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Análisis

Season: A letter to the future, análisis de uno de los indies más bonitos del año

Con apenas una cámara de fotos, una grabadora y una bici, Season nos regala una de las experiencias contemplativas más relajantes y hermosas de 2023.

Actualizado a

Los indies de hoy en día lo tienen muy complicado. La competencia es feroz y el ritmo de lanzamientos insostenible. Son demasiados. Hasta compañías multimillonarias y con más de 200 empleados, como es el caso de Obsidian, ahora destinan una pequeña parte de su personal a desarrollar… efectivamente, más indies. Aseguran que es para experimentar y permitir airearse a sus creadores, pero también hay otra razón. Son juegos cortos que apenas les consumen recursos y que pueden sacar rápido entre un proyecto principal y otro. Es aquí donde hace acto de aparición un concepto clave para la problemática del género y para Season: A letter to the future, el protagonista de nuestro análisis de hoy. Aquí entra en juego EL TIEMPO.

Una experiencia contemplativa

El tempo al que se mece la sociedad contemporánea ha llevado a las ideas a tener fecha de caducidad. Ahora cualquier ramalazo de genialidad debe materializarse rápido o vivirá para ver cómo surgen tres alternativas con su mismo concepto. Por eso tanto lanzamiento a medias. Por eso tanto juego de final abrupto y propuesta sin desarrollar. No hay TIEMPO que perder. En un mundo de estímulos constantes, lectura espartana y nula voluntad para la paciencia y la atención, si te paras estás muerto. Pero es precisamente a eso a lo que nos anima Season. A detenernos y respirar hondo.

En Season no existen los QUICK time events. Tampoco hay acción desenfrenada y el mayor momento de tensión surge cuando seguimos a alguien en bicicleta y nos da miedo quedarnos atrás y perdernos. Entonces la persona en cuestión reduce, nos espera y vuelve la paz interior. Todo está bien. Por no haber, ni siquiera hay un misterio al que seguir la pista. Ni siquiera encontramos una trama que debamos avanzar. Season: A letter to the future es un juego contemplativo para pasear, relajarse y reflexionar sobre la vida. Bien podría llamarse A letter to the present.

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Contradiciéndolo todo

El juego nos da una cámara de fotos, una grabadora y un álbum donde escribir y dibujar. Después nos regala una bicicleta y nos invita a explorar un precioso valle a orillas de una presa que está a punto de ser demolida. Nadie nos lo ha pedido, pero nuestra misión es retratar ese lugar y convertir en recuerdos lo que creamos que debe ser rescatado antes de que el agua lo arrase todo. Pero que no os engañe esto último. No hay prisa. No vamos a morir ahogados si no nos damos vida. La presa caerá cuando nos demos por satisfechos y decidamos marcharnos. Así pues, Season es un paseo por el bosque.

Tú decides a qué tirar fotos. Tú seleccionas los sonidos dignos de pasar a la posteridad. Incluso está en tu mano no llevarte nada y dejar que sus imágenes duren en tu memoria lo que tengan que durar. Sin objetivos, sin presiones. Season carece de drama, de conflicto, y contradice así todas las recomendaciones narrativas habidas y por haber. Sacaría de quicio a cualquier equipo de marketing con una propuesta que obliga al jugador a entrar en su ritmo aletargado. Nos pide olvidar el móvil y el reloj durante unas horas y en ningún momento garantiza que el TIEMPO invertido vaya a merecer la pena o servir de algo. De nuevo, depende de ti. Depende de lo que valores sacar la cabeza del avispero y escuchar el silencio.

