774 Deaths

Item: 774 Deaths
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La muerte hecha videojuego; en ningún otro título moriremos tantas veces como en 774 Deaths. Square Enix lanza un título en la App Store tan atrevido como particular. Con un aspecto gráfico al más puro estilo 8-bit, debemos superar hasta 33 niveles con un nivel de dificultad realmente elevado; esencia old-school.

Cristian Ciuraneta Catalán CCiuraneta

Actualizado a 12 de abril de 2012 12:26 CEST

En el género de las plataformas la supervivencia de nuestro personaje es todo un clásico; desde los primeros títulos del género, nuestro principal objetivo siempre ha sido ganar y conservar el mayor número de vidas en nuestro marcador. En el caso de 774 Deaths ocurre todo lo contrario; en lugar de sumar vidas iremos aumentando el número de muertes con gran facilidad. Este es el punto de partida de un título que a pesar de tener una gran personalidad, no es recomendable para todos los públicos. Eso sí, el que se atreva a empezar este descenso a la muerte y el dolor se encontrará con uno de los mayores desafíos de hoy en día. La estructuración del título es muy común; el desarrollo de nuestra particular aventura se divide en grupos de niveles, a los que podremos acceder a través de diferentes habitaciones o salas.

Desarrollo clásico
Deberemos superar un mínimo de niveles en cada estancia para poder acceder a la siguiente; y así sucesivamente, aunque las exigencias serán cada vez mayores. Nos encontraremos con varias maneras de afrontar los niveles, siendo las plataformas el nexo común a todos ellos. Así, la jugabilidad es algo variada, alejando a 774 Deaths de una monotonía exagerada, aunque de algún modo u otro, siempre presente. Nuestro objetivo será conseguir hacer llegar a nuestro personaje hasta la puerta de salida de cada nivel esquivando montones de afiladas cuchillas. Habrá niveles con controles tradicionales, es decir, en pantalla aparecerán dos flechas para avanzar o retroceder y un botón de salto. En estos casos, el control es bueno, aunque muy exigente; cualquier error terminará en una orgía de sangrientos píxeles.

En otras, nuestro sufrido protagonista avanzará de manera automática, con lo que deberemos medir muy bien los saltos para no perecer en el camino, al más puro estilo Cannabalt. Aquí es donde 774 Deaths descubre una de sus mecánicas más recurrentes, la del ensayo-error continuo, sin tregua. Los niveles son cortos pero muy intensos, lo que exigirá lo mejor de nosotros mismos. Cualquier despiste significa la muerte instantánea; en la primera media hora de juego, no será extraño ver que nuestro marcador de muertes ya supera el centenar. Otro tipo de niveles serán aquellos donde, aprovechando el acelerómetro de nuestros dispositivos, deberemos mover a nuestro personaje a través de laberintos de mayor o menor dificultad en un tiempo limitado.

Si no conseguimos llegar al final antes de que la cuenta atrás llegue a cero, moriremos. Si somos alcanzados por una de las numerosas cuchillas, moriremos. La muerte nos esperará a cada esquina dando color a unos niveles grises y tristes. Por último, deberemos enfrentarnos a niveles verticales donde caeremos por un abismo, de nuevo, lleno de mortales cuchillas. El acelerómetro vuelve a ser crucial para controlar a nuestro personaje, con lo que deberemos conseguir que la trayectoria de su caída libre no termine. En este sentido, el control no termina de ser del todo convincente, llevándonos a fracasar una y otra vez. A ello debemos sumar un nivel de dificultad desesperante; en una generación donde el jugador recibe toda clase de ayudas en la mayoría de títulos, debemos aplaudir a Square Enix por apostar tan fuerte por una jugabilidad de la vieja escuela, aunque quizás han ido demasiado lejos.

Frustración constante
774 Deaths no es un juego para todos los públicos, eso está claro. En el afán de conseguir una experiencia completamente retro, tanto en su aspecto pixelado como en su nivel de desafío, sus creadores han diseñado un título sólo apto para los más valientes. Es tanta la exigencia por parte del jugador que se ha descuidado un aspecto vital en todo videojuego: la diversión. Y es que 744 Deaths no resulta muy divertido, centrándose en gran parte en la superación de retos, uno tras otro y sin descanso. Superar cada nivel requiere nervios de acero y una gran concentración para aprenderse al dedillo los caminos y mecánicas perfectas para no perecer en el intento; y vaya si lo haremos.

Estilo 8-bit
No hay un argumento claro ni una razón por la que seguir adelante más allá de superarnos a nosotros mismos. Nuestros personajes –que podemos ir cambiando en cada estancia– no tienen nombre ni un motivo aparente por el que se encuentran en un castillo antiguo. Los jugadores de más edad reconocerán rápidamente su estilo totalmente retro, ya sea por su aspecto pixelado o por su sencilla propuesta de juego. Podría pasar perfectamente por un título de NES; incluso el sonido nos transportará a esos maravillosos años ochenta. Desgraciadamente, no hay más; su propuesta se queda a medio camino y no consigue enganchar a jugadores que superen la treintena ni a las generaciones más jóvenes. Eso sí, podemos compartir vía Twitter nuestras muertes y demostrar cuánto hemos sufrido para llegar hasta allí.

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.