelar y que requieren diferentes estrategias a la hora de encararlos, y por supuesto también tendremos que tumbarlos dentro de un tiempo límite. Además, y aunque queremos evitar estropear la sorpresa, decir que en un momento avanzado de la aventura todo cambiará radicalmente. Ya no tendremos que enfrentarnos a enemigos, pero sí a un sinfín de obstáculos que pondrán a prueba nuestros reflejos como pocos videojuegos lo han hecho hasta ahora. Quizás el único lunar que aparece en los niveles de conducción de Batman Returns CD a la hora de igualarlos con las mejores recreativas del mercado sea el hecho de que la paleta de color, aunque se ha usado con inteligencia, es bastante limitada. Y es que, en este apartado, Mega-CD no ofrece mejora alguna respecto al que quizá sea el mayor talón de Aquiles de Mega Drive a nivel de hardware: su reducida oferta cromática (64 colores en pantalla de una paleta de 512).

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En definitiva, estos nuevos niveles de conducción que ofrece Batman Returns CD justifican por sí solos la adquisición del título aunque ya poseamos el BR de Mega Drive, que tal y como hemos dicho ya, su contenido se encuentra presente dentro del disco compacto. De hecho, dentro del menú de opciones contamos con la posibilidad de seleccionar si queremos jugar solo las fases de conducción, solo las fases de plataformas, o bien alternar ambas propuestas a lo largo de una aventura bastante extensa que cuenta además con otro apartado de una excelencia sublime: su banda sonora.

La balada del murciélago de Gotham

La verdad es que, a pesar de estar basado en la película homónima, Batman Returns CD no aprovecha las bondades que ofrece el compact disc para incluir secuencias de vídeo extraídas del film o cortes tomados directamente de su soberbia banda sonora. De hecho, el único material audiovisual procedente del film de Tim Burton es el de la portada del juego. Todo lo que hay en el interior, aunque basado en la película, es 100 % original y creado desde cero por Sega, quizá con la única excepción de alguna voz digitalizada.

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En principio puede parecer incomprensible que Sega no haya aprovechado la ocasión para integrar en el juego la banda sonora de la película en la que se basa Batman Returns CD, ya que no solo es uno de los mejores trabajos creados hasta ahora por Danny Elfman (quizá solo superado por la BSO de Eduardo Manostijeras), sino que temas como el dedicado a Batman (presente también en la primera película) son ya tan indivisibles de la mitología del hombre murciélago como la banda sonora que John Williams creó para la película de Superman de finales de los 70 lo es para todo lo que tiene que ver con el hombre de acero.

Además, aquí hay que mencionar como curiosidad que en el también recién estrenado Batman Returns destinado a Super Nintendo (todo un señor beat ’em up al más puro estilo Final Fight, creado por los genios de Konami) sí que se incluye la banda sonora de la película (mediante samples, obviamente, ya que hablamos de formato cartucho). El caso es que Sega ha decidido desarrollar una banda sonora completamente nueva, de calidad instrumental, la cual ha encargado al compositor Spencer Nilsen.

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Y aquí es donde viene la gran sorpresa, ya que esta nueva banda sonora creada exprofeso para Batman Returns CD, de 45 minutos de duración y que nada tiene que ver con la de Danny Elfman, resulta no solo estar a la altura de la escuchada en el film original, sino que además se integra a la perfección con todo lo que rodea a Batman. Por poner un ejemplo, la soberbia composición que suena al acceder al menú de opciones del juego (menú que emula el panel de control del Batmóvil) nos dejará extasiados nada más comenzar a escucharla, e incluso nos veremos empujados a acceder una y otra vez a este menú aunque ya no tengamos que cambiar nada, solo por el placer de escucharla antes de volver a lanzarnos a la aventura.

Esta banda sonora es tan buena, que incluso consigue hacer que las fases de desarrollo lateral del juego provenientes de Mega Drive parezcan mejores de lo que son en realidad. Aunque, tal y como mencionamos más atrás, contamos con la opción de jugar las fases de conducción exclusivamente, sentiremos el irrefrenable deseo de activar la opción de juego completo solo para escuchar las composiciones que suenan durante los niveles de plataformas, distintas de las que se nos ofrecen en las secciones de conducción. Y lo mejor de todo es que, al estar grabadas como pistas de audio, podremos escuchar todas estas melodías en cualquier reproductor de CDs.

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9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.