Season: A letter to the future
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La crítica menos subjetiva que se nos ocurre es que su controles son terribles. Hasta subiendo la sensibilidad al máximo, la cámara parece pesar una tonelada y cada giro nos cuesta la vida. Lo mismo con la protagonista. Se desplaza a la velocidad de un caracol y parece tropezar con cada escalón del camino. Y por tropezar nos referimos a chocar con muros invisibles y quedar atrapada. El movimiento es un suplicio y nos atascaremos donde parecía no haber nada. Apenas se libran los momentos en bici, pero ni los controles de la misma convencerán a todos. Es hasta debatible la resistencia en los gatillos con la que PlayStation 5 ha planteado cada pedalada. Nos resultó más complicado hacernos a su jugabilidad que al adaggio de su mundo.

Hay un poco de postureo en mi plato

Entrando ya en terreno subjetivo, a nosotros tal ausencia de trama ha terminado pesándonos. Season es el típico juego con aires de walking simulator en que te encuentras un televisor y escuchas a la protagonista decir “Antes la gente estaba enganchada a estas cosas y se perdía la vida”. Sus intervenciones son frases de Twitter, tópicos y eslóganes para manuales de autoayuda. Hay algo de papel cartón en todo. Algo falso y vacío. Y por desgracia, nunca hemos terminado de sacudirnos esta impresión de encima.

No nos malinterpretéis, nos encanta que se centre en la exploración y la contemplación. Nos encanta que grite pausa y libertad. Pero odiamos que lo haga como si de Instagram se tratara. Se pone a añadir hashtags y frases pseudo filosóficas para arañar cuatro likes. Mirando a la nada y pensando en todo. A veces, tanto postureo nos hacía replantearnos si de verdad estábamos ante un canto a otro tipo de vida. Lo mismo son todo desvaríos nuestros y Season no deja de ser otro producto de su tiempo que finge no serlo. Cada cual dirá.

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Gráficos y duración

Aún con la sombra de la duda sobre sus paisajes, hemos disfrutado de nuestro paseo por el valle. Es imposible no hacerlo con semejante apartado artístico. Season es un nuevo baluarte del cel shading. Repleto de color, polígonos y luces hermosas, recuerda a The Legend of Zelda: Wind Waker y estamos seguros de que envejecerá igual de bien. Dudamos de que este 2023 vayan a pasar muchos indies más bonitos por nuestra consola.

Embriagados por su aspecto y adormecidos por su ritmo, las cinco horas que dura nos han sabido a poco. No queremos un rinconcito en el que perdernos un par de tardes. Queremos el mundo. La historia de la protagonista parecía ir mucho más allá de lo que hemos visto, ¿por qué no se nos ha dejado acompañarla? Ah, sí. Por lo mismo de lo que llevamos hablando todo el análisis. EL TIEMPO.

Conclusión

No creemos que este 2023 vayan a pasar muchos indies más bonitos por nuestra consola. A pesar de su nombre, Season: A Letter to the future es una llamada de atención a los hombres y mujeres del presente. Un toque de atención para una sociedad construida a base de estímulos constantes, lectura espartana y nula voluntad para la paciencia y la atención. Una sociedad en la que si te paras estás muerto. Season es precisamente eso, una pausa. Un grito a la calma y la paz interior. Un juego contemplativo en el que explorar un hermoso paraje a nuestro aire. Sin presiones, sin prisa. Un paseo en bici en el que tirar fotos, grabar sonidos y dibujar y escribir aquello que creamos digno de ser recordado. O nada, lo que vosotros decidáis. Aunque es corto, tiene unos controles horribles y su mensaje puede resultar vacío y pretencioso por momentos, Season es uno de esos juegos que de vez en cuando vienen bien y sanan el alma.

Lo mejor

  • Artísticamente precioso. Viva el cel shading.
  • La libertad para perderse en su mundo y hacer (o no) lo que propone.
  • Aporta calma y paz interior. Es perfecto para relajarse y desconectar de todo.

Lo peor

  • Los controles. Toscos, pesados.
  • Al ser tan corto (menos de 5 horas) no termina de contar lo que se proponía.
  • Hay algo de postureo en su plato. A nivel de mensaje está vacío.
7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.