Tecnología
Un profesor de informática está por lanzar su rúter por la ventana hasta que un objeto de la cocina salva el día
Desesperado por la mala conexión, un docente halla en un insumo doméstico una solución que transforma por completo su experiencia digital.

La escena parecía sacada de una comedia doméstica: molesto hasta el límite por una conexión wifi muy lenta e inestable, un profesor de informática estaba a punto de lanzar su rúter por la ventana. Pero lo que ocurrió después fue digno de un giro de guion. El héroe inesperado no fue un técnico especializado ni un costoso repetidor de señal… sino papel de aluminio. Sí, has leído bien, lo mismo que utilizamos para envolver bocadillos.
En un popular foro de Reddit, un usuario compartió su desesperación: su PC, sin antena en la tarjeta de red, apenas captaba señal. “Mi señal pasó de cero a un punto”, escribió. La frustración era tal que estuvo a un paso de rendirse por completo. Hasta que, por impulso (o inspiración divina), colocó una simple lámina de aluminio detrás de la torre del ordenador. El resultado fue inmediato: la señal aumentó en dos o tres barras y su velocidad de descarga prácticamente se duplicó.

La publicación se volvió viral, atrayendo a cientos de internautas con el mismo problema. Muchos decidieron probar el truco y los testimonios se multiplicaron: en casas con muros gruesos, pisos compartidos o habitaciones distantes del módem, la señal, como por arte de magia, mejoraba notablemente.
La ciencia lo avala
Lejos de ser un mito urbano digital, esta técnica tiene respaldo científico. En 2017, investigadores del Dartmouth College, liderados por la profesora asociada Xia Zhou, desarrollaron un experimento que demostró cómo ciertos materiales pueden redirigir eficazmente las señales inalámbricas. Cubriendo estructuras 3D con papel de aluminio, lograron enfocar la señal wifi hacia zonas específicas del hogar, reduciendo la interferencia en otras y de paso, fortaleciendo la seguridad al limitar la fuga de datos.

“El aluminio actúa como un reflector”, explica Zhou. “Redirige las ondas en la dirección deseada, como si se tratara de una linterna que enfoca su haz en vez de dispersarlo”.
Aunque el estudio se centraba en formas diseñadas con impresoras 3D, el principio físico funciona incluso con soluciones más rudimentarias, como una hoja de aluminio común. Y así fue como un objeto de cocina pasó de envolver empanadas a salvar conexiones inalámbricas.
Ahora, el profesor que estuvo a punto de despedirse de su rúter por la ventana tiene otro consejo que dar en clase: a veces, la mejor solución no requiere un doctorado en redes, informática o tecnología… sino una visita a la despensa.

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