Tecnología
Adiós a los móviles: este es el dispositivo que reemplazará a los smartphones según Mark Zuckerberg
Mark Zuckerberg, uno de los grandes gurús tecnológicos de nuestro tiempo, considera que las smart glasses son el futuro y reemplazarán a los smartphones.
Aunque los teléfonos móviles son herramientas indispensables en nuestro día a día y uno de los dispositivos más revolucionarios jamás inventados, algunos gurús de la tecnología, como Mark Zuckerberg, creen que en unos años podrían estar obsoletos. Según el fundador de Facebook y CEO de Meta, las smart glasses o gafas inteligentes serán las sustitutas de los smartphones, ya que nos permitirán desde responder llamadas hasta escuchar música, navegar por internet o capturar fotos y vídeos, todo ello sin tener que sacar el móvil del bolsillo.
Mark Zuckerberg cree que los smartphones están obsoletos y serán sustituidos por las smart glasses
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, ha afirmado en una entrevista a la revista Forbes que los smartphones estarán obsoletos en los próximos años, dejando su lugar a un nuevo protagonista: las smart glasses. Según su visión, estos dispositivos reemplazarán a los teléfonos móviles como la principal herramienta de comunicación y acceso a información en la vida cotidiana. En la actualidad ya existen dispositivos de este tipo como las Orion o las Ray-Ban Meta AI Glasses, que permiten realizar llamadas de audio y vídeo, usar la IA de Meta, escuchar música, e incluso capturar imágenes y vídeos sin la necesidad de sostener un dispositivo en la mano.
La principal ventaja de las smart glasses, según Zuckerberg, es su capacidad para integrarse de forma natural en el día a día sin la distracción de una pantalla. En lugar de interactuar constantemente con un teléfono, los usuarios pueden acceder a información a través de realidad aumentada, con comandos de voz y control gestual. Meta no es la única compañía interesada en explotar este nicho de mercado y la carrera tecnológica ya ha comenzado: otras compañías como Apple y Google también están invirtiendo en este sector, con Google Glass como una de las apuestas más destacadas para integrar la realidad aumentada con el día a día de sus usuarios.
Más allá de la comodidad y funcionalidad de las smart glasses, hay otro factor clave que podría acelerar la desaparición de los teléfonos móviles: el metaverso. Nishant Batra, director de estrategia y tecnología de Nokia, ya advertía en 2022 que el metaverso y sus avances tecnológicos reemplazarán a los smartphones en la segunda mitad de la década, lo que llevaría a su desaparición antes del 2030. Según esta predicción, la comunicación y el acceso a la información serán completamente digitales, y se eliminará por completo la necesidad de utilizar dispositivos físicos tradicionales.
A pesar del entusiasmo de Zuckerberg, aún hay desafíos importantes antes de que las smart glasses puedan reemplazar por completo a los smartphones. En la actualidad, estos dispositivos todavía presentan limitaciones importantes en comparación con los smartphones. Una de las principales diferencias radica en la capacidad de procesamiento: los teléfonos móviles cuentan con CPUs mucho más potentes, lo que les permite ejecutar múltiples aplicaciones exigentes de manera simultánea, desde videojuegos hasta herramientas de edición de video o inteligencia artificial avanzada. En cambio, las smart glasses están diseñadas para tareas más específicas, como mostrar notificaciones, responder comandos de voz o capturar imágenes, pero su potencia de cálculo es considerablemente menor. Esto significa que, al menos por ahora, los smartphones siguen siendo herramientas más versátiles y completas, mientras que las smart glasses funcionan como una extensión complementaria en lugar de un reemplazo total.
Cuestiones como el precio, la autonomía de la batería, la aceptación del público o cómo afectarán a la privacidad también serán clave para determinar si las smart glasses llegan a ser sustitutos completos o si los teléfonos móviles seguirán dominando el mercado por más tiempo. Otro gran factor en su contra podría ser la dificultad de aprendizaje de los mayores, que de por sí tienen problemas con las nuevas tecnologías. En cualquier caso, esta transición tecnológica ya está en marcha y la cuenta atrás ha comenzado.