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Cine

“Seis cajas de cerveza al día”: la leyenda urbana de Lee Van Cleef rodando ‘El bueno, el feo y el malo’ en Almería

Lee Van Cleef, el actor de Sentencia/Angel Eyes en ‘El bueno, el feo y el malo’ (1966), protagonizó numerosas leyendas urbanas a su paso por Almería durante el rodaje de la película.

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‘El bueno, el feo y el malo’ (1966) no solo es considerada el pináculo del spaghetti wéstern, sino también una de las mejores películas de todos los tiempos. No obstante, la producción de esta mítica cinta de Sergio Leone fue cualquier cosa menos tranquila: desde un puente que hubo que construir hasta tres veces para volarlo correctamente, hasta tensiones con varios miembros del reparto. En particular, Lee Van CleefSentencia, el “malo”— dejó una buena colección de anécdotas tras su paso por Almería. Mientras que algunas tienen base real, otras, con el tiempo, han sido alimentadas por la exageración y el folclore cinéfilo. Probablemente la más famosa sea la de cómo el actor, supuestamente, exigía “seis cajas de cerveza al día”, lo que provocaba que trabajara borracho.

A caballo entre mito y realidad: lo que realmente se sabe de Lee Van Cleef durante el rodaje de ‘El bueno, el feo y el malo’ en Almería

Pocas figuras del wéstern europeo han alimentado tantas historias, teorías disparatadas y especulación desmadrada como Lee Van Cleef. Una de las versiones más compartidas, aunque no precisamente la más contrastada, es la que se recoge en la sección “trivia” de la película ‘El bueno, el feo y el malo’ de la web TV Tropes. A grandes rasgos, se insinúa que Van Cleef tuvo graves problemas de alcoholismo durante su estancia en Almería, a tal nivel que Sergio Leone se vio obligado a traerse a su mujer y a su hija para que el intérprete se comportase con comedimiento dentro y fuera de los sets de rodaje.

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Lee Van Cleef en una fotografía de producción de 'El bueno, el feo y el malo' (1966)

Estas afirmaciones tan extremas quedan reproducidas de forma íntegra a continuación: “en un fenómeno que parece casi demasiado común entre actores extranjeros que rodaban en España, Lee Van Cleef aprovechó su estancia para salir de fiesta día y noche. Exigía que le entregaran seis cajas de cerveza cada día y se las terminaba todas, y rodó muchas tomas completamente borracho, llegando incluso a golpear de verdad a algunos extras por no poder controlar sus puñetazos en ese estado (aunque siempre se disculpaba, no podía evitarlo). Incluso después de los rodajes, iba a Almería para seguir bebiendo en clubes, y al parecer dejó a los lugareños impactados por la cantidad de whisky y jerez que podía ingerir. Leone llegó a estar tan preocupado por la salud de Van Cleef que mandó traer a su esposa y a su hija a España para obligarlo a moderarse, lo que, afortunadamente, dio muy buenos resultados“.

Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? Al margen de lo llamativo y morboso de esta historia, la realidad es que no existen fuentes fiables que confirmen la presunta demanda diaria de seis cajas de cerveza, ni que Van Cleef rodara escenas completamente ebrio, y mucho menos que llegara a golpear físicamente a extras por no poder controlar sus movimientos. Ningún miembro del equipo técnico ni compañeros de reparto dejó algún testimonio público de tales incidentes, a pesar de que el rodaje fue ampliamente documentado con los años. Es más, su interpretación de Sentencia, un personaje frío y calculador, fue elogiada, y no casa en absoluto con la descripción de un actor completamente descontrolado por su abuso del alcohol.

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Fotografía detrás de las cámaras de Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Cleef durante el rodaje de 'El bueno, el feo y el malo' (1966)

Lo que sí está contrastado es que Van Cleef tuvo momentos muy difíciles en su vida personal antes de su colaboración con Sergio Leone. En 1958 tuvo un accidente de coche que afectó gravemente a una de sus piernas, dejándolo con cojera y con dolores crónicos durante el resto de su vida. Los problemas ocasionados por el accidente no solo acabaron con una carrera prometedora en Hollywood —el actor siguió trabajando pero quedó relegado a papeles secundarios o de escasa importancia—, sino que también terminaron con su primer matrimonio con Patsy Ruth Kahle, de quien se divorció ese mismo año. Según recogen algunas biografías, Van Cleef desarrolló un problema de alcoholismo, pero por fortuna, pudo recuperarse.

Sergio Leone, conocedor de esta etapa tumultuosa en la vida del actor, decidió confiar en él para ‘La muerte tenía un precio’ (1965) cuando Lee Marvin le falló, posteriormente volvió a apostar por él en ‘El bueno, el feo y el malo’ (1966), lo que supuso todo un renacimiento profesional para el intérprete dentro del marco del cine europeo. Tras esto, continuó trabajando en el ámbito del cine, esta vez en papeles de mayor relevancia y repercusión, donde llegó a compartir pantalla con Chuck Norris en ‘Duelo final’ (1980) o con Kurt Russell en ’1997: Rescate en Nueva York’ (1981).

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Lee Van Cleef fue el antagonista principal de 'Duelo final' (1980), una película de artes marciales protagonizada por Chuck Norris

Hay constancia de que la segunda esposa de Van Cleef, Joan Marjorie Drane, estuvo con el actor en Almería gracias a varias fotos detrás de las cámaras, aunque no hay indicios de que estuviese allí a petición de Leone para “meterlo en vereda”. En retrospectiva, es posible que, de cara a la disparatada historia de las supuestas juergas de Lee Van Cleef por Almería, muchos amplificaran los problemas reales del actor previos a esta nueva fase cinematográfica de su carrera.

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Lee Van Cleef junto con su esposa Joan en el set de 'El bueno, el feo y el malo' (1966)

Historias como la de las “seis cajas de cerveza al día” demuestran cómo el folclore popular, las anécdotas sin contrastar y las habladurías propias del mundo del cine pueden terminar construyendo leyendas que eclipsan a los hechos reales. En muchos casos, basta con un detalle verídico —como los antiguos problemas de salud o alcoholismo de Van Cleef— para que la imaginación colectiva complete los huecos con exageraciones que, con el tiempo, se asumen como verdades. Separar mito de realidad no solo es necesario para hacer justicia a la figura del actor y no emponzoñar su imagen, sino también para entender cómo nacen, crecen y se perpetúan las leyendas en torno a los grandes iconos del cine.

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