Tecnología
Un niño de 4 años se pone a jugar con un smartwatch y acaba entrando la policía en la guardería
Este incidente pone en debate la relación entre cierta tecnología y su uso en edades tempranas.
Parecía una mañana ordinaria en la guardería, como otra cualquiera, pero este aula infantil de la localidad italiana de Oderzo terminó convirtiéndose en un episodio alucinante que involucró a los servicios de emergencia y a los carabineros (policía italiana). El protagonista fue un niño de tan solo 4 años que, sin saberlo, colapsó los sistemas de emergencia tras jugar con un reloj inteligente. Lo que ha reavivado el debate, si es que en algún momento había desaparecido, sobre el uso de dispositivos electrónicos y a partir de qué edad es conveniente.
Todo comenzó el pasado viernes 4 de abril, cuando los centros de llamadas de emergencia del 118 (urgencias médicas) y del 112 (teléfono de emergencia europeo) recibieron un gran número de llamadas silenciosas provenientes del mismo dispositivo. En aproximadamente una hora se registraron un total de 70 llamadas: 40 al número de emergencias y 30 al del servicio médico. Las llamadas, sin voz ni explicación alguna, encendieron las alarmas y provocaron preocupación por una posible situación crítica.
¿Cómo detectaron desde dónde se hacían las llamadas?
Ante la insistencia y el silencio del emisor que realizaba las llamadas, lograron captar sonidos de fondo que indicaban la presencia de un niño, lo que permitió rastrear el origen de las comunicaciones hasta una guardería de Oderzo. Allí, para sorpresa de la maestra y los pequeños alumnos, se presentaron agentes de los carabineros, quienes ingresaron al aula para identificar el dispositivo causante de la alarma.
Tras revisar la situación, los agentes constataron que las llamadas no provenían de un teléfono móvil, como inicialmente se sospechó, sino de un reloj inteligente que estaba en manos del niño. El dispositivo, aunque no contaba con una tarjeta SIM, estaba habilitado para realizar llamadas de emergencia, función que el niño había activado repetidamente mientras jugaba.
El reloj fue confiscado de inmediato y más tarde ese mismo día, entregado a los padres del niño junto con una advertencia formal: evitar proporcionar dispositivos electrónicos a un menor tan pequeño, especialmente aquellos con capacidad de contactar servicios de emergencia.
Este caso ha generado discusión sobre la responsabilidad que se debe tener con el uso de tecnología por parte de niños y ha puesto en evidencia los riesgos de permitir el acceso a dispositivos con ciertas funciones sin supervisión adulta. Aunque el incidente no tuvo consecuencias graves, sí sirvió como recordatorio de la facilidad con la que los menores pueden interactuar, sin entenderlo, con herramientas pensadas para emergencias.
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