Cómic

‘Camelot 3000’: ciencia ficción, leyenda artúrica y revolución editorial

Mike W. Barr y Brian Bolland firman una obra pionera que reinterpreta el mito del Rey Arturo en clave futurista, con alienígenas, distopía y una carga simbólica que rompió moldes en los años 80.

Camelot 3000
(4 estrellas)

Hay ideas que se gestan en la adolescencia y que, contra todo pronóstico, acaban materializándose décadas después. Es el caso de ‘Camelot 3000′, una serie limitada que Mike W. Barr soñó en su etapa escolar bajo el título ‘Pendragón’ y que, tras varios rechazos editoriales, encontró su lugar en DC Comics a principios de los 80. Pero no fue una publicación cualquiera: por decisión del departamento de marketing, se convirtió en la primera maxiserie de la historia del cómic estadounidense. Fue publicada entre 1982 y 1985 en 12 entregas que solo se distribuyeron en tiendas especializadas, fuera del circuito tradicional.

Camelot 3000
Ampliar

Un cómic adelantado a su tiempo

Este movimiento estratégico permitió esquivar el férreo Comic Code Authority y abordar temas que, en su momento, resultaban provocadores: relaciones lésbicas, relaciones extramatrimoniales, infanticidio, traumas de identidad o dilemas morales. Hoy, muchas de esas transgresiones han sido asimiladas por el medio, pero entonces supusieron un paso adelante en la madurez del cómic mainstream.

La obra llegó en un momento clave para la industria. A comienzos de los 80, el cómic estadounidense vivía una transición: el modelo clásico de superhéroes empezaba a mostrar signos de agotamiento, mientras que el mercado directo (las tiendas especializadas) abría nuevas posibilidades creativas. DC buscaba formas de competir con Marvel y, al mismo tiempo, explorar narrativas más adultas. ‘Camelot 3000′ fue una de las primeras apuestas en esa dirección, anticipándose a obras como ‘Watchmen’ (1986) o ‘The Dark Knight Returns’ (1986), que consolidarían la llamada “edad moderna” del cómic.

Además, la serie se benefició del efecto British Invasion: la llegada de autores británicos a las grandes editoriales americanas. Aunque Alan Moore aún no había irrumpido con fuerza, Brian Bolland ya era un nombre respetado por su trabajo en ‘Judge Dredd’, y su fichaje fue un golpe de efecto para DC. Su estilo detallado y elegante contrastaba con la estética más sucia y dinámica de muchos artistas estadounidenses, y marcó un precedente para la incorporación de talentos como Dave Gibbons, Neil Gaiman o Grant Morrison en los años siguientes.

Camelot 3000
Ampliar

Arturo contra los alienígenas (y sus propios fantasmas)

La premisa del cómic es tan delirante como efectiva: en el año 3000, la Tierra es invadida por una raza alienígena liderada por Morgan le Fay. Ante la amenaza, el Rey Arturo es resucitado accidentalmente y reúne a sus caballeros —reencarnados en cuerpos del futuro— para plantar cara al enemigo. Barr no oculta sus influencias: ‘Star Wars’, las epopeyas cósmicas de Kirby y Lee, y dos textos fundamentales sobre el ciclo artúrico, ‘Le Morte d’Arthur’ de Malory y la versión inconclusa de Steinbeck.

El resultado es una distopía que mezcla espada y láser, traición y redención, con un tono que hoy puede parecer ingenuo, pero que en su momento supuso una bocanada de aire fresco. Aunque persisten las referencias a los mitos cristianos, como la búsqueda del Grial, la obra prescinde de cualquier tono moralista o de adoctrinamiento. La narrativa es lineal, los personajes arquetípicos, y los giros de guion escasos, pero hay una honestidad en su planteamiento que sigue funcionando. Y, sobre todo, hay un dibujante en estado de gracia.

Camelot 3000
Ampliar

Brian Bolland: la leyenda

Aunque no fue la primera opción de DC, la elección de Brian Bolland fue clave para el impacto visual de la obra. Su trazo limpio, detallado y anatómicamente impecable —heredero de Neal Adams, Frazetta o Buscema— dota a ‘Camelot 3000′ de una estética poderosa, casi escultórica. Cada viñeta está trabajada al milímetro, lo que ralentizó la producción y obligó a espaciar las entregas. También tuvo condicionantes narrativos, ya que pactó con Mike reducir el número de caballeros de la Tabla Redonda a la mitad.

Bolland es además un estructurista de primera, con composiciones a página entera que combinan diferentes planos y ritmos de lectura. Sin necesidad de grandes artificios es capaz de llevar al lector al punto que quiere de la página.

Tres años después, Bolland firmaría junto a Alan Moore ‘La broma asesina’, estas dos obras que lo consagrarían como uno de los grandes del medio. Su aportación eleva el conjunto y convierte la serie en una experiencia visual que resiste el paso del tiempo.

Camelot 3000
Ampliar

Conclusión

‘Camelot 3000′ es de las grandes obras del género de la ciencia ficción en el cómic, una revisión ágil y divertida del mito artúrico y que, a pesar del casi medio siglo transcurrido, su lectura sigue siendo fresca e interesante. Lo que en su día fueron transgresiones importantes, hoy por suerte se han normalizado y pasan desapercibidas. Su apuesta por un formato nuevo la convierte en una lectura imprescindible para quienes quieran entender cómo el cómic de superhéroes empezó a romper sus propias cadenas. No es perfecta, pero sí valiente.

Camelot 3000
Ampliar

Ficha

  • Guion: Mike W. Barr
  • Dibujo: Brian Bolland
  • Formato: Rústica con solapas
  • Tamaño: 17 x 26 cm
  • Páginas: 320 color
  • ISBN: 9791370131654
  • Editorial : Panini Comics
  • Precio: 35,00 €

Sigue el canal de MeriStation en Twitter. Tu web de videojuegos y de entretenimiento, para conocer todas las noticias, novedades y última hora sobre el mundo del videojuego, cine, series, manga y anime. Avances, análisis, entrevistas, tráileres, gameplays, podcasts y mucho más.

¡Suscríbete! Si estás interesado en licenciar este contenido, pincha aquí.

Normas