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Astalon: Tears of the Earth

Astalon: Tears of the Earth

Metroidvania Forever

Astalon: Tears of the Earth, análisis. Un metroidvania muy particular

Repasamos las claves de un metroidvania diferente. Tres protagonistas decididos a salvar el mundo, una misteriosa torre y muchos secretos por descubrir.

Actualizado a

Plataformas, acción, búsqueda de tesoros… Si cogemos todos esos ingredientes y los metemos en una coctelera, el plato recibirá el nombre de metroidvania. Un género que ya sabéis perfectamente de dónde procede y que, durante la última década, nos ha dejado una buena ristra de títulos que han logrado convencernos a todos. Probablemente, el mayor exponente del éxito de la inconfundible propuesta sea Hollow Knight, aunque no podemos olvidarnos de nombres propios como Bloodstained: Ritual of the Night, Blasphemous o del reciente Ender Lilies, entre otros.

Hoy os hablamos de uno muy particular, atiende al nombre de Astalon: Tears of the Earth y no solo ofrece una experiencia metroidvania que nos recuerda a los grandes clásicos del género, sino una serie de elementos que le permiten empujar la fórmula un poco más allá, hasta el punto de convertirse en un título único en su especie. Si tenéis unos minutos para leernos, tal vez descubráis un título que os dará muchas horas de diversión.

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La Torre de las Serpientes

Contra todo pronóstico, Astalon: Tears of the Earth pone sobre la mesa una puesta en escena y un guion relativamente complejo para los estándares del género. De hecho, no sería de extrañar que algunos usuarios tengan la sensación de que el título tarda un buen rato en arrancar y presentar todas sus posibilidades. Básicamente, algo terrible sucedió en el mundo y nosotros, tres héroes anónimos, tenemos la misión de adentrarnos en una imponente construcción de origen desconocido. La historia no está exenta de tópicos, pero es lo suficientemente interesante como para que merezca la pena seguirla.

La Torre, como no podía ser de otra forma, está infestada de casi un centenar de criaturas diferentes. Aquí encontramos una oferta que recuerda a la de Castlevania: Symphony of the Night: gárgolas, esqueletos, licántropos… y jefes finales de gran tamaño, esos que tanto nos gustan. Eso sí, hay que pegar un pequeño tirón de orejas a LABS Works en este sentido, ya que la mayoría de jefes no suponen un gran desafío; no habría venido nada mal un incremento en la ferocidad de sus ataques, que generalmente se esquivan con facilidad. Asimismo, hay muchos enemigos normales que a menudo nos ponen en un aprieto. Algo es algo.

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Clásico, pero con matices

Más allá de una inconfundible estética de 8 bits y de la apuesta por un esquema jugable y un sistema de control clásico como él solo (patrones de movimiento de los enemigos y jefes, saltos ajustados, desplazamiento…), hay algo que diferencia a Astalon: Tears of the Earth de otros títulos similares: la posibilidad de cambiar de personaje y la manera en la que se desarrollan sus características. Y es que, sorprendentemente, contamos con una party al más puro estilo RPG. Contamos con tres personajes de inicio —hay alguno más esperando a ser rescatado—, y aunque las habilidades que conseguimos nos permiten explorar cada vez más lejos como en cualquier otro metroidvania, desde el primer momento comprendemos que las capacidades de cada uno de ellos son vitales para avanzar.

Como si de un cliché se tratase, el mago Algus mantiene a los enemigos a raya desde la distancia, la pícara Kyuli es capaz de salvar ciertos obstáculos y escalar superficies y el guerrero Arias es diestro en el combate cuerpo a cuerpo. La experiencia cambia mucho en función del personaje elegido —podemos alternar entre ellos en los puntos de descanso—, especialmente cuando conocemos la manera en la que podemos ampliar sus aptitudes. En este sentido, el título hace malabares para ofrecernos algo similar a lo visto en Dark Souls; no vamos a desvelaros los detalles, pero digamos que morir es el primer paso hacia desarrollar el potencial de cada protagonista. Este es uno de los elementos más interesantes del juego, ya que el equilibrio entre la pérdida y el aprendizaje dar lugar a una experiencia que pocas veces hemos visto en el género.

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Una obra de ingeniería

Si hay algo en lo que Astalon: Tears of the Earth brilla con luz propia, no es otra cosa que el diseño de niveles. El mundo del juego ha sido concebido con mucho mimo, hasta el punto de ser uno de los más complejos que hemos visto en el género durante la última década. La cantidad de habitaciones secretas, atajos y conexiones entre sectores es impresionante. Además, el hecho de apostar por un grupo formado por diferentes personajes que cuentan con habilidades exclusivas eleva las cotas de profundidad y nos obligan a peinar cada centímetro del escenario en varias ocasiones; a menudo nos topamos con un obstáculo que un personaje es incapaz de superar y sabemos que uno de sus compañeros puede hacerlo, pero no siempre tenemos la oportunidad de alternar entre ellos cuando más lo necesitamos.

Todo esto da lugar a una experiencia en la que, más allá de los combates, la exploración se convierte en el mayor desafío del juego. Porque el componente de backtracking está presente en todo momento, la Torre de las Serpientes es un lugar repleto de trampas y el diseño está planteado para que cualquier paso que demos se torne exigente, pero sumamente gratificante una vez alcanzamos nuestro destino. Estamos ante uno de esos títulos en los que cada pequeño progreso se convierte en una gran victoria. Si vuestra intención es completar la historia, probablemente lo logréis en unas 12 horas, pero si realmente queréis descubrir todos los secretos del juego, lo más lógico es que la cantidad se vea duplicada.

Conclusión

Astalon: Tears of the Earth cuenta con argumentos más que suficientes para erigirse como uno de los metroidvania más notables de los últimos años. El conjunto presume de solidez y equilibrio, la curva de dificultad se antoja ideal para cualquier tipo de público y el diseño de niveles es, simple y llanamente, espectacular. Un híbrido entre clásicos como Castlevania y obras más modernas como Blasphemous o Hollow Knight, entre otras. Con una inconfundible estética de 8 bits y una duración que puede alcanzar las 20 horas, el título de LABS Works es una apuesta segura para cualquier amante del género.

Lo mejor

  • El diseño de niveles, sobresaliente
  • La idea de contar con varios personajes con desarrollo propio
  • El equilibrio entre una experiencia clásica y elementos modernos
  • La cantidad de secretos y el inteligente uso del backtracking

Lo peor

  • Tarda un buen rato en mostrar todas sus posibilidades
  • Los jefes finales no están demasiado inspirados
8.3

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.