Mantenimiento hogar
Los motivos por los que no deberías tirar nada por el inodoro, ni siquiera papel higiénico
Repasamos varios de los factores clave por los que no se debería arrojar nada por el retrete si no queremos enfrentarnos a un temido y posible atasco.
Los atascos en los inodoros son uno de los percances más comunes de los hogares de muchos lugares del mundo. Un contratiempo que en la inmensa mayoría de los casos es fácilmente evitable: basta con no tirar cosas al váter y evitar usarlo como una papelera. En este texto pasamos a detallar las razones por las que lo ideal es no tirar nada por el retrete, ni siquiera el propio papel higiénico.
¿Por qué se atascan los inodoros? ¿Cuál es el motivo más común de atasco?
Una de las razones más comunes por las que se atascan los inodoros es por tirar por ellos toallitas húmedas. Las toallitas, al contrario que el papel higiénico, no están diseñadas para deshacerse con el agua, de modo que usarlas y lanzarlas por el retrete de forma reiterada es uno de los principales contribuyentes a que haya un atasco no solo en el propio hogar, sino también en el sistema de alcantarillado público y las depuradoras.
Las cañerías de desagüe de los cuartos de baño normalmente tienen una inclinación muy leve que ayuda a que los residuos sólidos de las deposiciones humanas vayan avanzando hasta el sistema de alcantarillado municipal en el exterior de los domicilios. Como esta inclinación tan pequeña está diseñada adrede para facilitar el flujo de residuos humanos y papel, muchos elementos que o bien por su propio peso o bien porque el agua no los va erosionando, son propensos a quedarse inmóviles en mitad de la tubería. Esta idiosincrasia propia de los sistemas de desagüe es lo que hace que no sea aconsejable arrojar nada por el inodoro.
A veces, ni siquiera es recomendable tirar por el váter el propio papel higiénico. Si bien es cierto que muchas variedades de papel higiénico están diseñadas para ser arrojadas por el retrete y deshacerse sin provocar problemas en las tuberías, siempre está el factor incertidumbre de no saber qué se ha arrojado antes por el váter, por lo que tirar papel podría fomentar la aparición de un futuro atasco que nos podría pillar por sorpresa. Además, variedades de papel como el de doble capa tarda más en deshacerse, por lo que directamente no es aconsejable arrojarlo en grandes cantidades en poco espacio de tiempo.
Por tanto, una alternativa sencilla consiste en simplemente utilizar una papelera con tapa a la que arrojar los elementos como trozos de papel o toallitas que utilicemos. Y, por supuesto, hay que vaciarla y cambiar su bolsa regularmente para evitar problemas de olores. Si además las bolsas son perfumadas o anti-olores, mejor que mejor. El uso de papelera es una práctica común en muchos hogares de todo el mundo, especialmente en zonas donde la infraestructura de saneamiento público es antigua o propensa a atascos.
Puede que no sea lo ideal desde el punto de vista estético e incluso higiénico, pero la alternativa puede ser mucho peor: desde un atasco en el inodoro que nos obligue a llamar a un camión de desatranques hasta casos más extremos de rotura en las cañerías que nos obligue a hacer obras.
¿Cómo prevenir posibles atascos en el inodoro o en las cañerías?
Al margen de no arrojar nada en los retretes, una forma de prevenir atascos, en especial si no visitamos un domicilio durante muchos meses porque es una segunda residencia o residencia de vacaciones, consiste en dejar correr el agua de todos los grifos de la casa un par de minutos.
En los hogares en los desagües llevan tiempo sin usarse pueden formarse burbujas de aire, malos olores o sedimentos en las cañerías, de modo que abrir los grifos durante unos breves instantes puede servir para comprobar que no haya ningún problema en la instalación de desagüe como un posible atasco.
Aunque esto no prevenga directamente un atasco en un retrete, sí que puede ser útil para mantener el sistema de desagüe del domicilio e incluso para detectar de forma temprana un atasco en curso si el agua tarda más de lo que debería en ser engullida por los sumideros. Por tanto, si tenemos segundas residencias que no visitamos en mucho tiempo, puede ser una buena idea dejarle las llaves a algún amigo, vecino o familiar para que haga esto de forma regular cada varios meses.